octubre 20, 2025
Es increíble que un viejo móvil con la pantalla rota se haya convertido en la mejor webcam que he tenido

Es increíble que un viejo móvil con la pantalla rota se haya convertido en la mejor webcam que he tenido

Tomado de https://www.xatakandroid.com/feed

La cámara selfie es el patito feo de los dispositivos, ya no tanto en los móviles (que cada vez cuidan más ese aspecto) sino más bien en los ordenadores portátiles. Salvo excepciones contadas con vocación profesional, las prestaciones de la webcam deja bastante que desear: sí, son suficientes para videollamadas, pero está a años luz en calidad de imagen de las lentes de móviles con unos cuantos años a las espaldas, incluso aunque no sean de gama alta.

Por no mencionar una realidad: los portátiles tienen webcam, pero los ordenadores de sobremesa no. Por eso cuando tengo una videollamada dejo de lado mi torre para coger el portátil, que aún así no brilla precisamente por su calidad . Y lo sé porque nunca he tenido una webcam: siempre he tirado del portátil. Para las reuniones de trabajo me vale, pero cuando he tenido que participar en algún programa de Xataka, la cámara se me ha quedado corta.

Cansada de tener que cambiar de ordenador cada vez que tenía una reunión y tras mirar los precios de las webcam decentes me decidí a hacerme mi propia webcam con un móvil viejo que tenía por casa y que dejamos de usar porque tenía la pantalla rota y unos cuantos años a las espaldas.

De móvil viejo con pantalla rota a webcam

Y la verdad sea dicha: convertir un móvil en una webcam es en general una magnífica idea de reciclaje en tanto en cuanto la lente que se emplea es la principal (no la cámara selfie) y que no necesita mucho en cuestiones de hardware. Es más, ni siquiera hace falta que tenga demasiado espacio de almacenamiento o una batería en buen estado.

Hay unas cuantas apps que merecen la pena para usar tu móvil como un webcam, pero la más completa e interesante es Droidcam, que puede descargarse gratis en Google Play Store. Mi recomendación es probarla para ver que se ajusta a nuestras necesidades porque esta versión tiene anuncios y tiene una calidad de imagen baja (640𝑥480), pero para subir a 720p o 1080p con modo HD y tener más efectos toca pasar por caja y pagar 4,99 euros por DroidCam X. 

Spoiler: la versión gratis hace el apaño, pero menos de cinco euros por una webcam 1080p es un chollo. La esencia de Droidcam es convertir la cámara del móvil en una cámara IP, que se conecta al ordenador. Una cuestión importante: sirve para apps típicas de videollamadas como Zoom, Teams o Skype, pero solo sirve para Windows y Linux. 

Para poder usar la webcam primero hay que instalar la app en el móvil y obviamente, conceder permisos de acceso a la cámara y el micrófono. Después, toca vincularla con el ordenador instalando la versión cliente. Basta con abrir un navegador e ir a la web https://www.dev47apps.com/ para elegir la versión e ir siguiendo los pasos (prácticamente es ir tocando sobre ‘Next/Siguiente’).


La otra limitación es que es requisito indispensable que tanto el ordenador como el móvil webcam estén conectados a la misma red Wi-Fi. La app del móvil muestra las direcciones de la WiFi IP  y el puerto, que será precisamente las que tengamos que introducir en la app del ordenador. Ya solo queda activar las casillas de Vídeo y Audio y darle a ‘Start‘ para que comience la grabación. 

Y ya está: lo que grabe la cámara del móvil se mostrará en el ordenador. Es un proceso tan sencillo y rápido (aunque está en inglés, eso sí), que lo que más me ha costado ha sido encontrar un buen sitio para colocar mi nueva webcam (he usado un soporte de carga y una estantería que hay delante). Mencionaba más arriba que lógicamente he usado la cámara trasera como webcam, si bien la app permite elegir si queremos emplear la frontal o la trasera. 

Como mencionaba más arriba, la versión gratis de la app cumple para salvar una videollamada en la que no tienes una webcam, pero pagando cinco euros la experiencia sube de nivel: una mayor calidad de imagen (depende de las prestaciones de la lente, lógicamente), pero también extras como zoom, flash, autoenfoque, rotación, capturas y por supuesto, librarse de los anuncios. 

En mi caso, mi viejo y destartalado móvil con la pantalla rajada de Xiaomi grababa en Full HD+, así que la sorpresa ha sido mayúscula porque da la talla para configurar la calidad más ambiciosa y la verdad, comprar una webcam con una resolución 1080p me iba a costar bastante más. 

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Portada | Montaje con Foto de Waldemar Brandt en Unsplash y Amparo Babiloni

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