septiembre 27, 2025
Diario de Gaza VIII

Diario de Gaza VIII

Ta Megala  Fernando Solana Olivares  En un artículo publicado en su sitio web graymirror.substrack.com, Gaza and the laws of war, comentado por Daniele Perra en Geopolítica.RU, Curtis Yarvin, el activista político norteamericano teórico de las corrientes neo-reaccionarias e ideólogo del “iluminismo oscuro” y sus secuelas...Tomado de https://morfemacero.com/

Ta Megala 

Fernando Solana Olivares 

En un artículo publicado en su sitio web graymirror.substrack.com, Gaza and the laws of war, comentado por Daniele Perra en Geopolítica.RU, Curtis Yarvin, el activista político norteamericano teórico de las corrientes neo-reaccionarias e ideólogo del “iluminismo oscuro” y sus secuelas autocráticas que desembocarían en una monarquía encabezada (o preparada) por un “dictador-CEO”, argumenta y defiende el dejar a Israel actuar como le parezca en la Franja de Gaza. Esta sería la única forma, afirma, de resolver en un plazo más o menos breve un conflicto que recae sobre los contribuyentes norteamericanos. Ninguna otra es su preocupación. De tal manera la “Nueva Gaza” sería construida por el empresario judío estadounidense Jared Kushner, yerno de Trump. Así surgirían “Los Ángeles del Mediterráneo”, una ciudad cuyo valor estimado rondaría los seis billones de dólares. Los palestinos sobrevivientes resultarían expulsados de su tierra ancestral por la fuerza. Un mero daño secundario. O como él mismo dice: una simple transacción inmobiliaria. 

      Curtis Yarvis declara su entusiasmo por la “doctrina Dahiya” del ejército israelí. Elaborada por el general israelí Gadi Eizenkot en el contexto del arrasamiento perpetrado por Israel durante su invasión a Líbano en 2006, esta táctica militar prevé la destrucción sistemática de todas las infraestructuras civiles (hospitales, escuelas, servicios públicos, centros de reunión y entretenimiento, mercados, vías de comunicación, etcétera) y consiste en un “uso desproporcionado de la fuerza” en el cual se basa la estrategia sionista actual. Entrevistado por la agencia Reuters, Eizenkot se refirió a su doctrina como un ataque asimétrico que debe causar grandes daños y destrucción contra lo que no son considerados pueblos de habitantes pacíficos sino bases militares. Los muertos civiles (bebés, niños, jóvenes, ancianos, mujeres y aun enfermos) son considerados técnicamente como integrantes de los grupos armados enemigos. 

Cinco de cada seis palestinos asesinados por las fuerzas sionistas de ocupación en Gaza han sido civiles, una tasa de mortalidad del 83 por ciento, según una base de datos de la inteligencia militar israelí. “Una tasa extrema de matanzas raramente igualada en las últimas décadas de guerra en el mundo”, informó The Guardian. Sólo en el genocidio de Ruanda ocurrido en 1989 los civiles asesinados fueron una proporción mayor en el número de muertos, sin llegar a las cifras de Gaza. Otras estimaciones fiables calculan el número de muertos palestinos en 100.000, tomando en cuenta que decenas de miles están sepultados bajo los escombros. El general israelí Aharon Haliva, quien dirigía la inteligencia judía al comenzar la ocupación, dijo que 50,000 palestinos deberían morir en venganza por las 1,200 muertes israelíes durante la Operación Inundación Al-Aqsa lanzada por Hamás el 7 de octubre de 2023, la mayoría de las cuales se cree que fueron asesinadas por helicópteros de ataque, drones y tanques israelíes, según la Directiva Aníbal seguida por el ejército sionista. Esta fue creada como un procedimiento militar obligatorio diseñado para evitar el secuestro de soldados y civiles israelíes por fuerzas enemigas, incluso matándolos. 

