A dos años del genocidio en Gaza. “Hagamos lo que hagamos estamos muertos”

A dos años del genocidio en Gaza. “Hagamos lo que hagamos estamos muertos”

Tomado de https://contralinea.com.mx/feed/

Hagamos lo que hagamos estamos muertos. Vamos a morir aquí, ¿a dónde podemos ir? […] no hay agua, no hay lugar seguro, ni siquiera una tienda. Cada día, nueva orden de evacuación”, dijo a agentes de Naciones Unidas el palestino Abed, desde la ciudad de Gaza.

La desesperación y el miedo que generan las explosiones de tanques y misiles, las órdenes de evacuación y, en los últimos meses, el hambre, han acompañado a las y los habitantes de Palestina por 731 días. Hace ya dos años que comenzó el genocidio israelí –y más de 77 años de ocupación–, que ni el máximo órgano internacional ha podido detener, a pesar de las decenas de miles de asesinatos y lesiones.

Desde el 7 de octubre de 2023, en respuesta a la matanza de 1 mil 200 personas israelíes por parte del grupo armado Hamás, Israel ha llevado una embestida sin precedentes contra la población palestina, particularmente en la Franja de Gaza. El gobierno de Benjamin Netanyahu ha asesinado a más de 67 mil personas –sumado a casi 1 mil en Cisjordania–, y herido a más de 170 mil, en su mayoría infantes y mujeres, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad local.

Al mismo tiempo, la avanzada militar israelí ha ocasionado el desplazamiento continuo de la población. De acuerdo con Naciones Unidas, el 88 por ciento del territorio palestino se encuentra bajo ocupación militar o con órdenes de evacuación, y los lugares a los que tienen que huir las personas presentan altos niveles de sobrepoblación o destrucción.

Y cuando parecía que el genocidio, declarado así por una Comisión independiente de la ONU, no podía ser peor, Israel bloqueó totalmente la entrada a la ayuda humanitaria hacia la Franja desde el pasado 2 de marzo, lo que derivó en una hambruna generalizada para las y los palestinos sobrevivientes de los ataques armados. Esto ha provocado más de 450 muertes por inanición, y la declaración de hambruna por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF).

Ante estos hechos, ha crecido la presión hacia los gobiernos de distintos países, a través de marchas multitudinarias y paros generalizados, así como esfuerzos directos como las embarcaciones que buscan llevar ayuda humanitaria a Gaza, pero han sido ilegalmente secuestradas por Israel.

La vida, cada vez más deteriorada

Las personas en Gaza han vivido “dos largos años de destrucción, desplazamiento, bombardeos, miedo, muerte y hambre”, declaró el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA, por sus siglas en inglés), Philippe Lazzarini.

La falta de acceso a servicios básicos entre las y los palestinos ha conducido a la gente a enfermedades por distintos factores. En particular, por escasez de combustible han comenzado a utilizar basura y plásticos a fin de que funcionen como fuente para cocinar alimentos y mantener calor. Por ello, ha habido un “aumento de las enfermedades respiratorias”, según han dicho médicos a agentes de la ONU.

Muhammad al-Masri, desplazada de Beit Hanoun, se la pasa todo el día enfrente del humo, pues tiene tres hijos e hijas que cuidar. “No puedo permitirme dejar de usar el horno”, comentó a Naciones Unidas. Para combatir la contaminación que ello le provoca, usa un inhalador en lugar de medicamentos, los cuales no puede pagar. Es una situación que también enfrenta Aisha al-Ra’i y Um Muhammad Abu Zuaiter, así como muchas mujeres gazatíes.

En la ciudad de Gaza, la gente tiene que decidir entre quedarse “bajo intensas operaciones militares y el empeoramiento del orden público” o huir hacia el sur, donde “las condiciones humanitarias se están deteriorando rápidamente”, ha alertado Médicos Sin Fronteras (MSF) en sus comunicados. La ONG subraya que los sistemas de agua y saneamiento se encuentran destruidos casi por completo. De manera general, advierte que lo que está ocurriendo en Gaza, en el norte de la Franja, es “un patrón de destrucción total que nuestros equipos ya presenciaron anteriormente en Rafah”.

