Primero, se promovió con videos editados por IA donde se observaba a una multitud iracunda quemar el Palacio Nacional; luego, ya en los hechos, la supuesta marcha de la “generación Z” concluyó con el arribo del bloque negro al Zócalo capitalino, para intentar hacer realidad esas imágenes.
Con violencia, el contingente –que se supone pertenece al anarquismo y la ultra izquierda– se sumó a la protesta de los opositores a la 4T –encabezados por panistas y priístas, principalmente– para derribar las vallas y golpear policías capitalinos. El saldo, más de un centenar de uniformados heridos.
Antes de las 11 de la mañana, hora en que se acordó empezar la movilización, las personas se reunían en diferentes puntos de la Ciudad de México, mayormente en el monumento al Ángel de la Independencia. Todo, para entonces, parecía desarrollarse de forma pacífica.
Con sombreros particulares en la cabeza, la multitud coreaba: “Manzo no murió, el gobierno lo mató”, en referencia al “movimiento del sombrero”, nombrado así por el propio alcalde a su administración, la cual distinguía por la amenaza de fuerza letal contra las personas que presuntamente cometieran crímenes.
Este tipo de ideas no están alejadas de quienes marchan. La señora Miriam dice: “si me veo en peligro, y de que yo mate a que ellos me maten, yo voy a matar”, y cita frases del mandatario de El Salvador, Nayib Bukele. Además, afirma que durante la administración de Felipe Calderón “no había tanto feminicidio; ahora no puedes salir tú mujer porque te van a atrapar”.
La violencia no se queda sólo en las opiniones de quienes marchan. Horas después de que los contingentes avanzaran por las calles hacia el Centro Histórico, el bloque negro embiste las vallas que colocó días antes el gobierno.
Con repetidos golpes y objetos lanzados contra el acero, los encapuchados remueven los muros metálicos. Una vez derribadas las vayas, los ataques se dirigen hacia la policía. Los uniformados forman un bloque con sus escudos, intentan contener el avance de los supuestos anarquistas a Palacio Nacional.
La afrenta se vuelve el centro de atención en el Zócalo capitalino, donde los otros manifestantes observan, a la vez que gritan repetidamente “asesinos”, pero no en referencia a los integrantes del bloque negro que están generando la violencia, sino a los policías que son golpeados.
El ambiente se torna nebuloso por los gases de extintor que emplean las fuerzas de seguridad para contener la violencia. El bloque negro intensifica los ataques con objetos; incluso hay quienes lanzan pedazos de vallas o alcantarillas. De fondo, gritos e insultos proliferan, así como estruendos de bombas molotov que caen del lado de los policías.
Minutos después de las 3 de la tarde, con algunas lesiones de personas que recibieron impactos de objetos lanzados, la afrenta disminuye, los portadores de escudos se acomodan en otra formación, y las personas comienzan a recular.
El secretario de Seguridad capitalino, Pablo Vázquez Camacho, apuntó que más de un centenar de policías fueron lesionados, de los cuales 40 fueron trasladados a hospitales para su valoración informa. Por estos hechos, fueron detenidas 20 personas.
La marcha
En ese mismo Zócalo, una gran lona –con la imagen de dos huesos cruzados detrás de un cráneo humano con un sombrero de paja– se extiende en la plancha, frente al balcón principal de Palacio Nacional. Es el anuncio de lo que sería la movilización de la supuesta “generación Z”, que terminó siendo una marcha de la oposición, casi copia de las marchas de la llamada “marea rosa”.
Del sur de Asia proviene el símbolo que usan quienes decidieron salir a las calles este 15 de noviembre, como una réplica de las protestas populares de Nepal a principios de septiembre, que lograron la renuncia del primer ministro.
Aquí, usan el pretexto del asesinato del presidente municipal de Uruapan (Michoacán), Carlos Alberto Manzo Rodríguez –ocurrido el pasado 1 de noviembre–, para protestar contra el gobierno y contra la violencia que –según algunos asistentes consultados para este trabajo– se vive en las entidades gobernadas por el partido Movimiento Regeneración Nacional. En su mayoría, los integrantes de la marcha no podrían identificarse–por su visible avanzada edad– con la llamada generación Z.
Una de las que sí podrían identificarse con dicha generación, Giovana, expone en entrevista que acude a la marcha “por los últimos acontecimientos que han pasado en el país, por ejemplo, el asesinato de Carlos Manzo. Siento que fue la gota que derramó el vaso para que nosotros nos diéramos cuenta con lo que está pasando con el gobierno”.
La joven dice que fue a través de la red social TikTok como se enteró de la marcha, unos días después de la tragedia en Michoacán. En un video donde se muestra el momento del asesinato: “todos los comentarios eran: revocación, la marcha del 15 de noviembre”. Además se daban referencias al lugar y la fecha. Giovana asegura no recordar el nombre de la cuenta que lo promovió.
Cristofer tiene una impresión similar. En sus palabras, el motivo de la marcha es, principalmente, “por la inseguridad que hemos visto recientemente: matanzas a activistas y presidentes municipales que sí hacen algo. A los que podríamos considerar que no son corruptos, que sí son reales, que sí quieren hacer cosas por el pueblo”; pero también “en contra del gobierno y lo que está haciendo”.
Hace tres semanas se enteró de la movilización, pero dice que en serio quiso asistir cuando vio la reacción de la presidenta Sheinbaum – quien nombra con el género masculino de presidente– sobre la muerte del presidente asesinado en Uruapan.