En ese contexto, la revista The Intercept documentó que la prensa de derecha israelí y la extranjera afín a ella propalan insistentemente la versión de que los niños de Gaza no han muerto de hambre sino a consecuencia de enfermedades preexistentes. Han hecho proliferar fotografías de niños en estado de inanición que presentan como “no representativos”. No hay hambruna en Gaza, afirman. Decirlo es hacerse eco de una mentira terrorista de Hamás. Esta fue la misión propagandística de una gira de influencers en Gaza organizada a fines de agosto por Tel Aviv para encubrir la hambruna sionista, verificada y documentada por la ONU. Entre los propagandistas contratados estuvieron Brooke Goldstein, fiscal estadounidense pro-Israel, autora y personalidad televisiva, la cual escribió en sus redes: “Lo que vi demostró que lo que informan los medios sobre la situación es absolutamente falso. La misión es alimentar a la población de Gaza de forma que Hamás no pueda robarles la comida, y está funcionando”. Xavier Du Rousseau, otro influencer, informó en redes sociales: “Israel NO es la razón por la que muchos palestinos se mueren de hambre. Israel NO está impidiendo la entrada de alimentos a Gaza”. 

Liam Og hAnnaidh, miembro del grupo de rap irlandés Kneecap, compareció ante el Tribunal de Magistrados de Westminster en Reino Unido para defenderse de un cargo de “terrorismo”. La justicia británica lo acusó por ondear una bandera de Hezbolá y condenar el genocidio en Gaza durante un concierto realizado en Londres. La comparecencia judicial se convirtió en un acto de protesta. Cientos de seguidores del cantante corearon consignas y ondearon banderas palestinas e irlandesas. El grupo de rap declaró que esta acusación es una decisión política calculada para desviar la atención de los crímenes de guerra israelíes que el Estado británico apoya, y que lo que debe ser el centro de atención mediática es el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Diversos analistas coinciden en que este juicio es parte de un proceso más amplio que busca acusar como “antisemitas” a todos a quienes se atrevan a criticar las acciones genocidas de Israel. Una censura que abarca las redes sociales, los estudios de televisión, la prensa, los recitales de música, las universidades, el ámbito político-institucional e incluso las calles. Somdeep Sen, analista de Al Jazeera, dijo que “la censura siempre ha sido un complemento necesario del genocidio”. Así se explica el silenciamiento de las voces críticas en todas partes y el número “récord” de periodistas asesinados por el ejército de ocupación israelí desde octubre de 2023: 239 trabajadores de prensa hasta hoy. 

Después de madrugar y hacer fila durante una hora bajo el calcinante sol y el polvo de los escombros, según una nota de varias agencias, la gazatí Rana Odeh regresó a su precaria tienda hecha con jirones de tela cargando un garrafón de agua amarillenta. Calculó cómo racionarla para sus dos hijos pequeños, aun sabiendo que el agua puede estar contaminada. Expulsada de su hogar en Jan Yunis junto con los suyos, explicó que se veía obligada a dársela a sus hijos porque no tiene otra alternativa, aunque les provoque enfermedades. Los pozos de agua están destruidos en su mayoría y los que quedan son inaccesibles. La agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina comunicó en agosto que sus centros de salud en los campamentos de refugiados atendían semanalmente 10 mil 300 pacientes por diarreas infecciosas causada por agua contaminada. Mientras tanto cajas de ayuda con medicamentos rechazados por Israel como “ilegales” languidecen en un camión en la frontera de Egipto, informó Reuters. 

La destrucción selectiva y metódica del sistema de salud de Gaza equivale a un “medicidio”, según declararon las relatoras de la ONU Tlaleng Mofokeng y Francesca Albanese. La Organización Mundial de la Salud ha registrado, entre octubre de 2023 y junio de 2025, 735 ataques contra infraestructuras de atención sanitaria. Los incesantes bombardeos contra los complejos hospitalarios de Gaza “agotaron los últimos recursos que quedan”, informaron Mofokeng y Albanese, quienes acusaron al gobierno israelí de crear condiciones calculadas para asesinar a los palestinos, una “clara prueba de la intención genocida”. Denunciaron los ataques deliberados a los hospitales y a médicos, paramédicos y trabajadores de la salud, a quienes además “intentan matar de hambre con el objetivo de erradicar la atención médica en el devastado enclave”. Al mes de agosto de 2025, la cifra de heridos o mutilados a causa de las operaciones militares sionistas alcanzó la cifra de 154 mil 525 gazatíes. El hospital Al Shifa advirtió que 55 mil palestinas embarazadas enfrentan desnutrición y una severa crisis de salud en medio del colapso del sistema sanitario.  