Desde los primeros días de septiembre de 2025, el Ejército israelí intensificó su campaña genocida y de limpieza étnica, al expandir su actividad militar a la ciudad de Gaza, donde hay bombardeos día y noche, y las personas están aterrorizadas y sin saber adónde ir ni qué hacer, narró la organización. “Hemos visto barrios enteros destruidos y demolidos, sin que prácticamente queden edificios en pie”. Aun así, muchas personas siguen ahí “simplemente porque no tienen otra opción”.

Luego de las últimas advertencias hacia la población para abandonar el lugar, el personal de MSF alerta que “será sencillamente imposible obligar a 1 millón de personas a abandonar” y desplazarse al centro y sur de la Franja. “Esto supondría una sentencia de muerte para 1 millón de personas palestinas”.

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA en inglés), más de 200 mil personas se mantienen en Gaza a pesar de los constantes bombardeos y el deterioro de la vida. Incluso así, UNRWA ha mantenido 11 refugios de emergencia y un punto de atención médica.

Niños y niñas: población más afectada

Los problemas para la niñez se presentan de manera cruda en el Congo, Sudán, Yemen o Ucrania, pero cuando se traslada a Gaza, las y los niños enfrentan “una de las crisis más graves de su historia”, advierte el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

De todas las personas asesinadas en Gaza, más de 20 mil de ellas son infantes, “lo que equivale a un niño asesinado cada hora durante los últimos 24 meses”, advierte Naciones Unidas. Asimismo, más de 101 han muerto por inanición, y en Cisjordania, 212 han sido asesinados por las fuerzas israelís. “Los horrores de la guerra dejarán una huella traumática permanente en todos los niños y niñas”, lamentó Unicef.

La institución también ha alertado que el bloqueo de ayuda humanitaria ocasionó que 1.7 millones de niñas y niños presentaran “necesidad urgente” de alimentos, medicamentos, vacunas, agua potable, mantas y tiendas de campaña. Para inicios de septiembre, identificaba que 100 mil infantes habían “perdido el acceso a vacunas esenciales”, más de 11 mil mujeres embarazadas necesitaban atención médica, 147 mil embarazadas y lactantes requerían apoyo para alimentarse a ellas y sus hijos; además, una tercera parte de las personas que habían sido amputadas eran niñas y niños, y las camas para recién nacidos presentaban una disminución a la mitad.

En cuanto a la falta de alimentos y nutrientes, Unicef alertaba que el 13.5 por ciento de niñas y niñas, o unos 12 mil 800, padecían –en agosto– de desnutrición aguda en la Franja de Gaza, un aumento respecto al 8.3 por ciento registrado en julio. Particularmente en la ciudad de Gaza, el porcentaje fue mayor, de 19 por ciento en agosto y 16 por ciento en julio.

Además, de todas y todos los infantes que acudieron a recibir tratamiento, 23 por ciento sufría malnutrición aguda grave. El porcentaje era de 12 por ciento seis meses antes. “En agosto se diagnosticó malnutrición aguda a 1 de cada 5 niños y niñas”, informó en su momento Catherine Russel, directora ejecutiva de Unicef, y uno de cada cinco bebés “nace prematuramente o con bajo peso”.

Christian Lindmeier, portavoz de la Organización Mundial de Salud (OMS), informó que más de 10 mil niños y niñas han sido diagnosticados con desnutrición aguda en los últimos dos meses, y unos 2 mil 400 están en riesgo de inanición, aunque la cifra podría ser mayor.

Al mismo tiempo, Unicef alertaba que “la escalada militar en la Ciudad de Gaza ha obligado al cierre de casi una docena de centros de nutrición, lo cual ha dejado a los niños y las niñas en una situación aún más vulnerable”.

Por ello, menciona que ha brindado apoyo psicosocial –y nutricional– a las y los niños que han sido separados de sus familias, buscando la “reunificación familiar y los entornos seguros para su recuperación”, junto con la educación a partir de la instalación de espacios improvisados de aprendizaje para que continúen con sus estudios.

“La infancia debería ser una etapa feliz en la que los niños y niñas pudieran aprender, sentirse seguros y desarrollarse”, añora Catherine Russell, directora ejecutiva de la institución.

Subsistir sin lo vital

La ocupación ilegal israelí no solo ha provocado la imposibilidad de vivir para las y los palestinos, también han inhibido los esfuerzos de diferentes agencias de Naciones Unidas, organizaciones internacionales o individuos que tratan de evitar la misera en Palestina.

