Cómo hacer yogur casero paso a paso

¿Qué es el yogurt? ¿Qué beneficios nos puede aportar? ¿Para qué sirve? Hacer yogur casero es muy sencillo. #Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/...

Hacer yogur casero es muy sencillo; supone un ahorro de energía, de recursos materiales y de dinero, y además podemos comérnoslo fresco sabiendo cual han sido sus ingredientes.

Para hacer yogur casero sólo hay que dar leche calentita «para comer» a un poco de yogur que ya tengamos. A una temperatura de unos 45ºC, las bacterias que hay en el yogur producen una fermentación que transforma los azúcares de la leche en ácido láctico. De esta forma la leche se va espesando y convirtiéndose en yogur.

El yogur se usa desde la antigüedad. Se cree que se formó espontáneamente por la acción del calor del sol sobre los recipientes en los que se guardaba la leche, que estaban hechos con pieles o estómagos de animales en los que se encuentran las bacterias que forman el yogur.

¿Qué es el yogur y cómo se fabrica?

El yogur es un popular producto lácteo que se elabora mediante la fermentación bacteriana de la leche.

Las bacterias que se usan para elaborar el yogur se llaman «cultivos de yogur«, que fermentan la lactosa, el azúcar natural de la leche.

Este proceso produce ácido láctico, una sustancia que hace que las proteínas de la leche se cuajen, dando al yogur su sabor y textura únicos.

El yogur puede elaborarse con todo tipo de leche.

El yogur natural, sin colorantes añadidos, es un líquido blanco y espeso con un sabor picante.

Por desgracia, la mayoría de las marcas comerciales contienen ingredientes añadidos, como azúcar y aromas artificiales.

Por otro lado, el yogur natural, sin azúcar, ofrece muchos beneficios para la salud.

Qué hace falta para hacer yogur casero.

  • Leche (tanta como yogur queramos hacer).
  • Algo de yogur natural sin azúcar (comprado o del que nos queda en casa).
  • Botes de vidrio que tengamos en casa: tantos como sean necesarios para que quepa toda la leche. Tienen que estar limpios y secos.
  • Una cuchara limpia.
  • Algún aislante que conserve el calor: papeles de diario, una caja de corcho o porexpan, un termo, una manta…
  • Lo idóneo (aunque no es imprescindible) es tener un termómetro que llegue hasta 90ºC. Se venden en tiendas de material de laboratorio.

Cómo se hace el Yogur casero sin yogurtera.

Para hacer yogurt natural sin yogurtera seguiremos los siguientes pasos:

  1. Poner una cucharada de yogur en cada bote. Por cada medio litro de leche hace falta una cucharada, más o menos.
  2. Se pone la leche a fuego lento hasta que llegue a 85ºC, removiendo de vez en cuando con un utensilio limpio (por ejemplo el propio termómetro) para que no se pegue en el fondo.Esto tarda unos 10 minutos, dependiendo de la temperatura ambiente. Si no tienes termómetro, apaga el fuego cuando la leche empiece a humear y a subir ligeramente.
  3. Remover la leche de vez en cuando hasta que baje a 45ºC. Tarda una media hora, según la estación. Si baja de 45ºC, volveremos a encender el fuego hasta que llegue a esa temperatura.Si no tienes termómetro, mete medio dedo meñique (es el más sensible) en la leche: estará a punto cuando todavía te quemes pero puedas aguantar el dedo dentro. Si no te quemas, vuelve a calentarla hasta 45ºC.
  4. Vertemos la leche en los botes, cuanto más los llenemos mejor (así quedará menos aire).
  5. Remover vigorosamente con la cuchara para que el yogur se mezcle bien con la leche.
  6. Tapar los botes y guardarlos de manera que se conserve el calor: envueltos con papel de diario y metidos en una caja, envueltos con una manta, etc. (en este caso puede ser conveniente ponerlos en una bolsa para evitar que la manta se manche).Dejarlos reposar sin moverlos para nada durante al menos 6 horas (por ejemplo toda la noche) en el lugar más caliente de la casa.
  7. Sacamos los botes de la caja, esperamos 5 o 10 minutos para que pierdan la tibieza y los metemos en la nevera. En unas 4 horas el yogur se habrá espesado y estará listo para comer. Se continúa espesando durante dos días.

Cómo hacer Yogur casero con yogurtera.

Además de la yogurtera, necesitaremos un vaso medidor de líquidos, un cazo, un termómetro de lectura instantánea, un bol mediano para mezclar, un batidor o una cuchara de madera y un cazo.