Mientras la Oficina de Medios del gobierno de Gaza elevó en varias decenas el número de personas muertas por inanición, entre ellas más de un centenar de niños, anunciando que la crisis humanitaria alcanzaba ya “niveles catastróficos”, Netanyahu declaró que las acusaciones contra Israel de genocidio y hambre deliberada son falsas, pues si su país tuviera una política intencional de hambruna “todos en Gaza estarían muertos”. También aseveró que si su gobierno quisiera “habría bastado exactamente una tarde para cometer genocidio”. Acusó a Hamas e Irán de ser “el elemento genocida”, y de buscar el “exterminio de Israel y los judíos”. Entretanto, según varios medios de prensa, Lindsey Graham, senador republicano de Carolina del Sur, advirtió a miembros de su partido que si Estados Unidos suspende el apoyo a Israel debido a las crecientes denuncias de genocidio contra la población gazatí, “será Dios el que castigue a los estadounidenses”. 

A comienzos de septiembre fueron asesinados siete niños que intentaban acceder a agua potable en Al-Masawi, una región en el sur de Gaza a la cual Israel ha obligado por la fuerza a desplazarse a los palestinos describiéndola como una “zona segura” en la cual habría “mejores servicios humanitarios”. Fuentes locales y médicas confirmaron que al menos diez personas, entre ellas los siete niños mencionados, fueron asesinadas mientras hacían fila para conseguir agua potable. “A veces siento que mi cuerpo se seca por dentro. La sed me roba toda mi energía, tanto a mí como a mis hijos”, contó Um Nidal Abu Nahl, madre palestina de cuatro hijos, a la cadena Al Jazeera. Para entonces, el número de muertos por inanición alcanzaba la cifra de 367 gazatíes, entre ellos 131 niños. Muertos por hambre y también por sed. A diario mueren en Gaza el equivalente de un salón de clases. “Llevamos dos años viendo que Gaza es un lugar en el que los niños son atacados sistemáticamente y en el que el número de niños asesinados cada día aumenta”, declaró Alexandra Saieh, directora de Save the Children. La experta calificó de “rutinarios” ataques como el ocurrido en el campo de refugiados de Al-Masawi contra los siete menores y los tres adultos que aguardaban por agua.  

El lunes 11 de agosto un grafiti en el Muro de los Lamentos hecho al amanecer con aerosol rojo proclamaba: “Hay un Holocausto en Gaza”. Un mensaje idéntico, pero con una línea adicional: “Todo lo que se publica es mentira”, apareció en la fachada de la Gran Sinagoga de Jerusalén. Un hombre judío de 27 años fue detenido como sospechoso. El hallazgo provocó la condena política del gobierno israelí. Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, se declaró “conmocionado” por lo ocurrido, mientras que el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich —ambos figuras de la extrema derecha sionista— afirmó que los autores “han olvidado lo que significa ser judío”. El exministro de Defensa Benny Gantz consideró las pintas como “un crimen contra el pueblo judío”. El alcalde de Jerusalén dijo que “no hay ni habrá lugar para dañar el símbolo nacional y espiritual del pueblo judío”. El rabino del Muro, Shmuel Rabinovitch, calificó el hecho como una “profanación” e indicó que “un lugar sagrado no es un sitio para expresar protestas”. Nadie se refirió al texto mismo de la pinta. 

La anexión de Cisjordania es la respuesta sionista al reconocimiento por Francia y otros países de un Estado palestino. The Washington Post informó sobre un plan para el enclave palestino que circula dentro de la administración del presidente Donald Trump: la administración al menos durante una década del territorio devastado por la ocupación israelí, la reubicación forzada de los más de dos millones de habitantes de Gaza y la reconstrucción de la ciudad. Un fideicomiso ofrecería a quienes posean terrenos un token digital (código único) a cambio de derechos para reurbanizar su propiedad, cinco mil dólares en efectivo para desplazarse y subsidios para cuatro años de alquiler en otro lugar fuera de la franja.  

