diciembre 2, 2024

Bourdieu y el lenguaje | Lo que significa hablar (Pierre Bourdieu, 1982)

En su influyente obra “Lo que significa hablar” publicada en 1982, Pierre Bourdieu nos sumerge en un profundo análisis sobre el lenguaje y su significado.



En este artículo de Bourdieu, vamos a explorar cómo aborda el tema este célebre sociólogo y a desentrañar las complejidades de la comunicación humana.

El lenguaje legítimo, el mercado lingüístico o la violencia simbólica: tantas nociones forjadas por Pierre Bourdieu que han enriquecido la lingüística. Pero quizá su verdadera aportación radique en el “politeísmo metodológico” del sociólogo.

Por Pierre Bourdieu

Fue el 30 de octubre de 1977, en Limoges, donde Pierre Bourdieu había sido invitado a hablar ante la Afef (Asociación Francesa de Profesores de Francés). Para preparar este encuentro, los profesores habían elaborado un cuestionario en el que P. Bourdieu había seleccionado una pregunta: ¿se puede enseñar la expresión oral?

A partir de esta pregunta, desarrolló una serie de divagaciones en forma de apuntes. ¿Por qué, se preguntó en primer lugar, en ciertas situaciones comunicativas, sentimos que se produce una lucha de poder al hablar en una situación de autoridad, cuyo mejor ejemplo es la situación pedagógica? Enseñar lo oral, pero ¿qué oral? ¿Y no es lo oral lo que se enseña en la calle, y por lo tanto no es necesario enseñarlo? ¿No se corre el riesgo de oponer la palabra escrita a la palabra hablada, como si se distinguiera de la vulgar? ¿Y quién va a definir lo que hay que enseñar de forma oral?

P. Bourdieu continúa explicando que, en contra de lo que cree la lingüística interna, la lengua utilizada en una situación determinada no depende únicamente de la competencia, en el sentido chomskyano, sino también del “mercado lingüístico”: “Toda situación lingüística funciona, pues, como un mercado en el que el hablante coloca sus productos, y el producto que produce para este mercado depende de la previsión que tiene de los precios que recibirán sus productos. Y, por supuesto, en el mercado escolar, el precio que se puede esperar del producto lingüístico es una buena nota.

Publicado en la revista Le Français aujourd’hui en 1978, y reeditado en 1980 en una colección de artículos y conferencias de P. Bourdieu, Questions de sociologie, este texto, que daría título a una famosa obra (Ce que parler veut dire, 1982), ilustra en cierto modo las diferentes facetas, las diferentes posiciones de P. Bourdieu: ir al terreno, averiguar qué es el lenguaje, investigar qué es el lenguaje e indagar qué no es el lenguaje. Bourdieu salía al campo, a las casas de la gente, para explicarse ante no especialistas, como hacía a menudo, para encontrar en ellos, por intuición, los datos duros, como hacía a veces, y luego para teorizar, como hacía siempre. Teorizar, es decir, sacar su caja de herramientas y analizar.

Qué significa hablar, Pierre Bourdieu | DESCARGA

La génesis de la obra Ce que parler veut dire ilustra bien esta secuencia. Recordó a los profesores que la escuela no era un lugar de igualdad lingüística, sino un mecanismo central de “reproducción”. También les recordó que “la comunicación en una situación de autoridad pedagógica presupone emisores legítimos, receptores legítimos, una situación legítima, un lenguaje legítimo”. A los lingüistas cuya última moda era la pragmática a la John Austin, les recordó que el discurso (en la terminología de Ferdinand de Saussure) o la actuación (en la de Noam Chomsky) no era una ejecución (en el sentido en que se ejecuta una obra musical, o una orden) y que las palabras, para dar en el blanco, debían ser por supuesto gramaticalmente correctas, pero sobre todo socialmente aceptables.

Reveló así las limitaciones de la lingüística interna, del estructuralismo de André Martinet o de N. Chomsky. Versión Chomsky. No es de extrañar, se podría decir, que un sociólogo espere que la lingüística sea social. Esto es cierto. Pero era más que eso: proponía una dirección, un fondo general sobre el que todos los lingüistas (y no sólo los sociolingüistas) deberían haber reflexionado. Por supuesto, uno no puede estar del todo convencido. En su trabajo sobre la fotografía, por ejemplo (véase el recuadro, pp. 89-90), la tipología propuesta era un poco esquemática (las clases trabajadoras hacen fotos familiares, las clases medias quieren hacer de la fotografía un arte e imitar los códigos de la pintura, las clases altas desprecian la fotografía). Asimismo, la noción de habitus, retomada por otros, le permitía proponer retratos robóticos que a veces rozaban la caricatura: la gente hablaba o se vestía como si tomara un aperitivo (pastis o whisky) o como si se interesara por el deporte (fútbol o tenis)… Pero había, no obstante, un marco general en sus planteamientos en el que la sociolingüística podía encontrar sus mimbres.