Por su parte, la señora Miriam Baena detalla otras razones. Ella considera que la gente reunida esta tarde ya no quiere a los gobiernos de la llamada cuarta transformación. “Queremos un gobierno que nos dé trabajo y no nos dé dádivas, porque con 3 mil pesos creen que nos van a callar y están equivocados”. La mujer espera que las protestas de hoy logren que la presidenta salga del cargo antes de la revocación de mandato, pensada para la mitad de su sexenio.
La narrativa en contra del gobierno que comenzó hace siete años con el expresidente López Obrador, y que continúa ya con un año de la administración de Claudia Sheinbaum, ha sido el más usado por la oposición de México, desde que se desataron las concentraciones de la “marea rosa”, una organización presuntamente apartidista, pero que encabezaban personajes como Claudio X González y los líderes del PRI y el PAN, a quienes hicieron explícito su apoyo unas semanas antes de la votación presidencial de 2024.
Marcha sin tantos jóvenes
Entrevistada para Contralínea, Berenice, de 23 años, destaca que la protesta se distingue de otras porque hay jóvenes que “usan parte de la cultura de los jóvenes”, aunque acepta que la asistencia de población en este grupo de edad y adultos más grandes “es mitad y mitad”.
La señora Miriam aplaude que –según su opinión– la marcha haya sido promovida por las y los jóvenes, “porque es su mundo”, y defiende la participación de adultos y adultos mayores, pues “venimos a defender a esos jóvenes”.
El 13 de noviembre, en la conferencia presidencial, el coordinador de Infodemia, Miguel Ángel Elorza Vázquez, informó que la difusión masiva de esta marcha fue promovida por personas y grupos de la derecha internacional como Atlas Network, Carlos X González y Vicente Fox, la cual ha costado unos 90 millones de pesos tan sólo desde mediados de octubre.
Al ser cuestionada por la injerencia de partidos políticos, empresarios y grupos de la derecha, Berenice señala que se pierde “un poco” la esencia del movimiento cuando se meten esos personajes. “Involucrar a gente que se supone es parte del problema, pues sí está un poco contradictorio”.
Para Cristofer, es obvio que los partidos de oposición se añadan a esta marcha bajo la frase: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, en referencia a una movilización contra el gobierno en turno. “Esos weyes siempre se van a querer meter como si ellos fueran la solución”, aunque dice que nadie quiere que vuelva el PRI o el PAN.
No obstante, sugiere que un perfil adecuado para llevar las riendas del país sería una persona “que actúe con la idea más de libertad y de igualdad, no importa tu color de piel o tu género”. Sobre esa idea libertaria, critica que no hay una oposición “de derecha”, pero da posibilidades a Ricardo Anaya de que se erija como el líder de “un movimiento libertario y de igualdad. Hay veces que falta progresismo si ya nos estancamos y hay veces que falta regresar a lo que funciona cuando probamos cosas que no han funcionado”, agrega.
La señora Miriam también asegura no simpatizar con algún partido político, pero celebra acciones de los gobiernos pasados del PRI, que construyeron casas y hospitales. Asimismo, menciona que, aunque pueda apoyar a algún color, hoy acude como ciudadana.
Como Nepal, solo en el nombre
Nepal fue objeto de múltiples protestas sociales en la primera mitad de septiembre de este año. Con el mote de “generación Z”, la población se levantó contra toda la estructura de poder. Marchas que comenzaron por el encarecimiento de la vida y contra la lujosa vida de los hijos de políticos, terminó por encender cuando el gobierno del primer ministro maoista Khadga Prasad Sharma Oli promovió una iniciativa para prohibir las redes sociales. Las movilizaciones ocasionaron la muerte de casi 80 personas y más de 2 mil heridas, lo cual configuró una protesta nacional que se conglomeró en Katmandú, la capital. Tras quemas del parlamento y oficinas de gobierno, el primer ministro dimitió a su cargo.
En esas protestas, uno de los símbolos más usados fue la bandera de la serie animada japonesa One Piece, en la cual el personaje principal, Monkey D. Luffy, es un pirata que lucha contra la represión de un gobierno autoritario para defender la libertad, justicia y dignidad humana.
El machismo también marcha
De pie en una banqueta de la avenida Paseo de la Reforma, Cristofer sostiene un pequeño cartel de cartón. “¡yo ya no era machista!, pero llegó Claudia”, se lee en este. “Es un poquito para llamar la atención”, se excusa; sin embargo, sostiene que las mujeres han perdido más de lo que han ganado con la llegada de la presidenta al poder, “porque llegó a implementar políticas, leyes, en general un movimiento divisorio y en muchas cosas no tratan por igual al hombre y a la mujer”.
Según él, “olvidan por completo el otro lado de la moneda”. Y añade que prefiere una persona que presida al país sin discriminar a las demás “por lo que tengan entre las piernas”. Afirma no sólo sentirse discriminado, sino que “es un hecho” la discriminación hacia los hombres en el país.
Las expresiones machistas que proliferan contra la primera mandataria no son de ahora, tienen origen desde su campaña presidencial, cuando la tachaban de obedecer órdenes del presidente López Obrador. Hoy, un año después de haber asumido como titular del Ejecutivo federal, algunas personas participantes en la marcha desplegaron más insultos y opiniones despectivas hacia ella; incluso, consignas contra su cuerpo.
Cristofer, al ser consultado por su opinión respecto al Plan Michoacán anunciado por la presidenta para buscar la pacificación del estado, desarrolla una analogía con apología a la violencia de género: “es básicamente como si alguien golpeara a su esposa, y después de golpearla la levantara y sobara, porque haces las cosas más nefastas y peores, y después llegas a sobar como si tú fueras la solución”.
Tomado de https://contralinea.com.mx/feed/





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