A partir de datos verificables, Francesca Albanese ha denunciado que “Israel es el segundo mayor receptor per cápita de financiación a través del Consejo Europeo de Innovación”, un organismo de la Comisión Europea creado para impulsar la excelencia científica y tecnológica que ha costeado con millones de euros la industria sionista del genocidio: fusiles y ametralladoras, tecnologías de drones, sistemas de vigilancia y programas de inteligencia artificial aplicados al control poblacional. No son “innovaciones neutras”, sino piezas de la maquinaria genocida que devasta Gaza, informa Diario de Octubre. La ocupación israelí ha convertido Palestina en un “laboratorio permanente de represión y guerra”. Empresas israelíes como Elbit Systems o NSO Group anuncian sus productos bajo la etiqueta “Tested in combat”, probados en operaciones contra la población palestina. Así, la Unión Europea no patrocina ciencia sino su aplicación al genocidio y la represión. Bruselas, junto con Estados Unidos, es socio directo de la barbarie. Albanese advierte que ese programa debe detenerse ya. No sólo porque jurídicamente no pueden financiarse crímenes contra la humanidad con dinero público, sino por una cuestión política y moral. “El genocidio en Gaza no puede entenderse sin la cobertura política (a la que se integra la mediática), diplomática y financiera de los dos grandes aliados de Israel”. 

En los últimos meses, informa Roberto Inlakesh en The Cradle, Israel ha intensificado el uso de excavadoras blindadas suministradas por Estados Unidos, para arrasar “barrios enteros, olivares e infraestructuras críticas en la ya devastada Franja de Gaza”. Estas máquinas son parte de una estrategia “sistemática” para alterar permanentemente la geografía y la demografía de Gaza. Más de 500 vehículos de ingeniería pesados trabajan con contratistas privados en la demolición. Según estimaciones de la ONU, el 92 % de las estructuras edificadas y la mayor parte de las tierras agrícolas de Gaza han sido destruidas. Más de 130 excavadoras Cartepillar D9 enviadas por EU, equipadas en Israel con blindaje, piezas y armamento militar, además de las ya existentes, han continuado con la arquitectura de la limpieza étnica, cuyo origen es la Nakba (la Catástrofe) de 1947-1949 donde las milicias sionistas expulsaron a más de 750.000 palestinos de sus hogares y demolieron 400 aldeas para borrar la conexión de sus propietarios con la tierra ancestral. Este proyecto de ingeniería sin precedentes en la historia, medidas punitivas que fueron prohibidas pero regresaron como política de Estado en 2014, se ampara en el lenguaje bíblico de “Judea y Samaria” y se entiende como una política sancionada divinamente que transforma el castigo colectivo en un supuesto deber religioso. “La complicidad de las corporaciones (y gobiernos) occidentales en la doctrina de la excavadora —escribe Inlakesh— permite que un ejército israelí debilitado sustente lo que los principales grupos de derechos humanos, incluido el propio B’Tselem de Israel han calificado como genocidio en Gaza”.  

Hace poco el analista de derecha norteamericano Tucker Carlson,  creyente cristiano, afirmó que Occidente está gobernado por entidades sobrenaturales malignas procedentes del infierno. Su origen se encuentra en dos tipos de seres: los ángeles (entidades que son sólo mente) y los humanos (mentes encerradas en un cuerpo). Al comienzo del mundo hubo una escisión entre los ángeles: mentes creadas que permanecieron fieles a Dios y mentes caídas, los demonios, rebelados contra Dios. Esas mentes caídas incorpóreas poseen a los hombres y los llevan al mal, a perpetrar crímenes inconcebibles. Ante la incesante lista de crímenes y atrocidades que se van sucediendo en esta época, no se requiere ser cristiano para constatar que los demonios están sueltos y el mal, en su expresión máxima, actúa a nuestro alrededor.

Tomado de https://morfemacero.com/