Por otro lado, otras críticas parecían más justificadas. Algunos le reprocharon lo que llamaron su “determinismo” o “fijismo”, y es cierto que su modelo, su “caja de herramientas”, no tenía como objetivo principal dar cuenta del cambio. Desde este punto de vista, lo que me parece problemático no es tanto lo que escribió sobre la lengua (el mercado lingüístico es una noción perfectamente utilizable, y de hecho se utiliza a menudo, y que podemos tratar de vincular, a través de la movilidad social, con la diacronía), sino una contradicción algo paradójica.

El filósofo francés Pierre Bourdieu. Foto de Ulf Andersen/Getty Images

Él, que no aportó realmente herramientas para analizar el cambio, se acercó más a William Labov, que dedicó toda su obra al estudio del cambio lingüístico. A este respecto, es interesante leer la entrevista que realizó a Pierre Encrevé en junio de 1980 (“Le changement linguistique”, Actes de la recherche en sciences sociales, nº 28, marzo de 1983). En él, P. Bourdieu expresó primero una cierta reticencia ante la idea de cambio: “¿Se trata de determinar los grupos o agentes responsables del cambio? ¿Existen realmente agentes sociales responsables del cambio?” O: “No sé si podemos aceptar la idea de que hay lugares donde las cosas cambian. ¿De qué tipo de cambio estamos hablando?” Pero, sobre todo, en el transcurso de la entrevista, fue cambiando su postura, pasando del papel de entrevistado al de maestro: “Me gustaría pasar ahora al papel de la mujer en la innovación lingüística.

Tanto en Béarn como en Argelia, constaté que, en lo que respecta a la lengua, y de forma más general en lo que respecta a la cultura, las mujeres estaban más dispuestas y eran más capaces de adoptar el modelo estándar. Se puede plantear la hipótesis de que las mujeres, al estar dominadas en las sociedades masculinas, sólo pueden ascender socialmente a través del matrimonio y la conformidad con las normas dominantes, tienen una disposición socialmente adquirida a conformarse. Esto puede traducirse trivialmente en decir que las mujeres son socialmente más dóciles que los hombres. En el ámbito escolar, por ejemplo, esto está muy claro. ¿Sus observaciones y resultados corroboran estas observaciones?” Y esta última pregunta, sorprendentemente, le muestra escuchando a los demás, pero esperando que confirmen sus propias posiciones…

Está fuera de lugar establecer hoy y en un espacio reducido una valoración de la intervención de P. Bourdieu en el campo lingüístico. Para alguien que, como yo, considera que si el lenguaje es un “hecho social” (como todo el mundo repite, sin sacar ninguna consecuencia teórica y heurística), entonces la lingüística sólo puede ser una ciencia social (lo que hace inútil la idea de la sociolingüística), fue desde luego una ayuda valiosa. Las nociones de lenguaje legítimo, de mercado lingüístico y de violencia simbólica que puso a nuestra disposición siguen siendo útiles.

Pero su contribución me parece que está en otra parte. En 1975, en un discurso publicado bajo el título “Por una sociología de los sociólogos”, recordó que, para Émile Durkheim, el inconsciente era el olvido de la historia. Y añadió: “El inconsciente de una disciplina es su historia. Sin embargo, la lingüística tiene dificultades para evaluar su historia. Con demasiada frecuencia se limita a describir las regularidades internas de las lenguas, un trabajo mecanicista, sin aventurarse en el campo de los efectos sociales del lenguaje. Para salir de su herencia estructuralista, de ese enfoque “consonante-vocal” que le limita a un planteamiento formal, se deberá leer y releer a P. Bourdieu, al igual que se tiene que mirar a otras ciencias humanas. El “politeísmo metodológico” de P. Bourdieu, que le hizo tomar prestados conceptos tanto del marxismo como del estructuralismo, para transformarlos y dialectizarlos, es quizá su lección más fructífera.

Lo que significa hablar. Pierre Bourdieu, 1982

En Ce que parler veut dire, Pierre Bourdieu muestra que la legitimidad de la producción lingüística está determinada por un mercado lingüístico dominado por el estrato cultivado de la sociedad, que posee el “capital simbólico” que es la cultura. La variedad lingüística del grupo dominante se impone como marca de prestigio y determina la valoración que los dominados hacen de su forma de hablar. Así, los colonizadores trataron de imponer una valoración peyorativa de las lenguas vernáculas de los colonizados, que acabaron despreciando su propio idioma.

Sin embargo, explica P. Bourdieu, junto al mercado lingüístico dominante existen “mercados francos” que se oponen y resisten a él: “Podemos clasificar los mercados (lingüísticos) según su grado de autonomía, desde los que están más completamente sometidos a las normas dominantes (como los que se establecen en las relaciones con la justicia, la medicina o la escuela) hasta los que están más completamente libres de estas leyes (como los que se forman en las cárceles o en las bandas juveniles).” Así, la jerga del medio y el lenguaje de los suburbios ignoran deliberadamente las convenciones y las conveniencias de la “lengua dominante”, y traducen en ella la afirmación de una identidad social marginal. Los intercambios en los cafés, basados en valores de fuerza y masculinidad, también reflejan esta resistencia a la norma estándar al excluir del grupo a los individuos que no utilizan estas formas de expresión.

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Esta entrada fue modificada por última vez en 30/08/2023

Tomado de http://Notaantrpologica.com/