noviembre 10, 2025

ADN antiguo revela una nueva imagen de la Europa prehistórica

¡La cultura Gravettiana es conocida como una de las primeras culturas pan-europeas que existió hace 30,000 años! Descubre una nueva imagen de la Europa prehistórica gracias al análisis del ADN antiguo en un estudio que ofrece sorprendentes revelaciones sobre los cazadores-recolectores y los agricultores que habitaron el continente hace miles de años.


Hace 30,000 años, esta tierra estaba cubierta de vastas estepas donde los mamuts y otras criaturas gigantes pastaban a sus anchas. Pero lo más sorprendente de todo es que existía una cultura humana más o menos homogénea: los Gravettienses. Estos antiguos habitantes construían sus hogares en cuevas y refugios de huesos de mamut, y esculpían intrincadas obras de arte que representaban a sus animales favoritos, incluyendo mamuts y leones cavernarios, ¡así como a mujeres con peinados elaborados y curvas exageradas! Según el arqueólogo Nicholas Conard, esta cultura puede ser considerada como la primera cultura pan-europea.

Hoy en día, los científicos nos han sorprendido con nuevas pruebas sobre la identidad de los Gravettenses, que nos han dejado boquiabiertos. Según un estudio publicado en Nature, los Gravettenses que vivieron en Francia y España hace 30.000 años, no eran los mismos que los que vivían en la República Checa e Italia. Los científicos han encontrado pruebas de ADN que demuestran que estos grupos eran genéticamente distintos. ¡Increíble! La bióloga molecular Mateja Hajdinjak del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, afirma que lo que creíamos era un solo pueblo homogéneo en Europa, resultó ser dos grupos distintos. ¿Quién lo hubiera pensado?

Los Gravettenses fueron una cultura prehistórica que habitó Europa hace aproximadamente 30,000 años. Se caracterizan por su arte y artefactos distintivos, como las esculturas de mamut y las figuras femeninas estilizadas con pechos y nalgas exagerados. Los Gravettenses vivían en cuevas o refugios construidos con huesos de mamut y otros materiales disponibles en su entorno. Aunque se creía que los Gravettenses eran un solo pueblo en Europa, estudios recientes han demostrado que había diferencias genéticas entre los grupos de diferentes regiones geográficas, como Francia y España en comparación con la República Checa e Italia.

Los Gravettianos, como muestra esta reconstrucción, tenían una cultura común con arte y artefactos sofisticados. Pero eran dos poblaciones distintas. Imagen de TOM BJOERKLUND

Un grupo de científicos que han estudiado el ADN de antiguas culturas prehistóricas, incluyendo los famosos Gravettenses han encontrado que aunque este grupo parecía tener una sola cultura uniforme, en realidad, había una gran diversidad genética entre ellos. El estudio incluyó 116 genomas que datan desde hace unos 45,000 años hasta el 6,000 a.C., y abarcó todo el continente, desde España hasta Rusia. Según Cosimo Posth, el líder del estudio, esto ha llenado muchas lagunas en nuestra comprensión de la evolución humana en Europa.

A menudo, los arqueólogos han agrupado a las personas en ciertas culturas basándose en herramientas, estilos de caza y rituales funerarios similares. Sin embargo, las pruebas de ADN están revelando que estas culturas aparentemente coherentes pueden estar compuestas de grupos genéticamente distintos. Felix Riede, arqueólogo de la Universidad de Aarhus, cree que esto es un gran avance en la comprensión de cómo estas culturas interactuaron y evolucionaron a lo largo del tiempo.

¡Imagínate poder sacar información de un hueso tan degradado que solo contiene el 1% de su material genético original! Eso es lo que han logrado los investigadores gracias a los nuevos métodos analíticos y herramientas de secuenciación de ADN cada vez más potentes. Estas herramientas les han permitido extraer información de muestras que estaban en mal estado y de contextos inusuales, como el paisaje ahora sumergido conocido como Doggerland, entre las Islas Británicas y los Países Bajos. Es increíble cómo la tecnología puede ayudar a los científicos a descubrir más sobre nuestro pasado.

Los arqueólogos han notado estas diferencias durante años, pero no estaban seguros si se debían a diferentes poblaciones o simplemente a variaciones dentro de un grupo. Las pruebas de ADN han demostrado que los gravetenses en Francia y España eran genéticamente diferentes de los que vivían en lo que ahora es la República Checa e Italia. Estas diferencias explican las diferencias en las herramientas y estrategias de subsistencia, así como en la creación de refugios de huesos de mamut y figurillas femeninas. Ahora, los arqueólogos pueden ver que estas diferencias eran en realidad obra de poblaciones distintas.

