En este nuevo espacio plantearemos una reflexión en torno al que consideramos el disco más relevante de la semana. En esta entrega: Saviors de Green Day.
No estás solo, Billie: el sueño americano nos mató a todos
Se escucha en las calles y se lee en Internet: Saviors de Green Day es su mejor disco en años. Y yo les creo, principalmente porque el parámetro reciente no era particularmente difícil de superar; y en segundo lugar, porque al escucharlo se vuelve obvia la recuperación de dos de las mayores virtudes compartidas entre Dookie (1994) y American Idiot (2004): ser realistas y divertidos.
Realistas en el sentido de ejecutar un disco según el tipo de banda que eres y no la que te dicen que seas. Porque desde que Green Day irrumpió en el mainstream del Rock, han fungido una extraña posición como puente cronológico entre el descontento sociopolítico de los 90s (el Grunge) con el descontento emocional de la primera década del s. XXI (la Emo Culture).
Y es a partir de esa ambivalencia que Billie Joe Armstrong y compañía asumieron una responsabilidad que terminó por resultarles nociva para su proceso artístico: la de cargar una bandera como heraldos de malas noticias y reflexiones sesudas sobre la oscuridad que invade al mundo. Convertirse en una banda más seria de lo que en realidad eran.
Todo eso mientras se mentían a sí mismos al decirse que realmente se puede ser joven por siempre.
Treinta años después de Dookie y veinte después de American Idiot, el mundo está -de hecho- mucho peor. La música no salvó ni salvará a nadie. Los mismos que fueron señalados en ese entonces siguen en el poder. El pesimismo reina. ¿Alguien saldrá vivo de aquí?
Pero bien dicen que si hay algo que el dinero no puede comprar y es la experiencia. Y a sus cincuenta y tantos, sin miedo a chavorruquear en el proceso, los miembros de Green Day recogen las semillas de esa sabiduría que solo da el tiempo.
Saviors es la nueva “exposición de caso” de Green Day. Sin pretensiones ni la obsesión por lograr epopeyas épicas, la banda explora con cinismo (¿o resignación?) el fracaso de una y ya varias generaciones que prometieron destruir el sistema para finalmente unirse a él, y en realidad, fortalecerlo.
Con el track inicial -“The American Dream Is Killing Me”- Billie Joe Armstrong nos recuerda que, tristemente, no había muchas otras opciones.
Y Saviors se convierte en el barco en el que navegan los otrora jóvenes a los que obligaron a adquirir deudas que no querían y los aún jóvenes que se creen libres por usar Tik Tok y no pagar impuestos mientras son espiados 24/7 por las altas esferas del poder.
Dicho así, pareciera la descripción de un disco sombrío; sin embargo, es justo lo contrario: Saviors va sobrado de energía y diversión gracias al asentamiento del sonido clásico de la banda matizado por arreglos que parecieran tomados directamente del repertorio de otras bandas:
El Happy Punk de Green Day matizado por secciones orquestales que bien se le pudieron ocurrir a Lennon y McCartney en las épocas del Sgt Peppers o finales de guitarra épicos que no desentonarían en una canción de Oasis.
En Saviors, a diferencia de Father Of All The Motherfuckers (2020) o la fatídica trilogía de 2012, la clave es el equilibrio: sí, ahí están las diatribas contra las promesas rotas que hicieron Bush, Obama y Trump; pero también están las confesiones sobre lo extraño que es envejecer e incluso los tracks sin ningún tipo de sentido.
Y eso es Green Day ahora: el recordatorio de que, para bien y para mal, todos moriremos jóvenes algún día.
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Tomado de https://warp.la/
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