septiembre 28, 2025
Despojan de sus bienes a su madre de 76 años y la separan de su pareja

Despojan de sus bienes a su madre de 76 años y la separan de su pareja

Tomado de https://www.jornada.com.mx/

▲ Cándido, esposo de Yolanda, asegura no pelear ningún bien material a los tres hijos, sólo pide poder estar con ella de nuevo.Foto La Jornada

Sanjuana Martínez

Periódico La Jornada
Domingo 28 de septiembre de 2025, p. 14

La historia de amor entre Cándido Colín Herrera y Yolanda Ramírez Rodríguez surgió cuando eran mayores. Desde que se conocieron, hace 20 años, pensaron que su destino era estar juntos en su vejez hasta que la muerte los separara, pero la avaricia por su herencia y el desprecio de los hijos de ella los ha separado por orden judicial.

Los tres hijos de Yolanda han interpuesto cuatro procesos judiciales en su contra para quedarse con todas las posesiones materiales de su madre: una casa, su cuenta bancaria y hasta su pensión, producto de su trabajo en Petróleos Mexicanos (Pemex).

Es un caso paradigmático que se repite en toda la República Mexicana. Hijos interponiendo procesos judiciales de interdicción e inhabilitación contra sus padres de avanzada edad, para obtener sus bienes materiales sin importar el sufrimiento que provocan.

Cuando Cándido la conoció, Yolanda vivía prácticamente abandonada por sus hijos: los abogados Marco y Martín, y Ericka. Así siguió olvidada durante los últimos 20 años, hasta que la ambición los movió primero a vaciar la cuenta bancaria de su madre, con 642 mil pesos, luego a intentar conseguir una compensación de 2 millones de pesos por parte de Pemex, y después a despojarla de su casa.

Peor aún, una orden judicial finalmente separó a Yolanda, de 76, y a Cándido, de 56 años, y los convirtió en dos víctimas más del anacrónico y corrupto sistema judicial de Reynosa, Tamaulipas.

“Ella me lleva 20 años, la diferencia de edad no tiene nada que ver; nos amamos, pero sus hijos quieren su herencia y nos separaron. Yo hago que se sienta feliz y ella me hace feliz. Lo único que pido es que me regresen a mi esposa, que sus hijos arreglen su testamento para que se queden con todo, pero que nos dejen en paz, que nos dejen vivir felices como hemos estado los últimos 20 años.”

Procesos fabricados

Para Soledad Ruiz, abogada de Cándido, se trata de “violencia patrimonial” en contra de Yolanda, a quien tienen prácticamente secuestrada: “La violencia la están ejerciendo los tres hijos. Mañosamente y valiéndose de que su mamá ya empezaba a olvidar cosas; promovieron una demanda laboral contra Pemex por “desgaste físico” y pretenden quedarse con esos 2 millones de pesos. De ahí parte toda su situación, luego de quedarse con su casa, mientras su cuenta bancaria ya la vaciaron”, indica.

La demanda laboral contra Pemex fue radicada en el Cuarto Tribunal Federal de Asuntos Individuales bajo el expediente 55/2024. Luego presentaron un juicio ordinario de interdicción e inhabilitación contra su madre bajo el expediente 1230/2024. A continuación, iniciaron un juicio de nulidad y cancelación de acta de matrimonio con Cándido, bajo el expediente 01558/2024, y finalmente un juicio sucesor intestamentario a bienes del padre, para quitarle la vivienda que adquirió su madre.

Por si fuera poco, el pasado 18 de julio le abrieron una carpeta de investigación a Cándido por “violencia familiar” con el expediente NUC:FGJT/FD/REYNOSA/REY/UG12/00262/2025. “Como no veían prosperar sus infames juicios con mentiras e información falsa, se atrevieron a pedir ayuda y colaboración de servidores públicos para orquestar con mentiras un montaje. El agente del Ministerio Público Delfino Morales Villanueva y el juez de control que ratificó las medidas de protección a Yolanda, Juan Manuel Ham Cortes”, señala la abogada.

Operativo arreglado

La violencia institucional fue en aumento y el pasado 8 de septiembre por la noche, un operativo de 14 unidades con policías, agentes del Ministerio Público y Guardia Nacional, llegó a la vivienda para realizar un “cateo”, aunque nunca mostraron el documento.

“Estábamos a punto de irnos a dormir. Le había dado la cena y sus medicamentos a mi esposa, nos disponíamos a dormir, cuando miré por las cámaras de seguridad que venían muchas patrullas. Ya estábamos en pijama cuando bajé para ver qué querían”, explica Cándido.

Un policía dijo: “Somos policía ministerial, venimos con una orden de cateo, abra la puerta”. Sin embargo, jamás mostraron la orden. Añade: “Entraron empujándome, me metieron a una habitación, mientras mi esposa, asustada, bajó las escaleras gritando: “Papi, ¿qué pasó? ¿quiénes son?”.

Los policías empezaron a interrogarlo de forma intimidatoria y uno le preguntó: “¿Dónde está la pistola?, Él le contestó: “¿De qué me habla? Yo no tengo ninguna pistola”.

Fue entonces cuando le llamó a sus abogadas y uno de los policías lo sentó en la cama y le dijo: “Mírame a los ojos. Si fuera por mí, tú ya estuvieras allá abajo. Si no le bajas de huevos, tú y tus abogadas se van a ir a la verga”.

