Celebrando la vida en la primera edición de #CatharsisFestival

En el corazón de Ensenada, Catharsis Festival prometía ser un vehículo conductor en el que viajaríamos al espacio a través de una exploración completa e inmersiva de todos los sentidos: auditivo, visual, gustativo y sensorial. Con un lineup que conjugó...

// Por: Steff Fink

Mar 31 mayo, 2022

En el corazón de Ensenada, Catharsis Festival prometía ser un vehículo conductor en el que viajaríamos al espacio a través de una exploración completa e inmersiva de todos los sentidos: auditivo, visual, gustativo y sensorial. Con un lineup que conjugó grandes djs de la escena desde Digitalism, Function, Nortec, Sam Shure, Interestellar Funk, Hydeclip hasta Rebolledo, Alexis, Brolorizo y más; que junto a la visión artística de Erick Nébula, fundador de Catharsis Lab, creó una experiencia lumínica sin igual.

La vinícola de Cuatro Cuatros fungió como la nave espacial principal desde la que despegamos en un viaje psicodélico que junto con la increíble gastronomía de Tahona, el chef Miguel Ángel Guerrero, vinos de Encino de Piedra, Cerveza Modelo, Mezcal Creyente, 400 conejos, Maestro Dobel, tequila Centenario plata, Matusalem y Boodles Gin ayudaron a que esta experiencia fuera un viaje al espacio imposible de olvidar.

Un giro de último minuto hizo que Catharsis Festival se transformara en un multi evento boutique con base en 4 diferentes sedes, donde con la emoción de respirar un aire fresco y liberar endorfinas en la pista de baile, vivimos una experiencia única  entre Cuatro Cuatros, Tijuana, Valle de Guadalupe y Ensenada. Fueron tres días donde nuestros sentidos no dejaron de ser sorprendidos y abrazados por la más cálida armonía de la música, el arte lumínico, gastronomía, vinos, mezcales y buenas bebidas, increíbles vistas y la excelente atención de todos los involucrados dentro de este evento.

La experiencia arrancó el viernes cuando bajo un cielo estrellado y el neon azul que se visualizaba entre la vinícola de Cuatro Cuatros indicaba el camino hacia donde sería la primer cena y escenario de la noche, Tahona. Dos barcos gigantes de madera nos recibían mientras pasamos a tomar nuestro lugar para lo que sería la primer cena del fin de semana. Con un delicioso maridaje de vinos, cerveza y mezcal, el chef nos fue sacando una tras otra, múltiples delicias culinarias, mientras que al horizonte se visualizaba el juego de luces por Erick Nébula que armonizaba de la mano con el primer invitado de la noche, DJ Three, seguido de Eric Duncan y Hydeclip + ButNot. 

Salimos entonces entusiasmados para seguir bailando a un clásico lugar de Tijuana, Marko Disco, que si no has ido ni oído de esta discoteca, y lo digo así como lo decían nuestros papás: «discotecta», porque al entrar te recibe un espacio alfombrado con mesas en diferentes niveles, cortinas de terciopelo, paredes espejadas, estatuas griegas, una máquina de humo y una pista al centro del establecimiento que se alza por encima del nivel normal del piso para bailar exclusivamente enfrente del Dj. Aquí Bailey, Baruch, Alejandro Franco y Rebolledo nos hicieron bailar hasta el amanecer.

El sábado comenzó con un brunch en La Esperanza BajaMed en el Valle de Guadalupe. Un restaurante de autor por el chef Miguel Ángel Guerrero, autor de la cocina BajaMed, cuya pasión por la pesca, ca y el campo se imprimen en cada uno de sus platillos. Y así, deleitamos un carpaccio de calabaza y otro de betabel a las brasas, un atún Madagascar, tacos de pechuga de pato marinado al carbón, un sope de Lampredotto, un lechón al horno vasco y un postre de la casa que no hizo más que dejarnos con antojo de regresar.

Antes de que el sol se pusiera, nos embarcamos entonces a la siguiente sede: Bar Bura , un espectacular lugar en la cumbre de Cuatro Cuatros ideal para tener la mejor vista al atardecer en el Océano Pacífico, una experiencia que representó una terapia del alma. Todo para prepararnos para la siguiente etapa del día dos, una aventura degustativa que haría explotar nuestro paladar dentro de Tahona. La cena fue un tributo al planeta tierra con sopecitos de barbacoa ahumada, bombón de aguacate y curtido de cebolla y repollo. Llegó también un tiradito de atún aleta amarilla, una ensalada con frutos, betabel y queso feta, para continuar con lo que fue mi favorito, un esquite con mariscos, mejillones y almejas con maíz nixtamalizado, mayonesa, queso cotija y pesto de hoja santa. Y de postre: un bizcocho de zanahoria en tres leches con licor de maíz, crumble y nieve de café.

El viaje al espacio comenzó el segundo día de la mano de Kalexis quien dejó la pista lista y caliente para que termináramos de bailar con Nortec para terminar de bailar de nuevo en Marko Disco donde nos dio el amanecer bajo los beats de Digitalism, Keops, Franz Scala y Function.

Para el domingo la energía seguía a tope cuando llegamos a La Bete Noire, donde entre pizzas a la leña, tacos y vinos de Encino de Piedra bailamos con Brolorizo, Sam Shure e Interstellar Funk.

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Tomado de https://warp.la/