A medida que los comicios en Ciudad de México se acercaban, la brecha entre los primeros dos candidatos se ha ido cerrando. En los últimos tres meses, la ventaja que mantenía la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al Gobierno capitalino, Clara Brugada, sobre su principal rival, Santiago Taboada, de la alianza Va por la CDMX, ha pasado de ser de 16 puntos a ser de 11 puntos. La preferencia efectiva para la morenista a 10 días de la cita con las urnas alcanza el 52%, mientras que el nominado de la coalición del PRI, PAN y PRD suma el 41%, según la última medición hecha por Enkoll para EL PAÍS y W Radio. El candidato de Movimiento Ciudadano, Salomón Chertorivski, ha sido el que más ha crecido en intención de voto desde que inició el proceso, aunque no ha logrado salir del fondo de la encuesta, que le da en un 7%.
A los candidatos les quedan apenas seis días de campaña, hasta el cierre de la veda electoral, para mover la balanza a su favor. A lo largo de los últimos cinco meses, los nombres de los tres aspirantes, que empapelaron por completo la ciudad, crecieron sustancialmente en la medición de gente que los conocía. La preferencia, en cambio, se ha movido poco desde que comenzó la carrera. El acercamiento entre Brugada y Taboada, que puede verse en el mapa que pintan todas las mediciones hechas a lo largo de este año, ha sido paulatino. Y el tiempo se agota pronto. Esa tendencia, que ya se marcaba a inicios de 2024, preocupaba a la campaña de Morena en la capital. Por eso reforzaron los equipos de la candidata y vertieron muchos recursos para frenarla todo lo que se pudiera.
El desafío de la oposición es enorme en esta contienda. La ciudad lleva en manos de la izquierda desde hace 27 años. Y el perfil de Taboada es lo opuesto a los jefes de Gobierno que han visto pasar los chilangos. El panista se peleaba la elección no solo contra Brugada, sino contra los líderes del partido guinda, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la candidata presidencial Claudia Sheinbaum. Ambos gobernaron la capital y mantienen hoy una imagen muy positiva entre los habitantes de la ciudad. Las mediciones de Enkoll dejan al mandatario con un 60% de aprobación y a la aspirante a la presidencia en un 67%. El panista también tendrá que enfrentar la buena imagen que tiene Morena, con una preferencia efectiva del 48%, frente al 26% del PAN y el 8% del PRI.
No todo está dicho, sin embargo, de acá al 2 de junio. Un variable a tener en cuenta es el grupo de aquellos que han decidido el destino de su voto, pero admiten que podrían modificarlo antes de los comicios. Del total de los encuestados, el 28% reconoció que era susceptible a cambiar de opinión. Esa incertidumbre golpea más a Brugada que a Taboada. En preferencia bruta —que incluye a aquellos que no saben a quién votarán o no quieren decirlo—, un 14% de la gente que dijo que elegiría a la tres veces alcaldesa de Iztapalapa, podría finalmente no hacerlo. Mientras que solo un 11% que aseguró que apoyaría a alcalde con licencia de Benito Juárez admitió no tener la certeza de eventualmente hacerlo.
Los analistas y los partidos saben que el mayor problema radica en la participación, que en las últimas presidenciales fue del 63% de la población. Para que el número de gente que acuda ese domingo a las urnas sea alto, los candidatos de todo el país, no solo de la ciudad, han enfocado gran parte de sus recursos a informar la fecha concreta de la elección. Ese trabajo ha quedado reflejado en la encuesta, que muestra que el 76% de los consultados —en la medición realizada entre el 19 y el 21 de mayo— conocía con exactitud el día de la votación. Un número mucho más alto en comparación con el 31% que lo sabía en marzo pasado.
En los comicios de este año se prevé que la participación sea mayor que las elecciones intermedias del 2021, que fue del 52%, según el Instituto Nacional Electoral (INE). La historia democrática de México dice que las presidenciales normalmente cuentan con un mayor número de gente que acude a las urnas. Entre los consultados para esta encuesta, al menos un 67% dijo que era muy probable que ese día saliera a votar, contra un 18% que lo consideró algo probable y un 11% que señaló que era poco probable.
La oposición ha puesto parte de sus esperanzas en aquello que llaman voto oculto, la idea de que hay una parte del electorado que no se anima a decir al encuestador por quién votará. Heidi Osuna, directora de Enkoll, cree que en realidad el factor que puede mover más los resultados es la participación. Para hacer esta encuesta, detalla, han entremezclado consultas telefónicas con visitas a domicilio, porque había niveles sociodemográficos a los que no accedían solo a través del teléfono. “Entrar en edificios o privadas es prácticamente imposible para el encuestador”, dice. Por eso, Osuna defiende que esta medición constituye “una muestra representativa” de la ciudad.
Los capitalinos fueron consultados sobre qué problema de todos los que enfrenta la ciudad creen que es el más importante. Una pregunta que pone sobre la mesa los asuntos que más inquietan y que las campañas, con el foco en ellos, han intentado atajar con propuestas. La inseguridad ha sido la reina de las preocupaciones en esta elección, a diferencia de otros procesos, en los que la corrupción o la falta de trabajo estaban por encima. Un 51% de los preguntados apuntó la inseguridad y el narcotráfico como el conflicto más grave que enfrenta la capital. Un 15% señaló la corrupción y un 14% dijo la falta de agua. En este último punto pueden verse las afectaciones que han tenido la sequía y la crisis del agua contaminada en la Benito Juárez. En enero de este año, apenas un 4% de la gente pensaba en la escasez hídrica como la máxima prioridad. El factor que más ha subido retrata un problema que los gobiernos de izquierda no han podido afrontar aún.
Con los datos en la mano, Osuna cree que podría Morena tener un mejor desempeño en estas elecciones que lo que tuvo en 2021, cuando perdió la mitad de las alcaldías frente a la misma alianza opositora a la que se enfrenta esta vez. Para la analista, hay factores que diferencian estos comicios de los otros. Uno de ellos es la aprobación del presidente, que hace tres registró su mínimo, por tratarse de la salida de la pandemia del covid. En ese entonces, recuerda la analista, el tema que más preocupaba a la gente era la economía, y no la inseguridad como ahora.
La directora de Enkoll asegura también que otro punto que afectó a Morena en 2021 fue la mala valoración que tenían algunos de los entonces alcaldes que buscaban la reelección. Además de la tragedia de la Línea 12 del Metro, que ocurrió unas semanas antes de las elecciones y perjudicó la imagen del Gobierno de Claudia Sheinbaum. Lo que acabó sucediendo fue “una participación diferenciada”, porque los votantes guinda tuvieron menos participación que los de la oposición, que salieron con más ánimo. Estas variantes, concluye, podrían contar el próximo 2 de junio una historia muy diferente a la de hace tres años.
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Tomado de https:/elpais.com/section/mexico/portada
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