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México posee una enorme diversidad de aves. El país cuenta con aproximadamente 1,100 especies, incluyendo alrededor de 114 que son endémicas. La riqueza aviana mexicana se debe a la confluencia biogeográfica y al crisol de ecosistemas en el territorio nacional. Esto convierte a México en un país megadiverso. De entre todas aquellas incontables especies de aves, hay una que destaca por su curioso canto: la chachalaca.
La biología de la chachalaca
La chachalaca tiene en México dos especies: la chachalaca oriental, de vientre blanco o del Golfo, cuyo nombre científico es Ortalis vetula; la segunda es la chachalaca pálida o del Pacífico, cuya nomenclatura latina es Ortalis poliocephala. Ambas especies de aves pertenecen al género ortalis, es decir, son aves galliformes de la familia Cracidae. En varios países se les conoce precisamente como chachalacas y en otros como guacharacas. Habita las costas del Golfo de México y del océano Pacífico en nuestro país, así como desde el suroeste de los Estados Unidos hasta América del Sur.
Aspecto
Tanto la chachalaca oriental como la pálida son aves de tamaño mediano. La primera mide en promedio de 48 a 58 centímetros de longitud; la segunda alcanza de los 62.5 a 67.5 centímetros de longitud. Los machos pesan de 468 a 794 gramos; en cambio las hembras van de los 439 a 707 gramos. Su cuello es largo, tiene una cabeza pequeña con una mancha desnuda y colorada en su garganta, la cual se torna de color rojo intenso en ambos sexos durante la época de cría.
Los adultos de las chachalacas tienen la cabeza y el cuello en tonos grisáceos. Su cuerpo y alas son de color marrón oliva mate (más remarcado en la pálida), mientras que el bajo vientre es de color claro (más acentuado en la oriental). La cola de esta ave es negruzca con brillo verde y punta blanca. El iris de los ojos es marrón, mientras que la piel orbital y las patas son de color gris mate. Finalmente, su pico tiene una tonalidad negra.
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Alimentación de la chachalaca y usos tradicionales
Ambas chachalacas mexicanas son herbívoras. Se alimentan de semillas, frutas y hojas, ya sea las que encuentran en el suelo hasta las que arrancan de los árboles altos, donde corren por las ramas. Por otra parte, estas aves han sido históricamente cazadas con fines alimenticios por diversas comunidades. Aún hoy en día en las zonas rurales son un buen complemento alimenticio. También se les ha usado como remedio medicinal para paliar la anemia.
Comportamiento y vida social
La chachalaca (tanto la oriental como la pálida) vive en grupos pequeños. Es bastante escandalosa, principalmente al amanecer. Su canto es peculiar, porque según algunos parece que grita «no hay cacao, no hay cacao». El cantar de estas aves suele predecir la lluvia, lo que ha sido útil para diversas comunidades. Por el alto volumen que emite el animal, usualmente puede escuchársele desde muy lejos.
Sin embargo, para su tamaño y el ruido que genera llega a ser bastante difícil de divisar, sobre todo en la zonas donde se le caza. Por ello es tímida en zonas silvestres y evade constantemente a los seres humanos, situación totalmente contraria cuando habita territorios urbanizados. Finalmente, las chachalacas tienen por costumbre anidar en los árboles y poner hasta cuatro huevos, los cuales incuba la hembra alrededor de veinticinco días.
Distribución de la chachalaca en México
Las chachalacas mexicanas viven en bosques tropicales y sus bordes, zonas usualmente de arbustos y llanos. La chachalaca oriental habita desde Tamaulipas, pasando por Veracruz y Tabasco, hasta llegar a Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Por su parte, la chachalaca pálida se encuentra distribuida desde Nayarit, Jalisco y Colima, así como en Michoacán, Guerrero, Morelos, Estado de México, Ciudad de México y Puebla, además de Oaxaca y Chiapas. Precisamente, en este último estado de la República y en el Istmo de Tehuantepec, ambas especies comparten hábitat.
Afortunadamente, ambas chachalacas están fueran de peligro de extinción. A pesar de la desaparición de selvas y bosques, han logrado adaptarse con bastante éxito a espacios modificados por los seres humanos como huertos, parques, jardines suburbanos y tierras de cultivo, así como los matorrales surgidos tras la tala.
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Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
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