Para hacer yogur en una yogurtera que tiene siete tarros, necesitarás 1500 ml de leche y 125 gramos de yogur natural que contenga cultivos activos vivos. Es muy importante utilizar un yogur fresco, natural y sin sabor, y la leche más fresca y de mejor calidad que puedas encontrar. La calidad de tu yogur dependerá de la calidad de los ingredientes con los que empieces.

  1. Calentar la leche. Para empezar, vierte la leche en un cazo a fuego medio. Calienta la leche hasta que empiece a hacer espuma en los bordes del cazo, pero no dejes que hierva. Retira el cazo del fuego.
  2. Enfría la leche. Mientras esperas a que la leche se enfríe, echa 125 gramos de yogur en un bol mediano para mezclar.
  3. Atempera la leche y el yogur. Antes de añadir la leche caliente al yogur frío, hay que atemperar un poco la mezcla. Atemperar es combinar gradualmente una sustancia caliente con un ingrediente más frío para que el ingrediente más frío no se cocine del todo. Con un cazo, añade un poco de la leche fría al yogur, aproximadamente 1/2 taza cada vez, removiendo con un batidor o una cuchara de madera hasta que la mezcla esté suave. Cuando hayas añadido entre 1 1/2 y 2 tazas de leche al yogur, vuelve a verter la mezcla de leche y yogur en el bol o cazo con el resto de la leche y remueve hasta que la mezcla esté completamente suave y cremosa.
  4. Añadir sabores. Si piensas hacer un yogur de sabores, ahora es el momento de añadir ingredientes como mermelada, extracto de vainilla o fruta cocida a la mezcla de yogur y leche. También puedes añadir los aromatizantes directamente en cada tarro para obtener un yogur al estilo de la fruta en el fondo.
  5. Llena los envases de yogur. Ahora es el momento de llenar los envases. Usa un cucharón para llenar los recipientes de yogur por igual con la mezcla de yogur y leche. Limpia cualquier goteo del exterior de cada recipiente y colócalos en la yogurtera con las tapas quitadas. Coloca la tapa en la yogurtera.
  6. Programa la yogurtera. Enciende la yogurtera y programa el tiempo deseado. En el proceso, asegúrate de no golpear o mover la yogurtera, ya que podría interferir en el proceso.
  7. Refrigera el yogur. Cuando el yogur haya terminado de incubarse, saca los recipientes de la yogurtera, pon las tapas en cada uno de ellos y refrigera el yogur terminado hasta que esté bien frío (al menos 3 horas). El yogur se conserva unos 10 días en la nevera. Para hacer un yogur más espeso, al estilo griego, refrigere el yogur hasta que se enfríe, luego cuele el yogur a través de un colador forrado de gasa y déjelo reposar durante 30 minutos o hasta que haya alcanzado el espesor deseado.

Cómo se conserva el yogur casero.

Sin abrir el bote, el yogur se conserva 8 o 10 días.

Una vez abierto, al cabo de unos 5 o 6 días se formarán hongos de color blanco y rosa en la superficie del yogur (en contacto con el aire). Si lo vamos comiendo regularmente no se llegarán a formar nunca.

Si el bote nos dura más de 5 días es conveniente que quitemos los restos de yogur de las paredes.

Después de coger yogur se tapará el bote, y procuraremos devolverlo a la nevera cuanto antes.

Más trucos.

Compartimos algunos trucos para que tu yogurt casero sea el mejor:

  • Es muy cómodo usar un reloj-alarma que nos avise cuando ha pasado más o menos el rato de calentar y enfriar la leche. Muchas cocinas y hornos los llevan incorporados, y también se pueden comprar.
  • Podemos forrar una caja de cartón con láminas de corcho o porexpan que tengamos por casa. En un laboratorio nos pueden dar una caja de porexpan usada.
  • Si coméis bastante yogur, mejor ponerlo en botes grandes: así ocuparán menos en la nevera.
  • Si coméis poco, es mejor usar botes pequeños porque se acabarán antes y será menos probable que se formen hongos.
  • Si se nos va a acabar el yogur podemos volver a hacerlo con lo que queda. Se puede pasar toda la vida sin tener que comprarlo nunca.
  • El yogur se puede comer con trozos de fruta, frutos secos, miel…
  • Es también un ingrediente para ensaladas, pasteles, sopas…
  • Con el yogur se pueden hacer bebidas y platos de verano: ayran (yogur con agua y sal), tzatziki (yogur colado con pepinos y ajos)…

 ¿Cuesta mucho el yogur casero?