En particular, el artículo se centra en el período conocido como el último máximo glaciar, cuando gran parte de Europa estaba cubierta de hielo. Los arqueólogos creían que los Gravettianos, un grupo de personas que vivían en Europa hace unos 26.000 años, se retiraron a las zonas sin hielo del sur de Europa durante este período y luego regresaron al norte cuando los glaciares se derritieron. Los datos de ADN respaldan esta teoría en la Península Ibérica y el sur de Francia, donde las personas que vivían allí antes del período de hielo persistieron durante lo peor del clima y luego regresaron al norte cuando las condiciones mejoraron.

La teoría de que los habitantes de la Península Ibérica y el sur de Francia sobrevivieron al período de hielo y regresaron al norte cuando las condiciones climáticas mejoraron es apoyada por los datos de ADN. Imagen de TOM BJOERKLUND

Los arqueólogos creían que Italia había sido un refugio seguro durante este período, pero los datos genéticos sugieren lo contrario: la población Gravettense que habitaba allí desapareció completamente. En su lugar, después del final de la glaciación, se encontraron vínculos genéticos con Oriente Próximo, lo que sugiere que una nueva población llegó desde los Balcanes. Esto demuestra cómo la genética puede cambiar nuestra comprensión de la historia, incluso cuando contradice las pruebas arqueológicas previas.

Los arqueólogos notaron que hace unos 14.000 años hubo cambios culturales en Europa que se creía reflejaban la adaptación de una población existente a paisajes más cálidos y boscosos. Sin embargo, el ADN ha demostrado que en realidad hubo una sustitución casi completa de la población: los magdalenienses, quienes sobrevivieron al período glaciar, prácticamente desaparecieron y fueron reemplazados por poblaciones que migraron hacia el norte desde Italia después del fin del período glaciar. Esto significa que la cultura magdaleniense no continuó después del período glaciar y que la población que se adaptó al nuevo clima y ambiente forestal fue en realidad una población completamente nueva.

El hecho de que los habitantes de Europa occidental y del este del mar Báltico sigan siendo genéticamente distintos a pesar de compartir un estilo de vida cazador-recolector similar es algo sorprendente. Este descubrimiento demuestra que la genética puede proporcionar información importante sobre la historia de los pueblos y las culturas, y muestra la complejidad y diversidad de la historia humana en Europa. Además, nos recuerda que aunque las personas pueden tener estilos de vida similares, los factores geográficos y ambientales pueden jugar un papel importante en la evolución y la diferenciación genética.

Los datos genéticos han revelado que los cazadores-recolectores de Europa occidental y los habitantes de Europa del Este tenían aspectos diferentes, con los primeros teniendo la piel oscura y los ojos claros, y los segundos con la piel clara y los ojos oscuros. Además, a pesar de la falta de barreras geográficas, los dos grupos no se mezclaron durante miles de años, lo que es sorprendente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las muestras de ADN del estudio no cubren todo el continente y que es posible que las zonas de contacto más probables aún no se hayan investigado. A pesar de esto, la información proporcionada por el estudio es fascinante y sugiere que hay mucho más por descubrir sobre la historia genética de Europa.

Los nuevos datos genéticos pueden ser una herramienta valiosa para que los arqueólogos revisen y amplíen sus ideas sobre la interacción entre las poblaciones humanas del pasado. La opinión de la arqueóloga Jennifer French es que estos datos genéticos proporcionan más matices y detalles sobre la mezcla de poblaciones que los datos arqueológicos solos no pueden proporcionar. En mi opinión, esto subraya la importancia de integrar diferentes enfoques y disciplinas para obtener una comprensión más completa de la historia y evolución de las poblaciones humanas. Además, esta colaboración puede ofrecer nuevas perspectivas sobre las sociedades antiguas y cómo se formaron y cambiaron a lo largo del tiempo.

Referencias: Posth, C., Yu, H., Ghalichi, A. et al. Palaeogenomics of Upper Palaeolithic to Neolithic European hunter-gatherers. Nature 615, 117–126 (2023). https://doi.org/10.1038/s41586-023-05726-0

Tomado de http://Notaantrpologica.com/