En esencia, la disforia emocional se caracteriza por ser un estado persistente de malestar o incomodidad emocional que puede entorpecer cada interacción y experiencia dado que es una disonancia entre el estado emocional propio y las circunstancias externas; posee un trasfondo sutil pero profundo que puede ser difícil de articular, por no decir de comprender.
Imagínese sentir una tristeza inexplicable en medio de una celebración o una abrumadora sensación de vacío cuando se está rodeado de seres queridos; es una paradoja que hace que quienes la padecen se sientan como inadaptados emocionales en un mundo que no encaja con sus luchas internas.
En esta ocasión para Bio-Informando se expondrán los aspectos biológicos que pudieran estar involucrados en esta condición.
Dentro del cerebro, los neurotransmisores (moléculas capaces de transmitir información de una neurona a otra) desempeñan un papel fundamental en la configuración de las experiencias emocionales; las personas que se han enfrentado a adversidades o traumas pueden presentar alteraciones en el sistema de recompensa de su cerebro dando como resultado una mayor sensibilidad a los estímulos negativos y una menor respuesta a los positivos dificultando que asuman e interioricen plenamente las emociones positivas como el amor y el afecto.
Asimismo, el sistema de neuronas espejo, involucrado con la empatía y la comprensión social, también podría desempeñar un papel en la atracción por el maltrato; los individuos con disforia emocional pueden tener alterada la actividad de las neuronas espejo, afectando su capacidad para percibir e interpretar con precisión las emociones de los demás y conducirles incluso a un patrón de búsqueda de conexión con individuos que muestran emociones negativas perpetuando así el ciclo paradójico.
Por otro lado, las personas con estilos de apego ansiosos pueden experimentar niveles elevados de hormonas del estrés, como el cortisol, en respuesta a factores estresantes relacionados con la relación; esta respuesta fisiológica puede perpetuar el ciclo de búsqueda de validación en las relaciones, incluso cuando hay maltrato de por medio.
Por otra parte, estudios sugieren que factores genéticos influyen en la vulnerabilidad de una persona a los problemas de salud mental, incluida la disforia emocional; las variaciones genéticas relacionadas con la función de los neurotransmisores y la respuesta al estrés pueden contribuir al desarrollo de patrones emocionales inadaptados y afectar a la capacidad de establecer vínculos seguros y saludables. Nos encontramos en la era donde hay un exceso información en cuanto al como sobrellevar la compleja dinámica de las relaciones sociales, sin embargo, no hemos sabido usarla correctamente.
En medio de la compleja interacción de la biología y la psicología, se encuentra un aspecto crucial del individuo: el poder de tener claro lo que uno quiere, la tarea de conocerse bien a sí mismo y la expresión de deseos y límites.
A menudo, el miedo a herir los sentimientos de alguien puede llevar a las personas a reprimir sus propias necesidades perpetuando un ciclo de disforia emocional.
De ahí que adoptar una comunicación abierta, libre de las restricciones de las expectativas sociales, es vital para fomentar conexiones basadas en la comprensión y el respeto mutuos; no obstante, el tener una comunicación abierta no significa hablar ‘sin tener filtro’ es saber expresarse con tacto, empatía y firmeza entendiendo que tanto uno mismo como el otro merecen el mismo respeto. El año está concluyendo y sólo me resta agradecerte a ti que me lees y me acompañas cada viernes. Te deseo que este próximo año esté lleno de bendiciones y satisfacciones; que cada día aprendas algo nuevo que te ayude a ser crecer y ser un farol que contagie a otros para resplandecer y hacer de este mundo un lugar menos sombrío y con más amor.
Buen fin de semana.
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