octubre 12, 2025
Diseñador amateur británico fabrica un diwheel eléctrico de 60 kW con dirección tipo tanque y ruedas de 60 kg cada una

Diseñador amateur británico fabrica un diwheel eléctrico de 60 kW con dirección tipo tanque y ruedas de 60 kg cada una

Barker comenzó con una monorueda fallida construida en su cocina. En lugar de rendirse, decidió crear una versión más robusta y ambiciosa: una diwheel con motor eléctrico de 60 kW....#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/

Valora este contenido

Barker comenzó con una monorueda fallida construida en su cocina. En lugar de rendirse, decidió crear una versión más robusta y ambiciosa: una diwheel con motor eléctrico de 60 kW.

  • Vehículo experimental tipo diwheel, 60 kW de potencia.
  • Construcción artesanal, materiales sobredimensionados.
  • Dirección tipo tanque, estabilidad sin giroscopio.
  • Uso de impresión 3D, nylon SLS y CAD.
  • Reto técnico y físico; fabricación compleja.
  • Aún no probado en ruta; alto potencial e incertidumbre.

DIY Diwheel utiliza 60 kW de potencia de motocicleta y dirección del tanque… pero ¿conducirá?

La primera monorrueda de Sam Barker fue un desastre. Construida en su cocina hace cuatro años, se flexionaba, tenía pernos salientes y se cayó varias veces. La mayoría de la gente lo habría dejado ahí. Barker decidió ir más lejos: construir una diwheel de 60 kilovatios, con dirección diferencial y estructura reforzada.

Para quienes no estén familiarizados, una diwheel se compone de dos anillos concéntricos en los que el piloto se sienta en un marco suspendido. A diferencia de una monorrueda, no depende del equilibrio dinámico para mantenerse erguida. Es estable por diseño. Los anillos exteriores giran sobre el marco interior mediante rodamientos, y la dirección se logra como en un tanque: cada rueda se impulsa de forma independiente. Suena emocionante… hasta que hay que maniobrar por una calle estrecha o intentar aparcarla.

Más metal que sentido común (y eso es parte del encanto)

El enfoque de Barker para este rediseño no escatima en exceso. Los anillos están fabricados con acero de 5 mm de grosor y 100 mm de ancho, proveniente de una empresa metalúrgica de Sheffield, donde el personal aún recuerda la dificultad de cortar y curvar semejante material. Cada anillo pesa 60 kg, más que muchas bicicletas eléctricas completas.

Barker reconoce el despropósito con una mezcla de ironía y determinación: “¿Me he pasado? Sí. ¿Me da miedo la inercia? También. ¿Se va a doblar? Imposible”. Su estrategia es clara: cuando no se puede garantizar la precisión, se compensa con resistencia extrema. Una lógica discutible, pero común en el mundo del maker autodidacta, donde el error y la improvisación son parte del proceso.

Fabricar esto casi lo aplasta… literalmente

El montaje de los anillos fue una odisea. La tienda no logró curvar los tubos en círculos completos, por lo que Barker tuvo que cortar, soldar, alinear a ojo y rezar para que todo encajara. Los huecos y deformaciones lo obligaron a usar todo tipo de sujeciones improvisadas. El marco interior, inicialmente impreso en 3D, tuvo errores de medición tan graves que fue necesario reconstruirlo desde cero. Y aún así, el segundo intento tampoco coincidió del todo.

Manipular piezas de acero de 60 kg sin ayuda casi le cuesta un accidente cuando uno de los anillos comenzó a volcarse. Lo que debería ser un ejercicio de ingeniería estructurada se convirtió en un rompecabezas caótico… pero hecho con convicción.

Ingenio digital y herramientas analógicas

En su primera monorrueda, los rodillos impresos en PLA se deshicieron en diez minutos. Para esta versión, diseñó en Fusion 360 y encargó rodillos impresos en nylon SLS, más resistentes y precisos. Cada uno integra cuatro rodamientos para distribuir mejor las cargas.

La suspensión, más que suavizar baches, compensa errores de fabricación. Y cuando no encontró una varilla compatible con los rodamientos de 17 mm, se fabricó su propio torno con piezas impresas y un taladro. Esta combinación de software avanzado, impresión 3D y soluciones improvisadas define el espíritu del bricolaje tecnológico actual.

[embedded content]

Mucha potencia, poca experiencia… ¿y la seguridad?

Hoy el vehículo ya gira dentro de sus anillos. Lo que no parece gran cosa hasta que se recuerda todo lo que costó llegar ahí. Aún falta instalar el asiento tipo «bucket», adquirido por Facebook Marketplace, y definir el posicionamiento de baterías y motores. Decisión clave, ya que con 60 kW disponibles —una potencia similar a la de una moto deportiva—, el reparto de masas es crucial para evitar inestabilidades.

El diwheel ofrece una ventaja física clara sobre la monorrueda: es estable desde parado. Pero una cosa es la estabilidad estática, y otra muy distinta mantener el control a 50 km/h con varios cientos de kilos de acero girando a tu alrededor.

Por ahora, el proyecto sigue sin una prueba de conducción definitiva. Pero lo que hay es valioso: un diario técnico honesto, lleno de fallos, correcciones y adaptaciones creativas. Justamente lo que hace que este experimento valga la pena seguir.

#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/