El exfiscal especial Jack Smith, quien renunció hace más de diez meses después de que los resultados de las elecciones de 2024 afectaran sus casos penales contra Donald Trump, sigue siendo un blanco frecuente de las críticas republicanas.
El presidente Trump continúa difundiendo acusaciones infundadas contra Smith, mientras su administración persiste en destituir a los funcionarios que colaboraron con el exfiscal especial. Varias figuras republicanas también propagan teorías de conspiración sin fundamento relacionadas con Smith.
En el Capitolio, los legisladores republicanos han atacado constantemente a Smith. El representante de Ohio, Michael Rulli, hizo recientemente acusaciones infundadas de «traición», y la senadora Marsha Blackburn remitió a Smith al Departamento de Justicia para una investigación por mala conducta basándose en lo que parecían ser acusaciones malinterpretadas. Varios republicanos incluso han abogado por la inhabilitación de Smith. A pesar de estos esfuerzos, ningún funcionario republicano ha presentado ninguna prueba de irregularidades por parte de Smith, pero los fervientes ataques del partido persisten.
Más recientemente, el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, envió una carta la semana pasada exigiendo el testimonio a puerta cerrada de Smith. Esta semana, Smith indicó su disposición a responder a las preguntas republicanas, pero insistió en un foro público. The New York Times informó que los abogados de Smith, citando «muchas tergiversaciones» de su trabajo, desean evitar una entrevista privada.
El informe del Times, corroborado por MSNBC, también señaló que los republicanos en el Congreso han expresado en privado su aprehensión sobre el testimonio público de Smith, temiendo que pueda socavar las afirmaciones de inocencia del presidente.
Esta aprehensión revela las verdaderas intenciones de los republicanos. Como se discutió anteriormente, Smith es un fiscal experimentado, creíble y conocedor, íntimamente familiarizado con los casos penales de Trump. Cuanto más los republicanos lo pongan en el ojo público, más oportunidades tendrá Smith de recordar al público las diversas supuestas felonías presidenciales y las pruebas que el partido probablemente preferiría mantener ocultas.
Esencialmente, mientras que Jordan y sus colegas republicanos inicialmente parecían estar a la ofensiva contra Smith, ahora es Smith quien está desafiando su postura. Él tiene poco que temer; los republicanos sí. El mensaje de Smith es claro: «¿Quieren hablar? Excelente. Tengo mucho que decir. Tengamos una discusión pública.»
Los republicanos aún no han indicado si concederán la transparencia que Smith desea, aunque no hay una razón inherente para que el interrogatorio se realice a puerta cerrada. Se anticipan nuevos desarrollos.Tomado de https://feeds.nbcnews.com/msnbc/public/news
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