El yogurt casero es mas barato pero también tiene un coste, aquí lo estudiamos.

  • El proceso de preparar yogur es muy sencillo. No hace falta ninguna destreza ni «vocación» especial.
  • El tiempo real que le tenemos que dedicar es de unos 10 minutos. Todo el proceso puede durar unos tres cuartos de hora, pero mientras tanto podemos hacer otras cosas (por ejemplo cocinar o fregar los platos). Después, el yogur se hace solo.
  • Cuesta lo mismo para cualquier cantidad de yogur que queramos hacer.
  • Si lo hacemos a partir del yogur que nos queda sólo tenemos que comprar la leche, que cuesta el mismo esfuerzo que comprar yogur ya hecho.
  • Un litro de leche vale menos de la mitad que un litro de yogur comprado.

¿Qué ganamos?

Haciendo nuestro propio yogurt casero vamos a tener muchos beneficios, entre los que se pueden encontrar:

  • Sabemos que en el yogur hecho en casa no hay conservantes ni aditivos y los nutrientes no se han desnaturalizado con procesos industriales.
  • Lo comemos al poco de hacerlo. El que compramos puede haberse elaborado mucho antes, y con el tiempo las bacterias se van muriendo.
  • Será especialmente sano y bueno si partimos de leche y yogur ecológicos.
  • Hacer cosas nosotros mismos nos puede generar satisfacción.
  • Es educativo. Podemos compartir la actividad con los niños.
  • Podemos usar los mismos botes toda la vida. Por cada litro de yogur que hacemos dejamos de gastar 8 envases de plástico, 8 tapas de aluminio y un envoltorio de cartón (también lo hay en botes de vidrio pero no es fácil de encontrar). En cambio usamos un envase de leche.
  • Ahorramos mucha energía, contaminación e infraestructuras: plantas de producción, tintas para imprimir los envases, transporte y almacenaje en frío… Según un estudio alemán, las materias primas de un yogur de fresa pueden haber recorrido 8.000 kilómetros.

Historia del yogur.

Fue un campesino tártaro, hace unos 6500 años, quien descubrió el yogur por pura casualidad. La leche que transportada en sacos de piel de cabra se acabó fermentando de forma espontánea. El calor y las bacterias se ocuparon de convertir la leche en un elemento más denso y ácido. Después, repitieron el sistema en los mismos sacos de piel con leche, cuyos residuos convertían de nuevo la leche en yogur.

Video – tutoriales para hacer yogur casero.

Si no te quedó claro, ahora si lo vas a tener:

Beneficios del yogurt casero.

Rico en nutrientes importantes.

El yogur contiene casi todos los nutrientes que el cuerpo necesita.

Es conocido por contener mucho calcio, un mineral necesario para la salud de los dientes y los huesos. Sólo una taza aporta el 49% de las necesidades diarias de calcio.

También tiene un alto contenido en vitaminas del grupo B, sobre todo en vitamina B12 y riboflavina, que pueden proteger contra las enfermedades del corazón y ciertos defectos congénitos del tubo neural.

Una taza también aporta el 38% de las necesidades diarias de fósforo, el 12% de magnesio y el 18% de potasio. Estos minerales son esenciales para varios procesos biológicos, como la regulación de la presión arterial, el metabolismo y la salud ósea.

Un nutriente que el yogur no contiene de forma natural es la vitamina D, pero se suele enriquecer con ella. La vitamina D favorece la salud de los huesos y del sistema inmunitario y puede reducir el riesgo de algunas enfermedades, como las cardíacas y la depresión.

Rico en proteínas.

El yogur proporciona una cantidad impresionante de proteínas, con unos 12 gramos por 200 gramos.

Se ha demostrado que las proteínas favorecen el metabolismo al aumentar el gasto energético, es decir, el número de calorías que se queman a lo largo del día.

Los efectos del yogur que promueven la saciedad son aún más potentes si comes yogur griego, que es una variedad muy espesa que ha sido colada. Es más rico en proteínas que el yogur normal, ya que aporta 22 gramos por cada 200 gramos.

Algunos tipos pueden beneficiar la salud digestiva.

Algunos tipos de yogur contienen probióticos que forman parte del cultivo inicial o se añaden después de la pasteurización.

Su consumo puede ser beneficioso para la salud digestiva.