La ayuda humanitaria sigue teniendo bloqueos israelíes. El domingo 5 de octubre, agentes de la ONU reportaron que solo ocho de las 19 misiones programadas para ese día entraron a Gaza, mientras que “seis fueron denegadas y los organizadores tuvieron que cancelar cinco. Si bien en Deir al Balah y Jan Yunis se ha podido distribuir pan, “en el norte de Gaza solo funcionan 12 cocinas”.

Unicef alerta que cada vez aumenta más la inanición generalizada, la escasez extrema y las muertes evitables. En su último reporte sobre la situación en Gaza, UNRWA destaca que 1 millón de personas palestinas tienen un acceso de agua menor a lo mínimo urgente, establecido en seis litros de agua potable por persona al día. La infraestructura hídrica está paralizada.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, solo 14 de los 36 hospitales de Gaza continúan en funciones parciales, ninguno de ellos en el norte, y solo 62 centros de atención médica primaria se mantienen activos, en comparación con los 176 que había antes del 7 de octubre de 2023.

Los centros de atención médica, así como su personal, son vitales en Palestina para atender a la población herida por los ataques israelíes. No obstante, “están desbordados debido a la grave escasez de personal, suministros y combustible. Los pacientes sufren enormes dificultades para recibir atención, y a menudo llegan tarde y en estado crítico”, indicó la organización Médicos Sin Fronteras.

“La ocupación de camas alcanzó el 300 por ciento en el hospital Al Ahli, 240 por ciento en el hospital Shifa y el 210 por ciento en el hospital Rantissi”, y la violencia israelí “amenaza con cerrar 11 de los 18 hospitales que funcionan parcialmente en la Franja de Gaza, así como otras instalaciones sanitarias”; pero las instalaciones del Ministerio de Salud, los hospitales Al Helou y Al Shifa, siguen funcionando, subrayó.

Naciones Unidas reportó que por cuestiones de sobreocupación, el personal sanitario se ha visto en la necesidad de juntar hasta tres bebés en una sola incubadora, lo que “aumenta el riesgo de contraer infecciones y enfermedades”.

Tan sólo el personal de MSF atendió a mediados de septiembre a más de 3 mil 640 personas y 1 mil 655 pacientes con desnutrición, y “durante meses, nuestras clínicas han atendido a víctimas en masa como consecuencia de los disparos israelíes en los puntos de distribución de alimentos gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés)”, afirmó su comunicado.

Sin embargo, su labor territorial también ha costado la vida. Hasta ahora, han sido asesinadas 15 personas parte de MSF. El último, Abed El Hameed Qaradaya, quien murió días después de ser herido en un ataque el 2 de octubre. En ese, Hussein Alnajjar fue asesinado también, “en una calle donde nuestros equipos esperaban para tomar un autobús hacia el hospital de campaña de MSF, en Deir al Balah”.

Con estos antecedentes, anunciaron el 26 de septiembre que se ven “obligados a suspender actividades en Ciudad de Gaza ante la intensificación de la ofensiva israelí” y el “rápido deterioro de la situación de seguridad” por los “continuos ataques aéreos y el avance de tanques a menos de un kilómetro de nuestras instalaciones médicas”, denunció la organización.

Jacob Granger, su coordinador de emergencias en Gaza, indicó que las ubicaciones de MSF fueron rodeadas por las fuerzas israelíes, lo cual lamentó, pues bebés, heridos graves y enfermos terminales “no pueden desplazarse y se encuentran en grave peligro”. Pero, de manera generalizada, la población en la Ciudad de Gaza está agotada “y se le está privando deliberadamente de lo esencial para sobrevivir”.

Pero no son los únicos que sufren los embates indiscriminados del Ejército israelí. De acuerdo con OCHA, desde el 7 de octubre de 2023 han sido asesinadas 543 personas trabajadoras humanitarias en Gaza. De igual manera, han matado a más de 240 periodistas que ejercían su labor en campo.

Un genocidio declarado

Alrededor del mundo, millones de personas y especialistas han salido a marchar, escrito y protestado que en Palestina ocurre un genocidio contra sus habitantes. Pero no solo lo ha dicho la comunidad internacional. Desde marzo de 2024, pocos meses de iniciado el conflicto, la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, Francesca Albanese, concluyó en un informe que “existían motivos razonables para creer que Israel había cometido actos de genocidio en Gaza”.

