Existe una lista de animales “perdidos” que un grupo de científicos quiere hallar. Se trata de especies que no son vistas desde hace mucho tiempo y que no se tiene la certeza de que se hayan extinguido. En Sudáfrica encontraron recientemente a uno de ellos: el topo dorado de Winton (Cryptochloris wintoni) que no se tenía registros desde 1936.
Así lo anunciaron desde el “Proyecto Re:wild lost species” que se dedica a buscar animales perdidos. En este caso, se trata de un topo ciego dorado que fue visto en la playa de Port Nollothde, en Sudáfrica, tras 80 años perdido para la ciencia.
Endangered Wildlife Trust (EWT) es la organización sudafricana que también hizo posible el reencuentro. Fue fundada en 1973 y su objetivo es la conservación de especies y ecosistemas amenazados.
Desde EWT trabajan analizando el ADN ambiental (eDNA), es decir, estudian diferentes entornos en busca de restos de material genético como células de la piel, cabello o excreciones corporales, para seguir el rastro de los animales perdidos.
Sudáfrica y el camino de los animales perdidos
La búsqueda del topo dorado de Winton fue complicada porque las madrigueras suelen ser inaccesibles y los túneles que dejan a su paso por la arena casi nunca son visibles. También, estos animales tienen un oído extremadamente sensible y detectan vibraciones en el suelo, lo que les permite escapar y evitar ser vistos.
El topo fue encontrado gracias a un perro dedicado a detectar olores y entramado para encontrar roedores, de manera segura. Además, el equipo científico contaba con un centenar de muestras de suelo de las playas para analizar el ADN ambiental y encontrar residuos del topo de Winton.
El topo dorado de Winton: sin ojos y con los “colores del arco iris”
Los topos dorados de Winton tienen un tamaño parecido al de un hámster doméstico, entre 70 y 85 mm de largo. Sus dos características más llamativas son: que no tiene ojos y que son iridiscentes.
La iridiscencia, según la RAE, es el “reflejo de colores distintos, generalmente como los del arco iris”. Se trata de un fenómeno óptico que se produce en su pelaje, donde los colores cambian según el ángulo desde el que se observa. Su alimentación consiste en termitas, hormigas y otros insectos pequeños, durante la noche.
Desde hacía dos años las organizaciones buscaban a estos individuos y su trabajo final fue publicado y está abierto a toda la comunidad. Según Re:wild este topo era uno de los animales más buscados del mundo.
Tomado de https://econews.global/
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