Desgraciadamente, muchos yogures han sido pasteurizados, que es un tratamiento térmico que mata las bacterias beneficiosas que contienen. Para asegurarse de que su yogur contiene probióticos eficaces, busque uno que contenga cultivos vivos y activos, lo cual debe figurar en la etiqueta.

Pueden reforzar el sistema inmunitario.

El consumo regular de yogur, especialmente si contiene probióticos, puede reforzar el sistema inmunitario y reducir la probabilidad de contraer una enfermedad.

Se ha demostrado que los probióticos reducen la inflamación, que está relacionada con varias condiciones de salud que van desde infecciones virales hasta trastornos intestinales.

Además, las propiedades inmunológicas del yogur se deben en parte a su magnesio, selenio y zinc, que son oligoelementos conocidos por el papel que desempeñan en la salud del sistema inmunitario.

Puede proteger contra la osteoporosis.

El yogur contiene algunos nutrientes clave para mantener la salud de los huesos, como el calcio, las proteínas, el potasio, el fósforo y, en ocasiones, la vitamina D.

Todas estas vitaminas y minerales son especialmente útiles para prevenir la osteoporosis, una enfermedad caracterizada por el debilitamiento de los huesos. Es frecuente en las personas mayores.

Bueno para el corazón.

El contenido de grasa del yogur es una de las razones por las que su beneficio es a menudo discutido. Contiene principalmente grasas saturadas, con una pequeña cantidad de ácidos grasos monoinsaturados.

Antes se creía que las grasas saturadas provocaban enfermedades cardíacas, pero las investigaciones actuales demuestran que no es así. No hay pruebas claras de que la grasa del yogur sea perjudicial para la salud. De hecho, puede ser beneficioso para el corazón.

Algunas investigaciones demuestran que la ingesta de grasa saturada de los productos de leche entera aumenta el colesterol «bueno» HDL, lo que puede proteger la salud del corazón. Otros estudios han descubierto que la ingesta de yogur reduce la incidencia general de las enfermedades cardíacas.

Además, se ha demostrado que los productos lácteos como el yogur ayudan a reducir la presión arterial alta, que es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardíacas. Los efectos parecen ser más intensos en quienes ya han sido diagnosticados con presión arterial alta.

Puede favorecer el control del peso.

El yogur tiene varias propiedades que pueden ayudar a controlar el peso.

Para empezar, tiene un alto contenido en proteínas que, junto con el calcio, aumentan los niveles de hormonas que reducen el apetito, como el péptido YY y el GLP-1.

Además, varios estudios han descubierto que el consumo de yogur se asocia a un menor peso corporal, porcentaje de grasa corporal y perímetro de la cintura.

Una revisión descubrió que la ingesta de productos lácteos completos, incluido el yogur, puede reducir la incidencia de la obesidad.

Contraindicaciones.

Algunas personas deben ser cautelosas con su consumo de yogur, ya que puede causar efectos adversos, especialmente en aquellos con intolerancia a la lactosa o alergia a la leche.

Intolerancia a la lactosa.

La intolerancia a la lactosa se produce cuando el cuerpo carece de lactasa, la enzima necesaria para descomponer la lactosa, que es el azúcar que se encuentra en la leche. Esto provoca diversos síntomas digestivos, como dolor abdominal y diarrea, después de consumir productos lácteos.

Por lo tanto, las personas con intolerancia a la lactosa pueden tener que evitar el yogur. Sin embargo, algunas personas intolerantes a la lactosa pueden tolerarlo. Esto se debe a que parte de la lactosa se descompone durante la producción, y los probióticos pueden ayudar a su digestión.

Si eres intolerante a la lactosa, puede ser una cuestión de ensayo y error determinar si el consumo de yogur funciona para ti. Consulta con tu médico.

Alergia a la leche.

Los productos lácteos contienen caseína y suero, que son proteínas a las que algunas personas son alérgicas. En estos casos, la leche desencadena una reacción que puede ir desde la urticaria y la hinchazón hasta la anafilaxia potencialmente mortal.

Por este motivo, es mejor evitar el yogur si se es alérgico a la leche.

Azúcares añadidos.

Muchos tipos de yogur contienen altas cantidades de azúcar añadido, especialmente los etiquetados como bajos en grasa. El consumo excesivo de azúcar se asocia a varios problemas de salud, como la diabetes y la obesidad.

Por lo tanto, es importante leer las etiquetas de los alimentos y evitar las marcas que incluyen azúcar en sus ingredientes.

#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/