En ese momento su esposa se sintió mal de salud, llamaron a una ambulancia y se la llevaron a la clínica de Pemex, mientras a él lo sacaron, le quitaron las llaves de su casa y de su camioneta: “Nada más me dejaron salir con lo que traía puesto”.

A continuación se fue a ver a su esposa a la clínica donde la tenían en una camilla después de haberla revisado y con la hoja del alta para que se fuera a casa: “En el documento de ingreso al hospital, la hija me denunció con los doctores diciendo que yo tenía secuestrada durante varios días a mi esposa, que no le daba sus medicamentos, ni le daba de comer y que la estaba drogando”, menciona Cándido.

En ese momento su esposa le alcanzó a decir que ella le había aclarado al doctor que la atendió que lo señalado por su hija era mentira: “Íbamos saliendo del hospital, ya la llevaba para la puerta, pero viene un oficial y nos bloquea el paso diciendo que no podíamos irnos”.

A continuación, el policía sacó a Cándido del hospital bajo amenaza: “Si lo vuelvo a ver aquí adentro lo voy a arrestar. No puede estar junto a la señora Yolanda porque usted cometió un delito contra ella de violencia familiar”.

Amor a primera vista

Yolanda y Cándido se conocieron en 2005 en Café París donde él trabajaba de mesero: “Ella venía llegando de Ciudad Victoria de ver a sus hijos; entró llorando porque las nueras no la querían. Yo le dije: “no llore, le regalo un cafecito”. Me respondió: “Es que no tengo dinero”. Le dije que no se preocupara, que yo pagaba”, rememora.

Así empezaron una relación: “Ella estaba sola, su marido la había abandonado y le gustaba ir al restaurante a visitarme, llegaba con su amiga. Nos conocimos y le pregunté sobre una casa en renta, entonces me ofreció una habitación en su hogar para así ayudarse con el dinero de la renta”.

Cándido narra que él siempre vivió de su salario, luego como capitán de meseros en el restaurante La Estrella del Pacífico. Yolanda tenía ahorros, una inversión de 632 mil pesos, “pero su hija Ericka Guadalupe García Ramírez se los robó en 2024. Ella me culpa de robar ese dinero, pero yo nunca tuve acceso a sus cuentas”, menciona.

Cuenta que su hija Ericka se la llevó unos días para supuestamente hacer unos trámites: “Fue cuando aprovechó y cambió la cuenta bancaria de Bancomer a Banorte. Ella se puso como beneficiaria. Le dieron dos tarjetas; Ericka agarró la principal y a mi esposa le dio la adicional. Así se llevó todo el dinero, los 632 mil pesos”.

En junio de 2024 los tres hijos congelaron las cuentas de su esposa: “Estuvimos varios meses sin dinero. El juez le permitió sacar sólo 20 por ciento de su pensión a mi esposa. Ella recibía 17 mil 500 pesos a la quincena. Yo ganaba 4 mil pesos a la semana; salíamos adelante haciendo y vendiendo tamales”.

Añade: “Los hijos dicen que soy un mantenido, que le estoy quitando dinero a mi esposa, sin ser cierto. Parte de mi sueldo lo invertía en la casa porque, cuando la conocí, la casa estaba muy deteriorada y olvidada. Los hijos no quieren ver eso y ahora ansían quedarse con todo. Al hijo le prestó 245 mil pesos y nunca se los pagó”.

Cándido está desconsolado, no para de llorar. Dice que extraña a su esposa, con quien tenía un proyecto de vida: “Nos levantábamos juntos, desayunábamos, nos íbamos a caminar. Me quitaron una pierna, una parte de mi cuerpo, de mi existir, de mi vida. Juntos éramos felices, reíamos, bailábamos. Le pido a Dios que nos ayude a estar juntos otra vez. Yo no estoy peleando nada material, lo que quiero es estar con mi esposa; ella no va a estar tranquila si no me mira”.

Los hijos han cortado toda comunicación entre su mamá y Cándido. Yolanda vive ahora con su hermana. “No sé si la tengan bien alimentada, si está durmiendo bien. Su geriatra me indicó que le diera su cena a las 8 de la noche, luego a dormir temprano para que se levante con ánimo. Y así fue hasta que me la quitaron. No me permiten comunicarme con ella. Todo es por dinero, si la quisieran no nos hubieran separado”, menciona.

Su abogada ha solicitado una audiencia con el juez de control para evidenciar las irregularidades: “Denunciamos directamente al agente del Ministerio Público que no nos ha querido dar audiencia. Ericka dice que vio a Cándido fumar mariguana el 4 de agosto. En el supuesto cateo de la casa sembraron un cigarro de mariguana. Cándido ni fuma. Todos los procesos judiciales están llenos de mentiras. Además ¿por qué les quitaron su domicilio? Si ellos son un matrimonio, su domicilio es esa casa que aseguraron sin razón, porque no encontraron armas, ni drogas, ni violencia; nunca mostraron la orden de cateo. Han hecho todo con puras mentiras. Exigimos que el Poder Judicial respete el estado de derecho”.

Cándido vuelve a conmoverse hasta las lágrimas y pide enviar un mensaje a su esposa “secuestrada” a través de La Jornada: “Yolanda, te amo, te extraño mucho, no duermo sin verte, estoy triste, muy preocupado por ti; pronto vamos a estar juntos otra vez”.

Tomado de https://www.jornada.com.mx/