Tiempo de lectura: 2 minutosPortada: Jerge
(22 DE SEPTIEMBRE, 2025).-Condenado este 11 de septiembre a 27 años de prisión por tentativa de golpe de Estado en 2022, el juicio de Jair Bolsonaro se presenta como un evento ejemplar que pone fin a la impunidad de los golpistas.
Ese pleito encarna una lección de democracia ante el mundo cuando personajes públicos como Donald Trump en Estados Unidos, Salinas Pliego en México, y Macron en Francia se burlan de la ley.
Sin embargo, la justicia brasileña está enfrentándose a cada vez más presión por parte de la derecha brasileña e internacional. En efecto, los aliados del criminal expresidente intentan que se vote una ley de amnistía que podría reducir, ajustar o, en el peor de los casos, cancelar la decisión de los jueces.
Si fuera el caso, con las próximas elecciones en 2026, Bolsonaro podría regresar a la presidencia si gana contra Lula y aprovechar su inmunidad presidencial y esperar hasta 2030 que se cambien tres de los once jueces de la suprema corte en Brasil, como lo hizo Trump.
Esta no parece una realidad tan alejada, ya que Bolsonaro cuenta hoy con el apoyo de empresarios del sector agroalimentario, uno de los más poderosos y con mayor influencia en Brasil, así como la base evangelista brasileña y una estrategia de manipulación mediática que ya le ha dado resultados en el pasado.
Asimismo, Bolsonaro se beneficia del apoyo de su amigo Donald Trump, quien subió los aranceles a un 50% en respuesta a la decisión de la justicia de Brasil. También impulsó también una serie de herramientas para ejercer presiones más personales hacia Alexandre de Moraes, el juez que encabezó el juicio del criminal brasileño, y su esposa Viviane de Moraes.
Los Estados Unidos hicieron así uso de su injerencia histórica y acusaron al juez de perseguir al exmandatario de manera injusta. Por otra parte, informaron mediante el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que habían congelado los activos de la empresa propiedad de la esposa de Alexandre Moraes. Dicha medida impulsó un despliegue de recursos legales para impedir que ciudadanos y empresas estadounidenses hagan negocios con la de su familia.
Tras la medida el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, acuso específicamente a Viviane de Moraes de “utilizar su posición para autorizar detenciones arbitrarias previas al juicio y suprimir la libertad de expresión en Brasil” y a su esposo de ser “responsable de una campaña opresiva de censura, detenciones arbitrarias y enjuiciamientos politizados” contra el expresidente Jair Bolsonaro.
Así, mientras la justicia brasileña intenta juzgar a un delincuente que públicamente se hizo culpable de un golpe de estado fallido, la derecha conservadora, los empresarios y los Estados Unidos se unen para impedir que se cumpla su sentencia.
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Tomado de https://elchamuco.com.mx/
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