Tiempo atrás, el 29 de diciembre de 2023, el gobierno de Sudáfrica presentó una denuncia en la Corte Internacional de Justicia en contra de Israel por cometer genocidio, la cual han acompañado decenas de países desde entonces. Un año después, la Corte Penal Internacional emitió una orden de aprehensión contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad, debido a su responsabilidad en lo que ocurría, y continúa, en la Franja de Gaza.

Este año, en disposición de la resolución S-30/1 del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se presentó el informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental e Israel (documento A/80/337).

En este, se concluyó que desde el 7 de octubre de 2023, las fuerzas israelíes han cometido genocidio contra la población palestina, en violación al artículo II de la Convención contra el Genocidio, por “matanza de miembros del grupo, lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; y medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo”.

Y responsabilizó a seis personas en la política israelí como responsables directos “del establecimiento de las políticas y la adopción de medidas señaladas en el presente informe que han causado la muerte y lesiones a palestinos”, infligido condiciones a la población “para provocar la destrucción física total o parcial”, y “han intensificado la presencia ilegal de colonos israelíes”. Son: al anterior y actual ministro de Defensa, Yoav Gallant e Israel Katz, respectivamente; ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich; ministra de Asentamientos y Proyectos Nacionales, Orit Strock; ministro de seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir; primer ministro, Benjamin Netanyahu.

En conferencia de prensa Navi Pillay, presidenta de la Comisión, acusó que “es evidente que existe la intención de destruir a los palestinos de Gaza mediante actos que cumplen los criterios establecidos en la Convención sobre el Genocidio”, y también señaló al presidente de Israel, Isaac Herzog. Además, Francesa Albanese cifró la cantidad de asesinatos palestinos en más de 680 mil, es decir, 10 veces más de los que se tiene registro actualmente.

“Las fuerzas israelíes han destruido de forma sistemática bienes de carácter civil en toda Gaza y han trasladado por la fuerza a la población en repetidas ocasiones”, han alterado la geografía de Gaza a partir de corredores militares y expansión de las fronteras, donde se prohíbe la vida de las personas palestinas, se lee en el informe.

El futuro debe incluir a los palestinos

La crisis ocasionada por el Ejército y autoridades israelíes, particularmente el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha imposibilitado todo intento de ser ciego a lo que ocurre en aquella parte de Medio Oriente. En las últimas semanas, una decena de países occidentales han reconocido a Palestina como una nación soberana, un gesto que aunque pareciera simbólico, agradeció la misma Autoridad Palestina, encabezada por Mahmud Abás.

En esta coyuntura fue también que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de recibir y tener una reunión privada con el primer ministro Netanyahu en la Casa Blanca, el lunes 29 de septiembre hizo pública una propuesta con 20 puntos para que se logre un cese al fuego.

Entre este rubro o el intercambio de rehenes y prisioneros, la misiva también propone el desarme total de Hamás, así como su exclusión de la vida política en la reconstrucción de Palestina; la creación de un gobierno entre palestinos y figuras internacionales; pero también la inclusión de Israel y personajes polémicos como Tony Blair -ex primer ministro británico que apoyó la invasión de Estados Unidos a Iraq en 2003-, en lo que Trump describió como una ‘Junta de Paz’ para la transición, la cual presidiría el propio mandatario estadunidense.

Noura Erakat, activista palestina-estadunidense, denunció en el Consejo de Seguridad de la ONU que la voz de las mujeres palestinas ha estado ausente en las discusiones sobre el futuro de Gaza. En ese sentido, criticó que la medida enviada por Donald Trump está sujeta a “la eliminación de los palestinos del timón de su futuro político”.

Actualmente se han efectuado dos reuniones indirectas entre Hamás, Israel, Estados Unidos y Catar, en Egipto, para discutir algunos puntos de la iniciativa de Trump, luego de que Hamás comunicó aceptar una parte del Plan de Paz. Por ello, el mandatario había incluso solicitado a Israel que detuviera los ataques contra Gaza, lo cual no ha sido escuchado por el primer ministro israelí.

Ayer, 7 de octubre de 2025, lanzó un comunicado en el que precisó que continuará su ofensiva hasta lograr sus objetivos militares: regresar a los rehenes israelíes, destruir por completo a Hamás y “garantizar que Gaza ya no represente una amenaza para Israel”. De igual manera, ese mismo día fueron asesinadas al menos ocho personas en Gaza.

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