Utiliza cargadores montados en pórticos (pantógrafos) que pueden recargar autobuses con autonomía de 300 km en 20 minutos a 1 hora.
- Primer depósito de autobuses eléctricos con carga rápida.
- Tecnología de pantógrafos montados en pórticos.
- Hasta 229 autobuses eléctricos en Brookvale.
- Recarga completa en 20 minutos.
- Energía solar instalada en el sitio.
- Sustitución total del diésel antes de 2028.
- Fabricación local de nuevos autobuses.
- Plan de expansión a 11 depósitos.
NSW inaugura su primer depósito de autobuses eléctricos con carga rápida montada en pórticos
El depósito de autobuses de Brookvale, al norte de Sídney, se ha convertido en el primero de Nueva Gales del Sur (NSW) en ofrecer una tecnología de carga rápida especialmente diseñada para autobuses eléctricos de batería. Esta conversión forma parte de una transformación más amplia: la actualización de once depósitos estatales para alimentar una flota en expansión de autobuses eléctricos, capaces de recargarse por completo en apenas 20 minutos.
Una infraestructura pionera para la movilidad eléctrica
La instalación incorpora un sistema de carga montado en pórticos con pantógrafos automáticos, una solución que optimiza los tiempos de recarga y reduce el espacio necesario para las operaciones. Esta tecnología permite recargar autobuses con una autonomía de hasta 300 kilómetros en tan solo 20 minutos, aunque puede variar hasta una hora dependiendo del tipo de carga y condiciones operativas.
Este tipo de infraestructura ya ha demostrado su eficacia en ciudades como Oslo o Hamburgo, donde la electrificación del transporte público urbano va varios pasos por delante. Su implementación en NSW representa un salto cualitativo hacia un sistema de transporte más limpio y eficiente.
Transformación energética a escala estatal
El depósito de Brookvale es el primero en un plan más ambicioso que busca electrificar toda la flota de 8.000 autobuses estatales. Para 2028, se espera que todos los autobuses diésel del depósito hayan sido reemplazados por vehículos eléctricos, marcando un hito en la descarbonización del transporte público australiano.
Otros depósitos en Leichhardt y Kingsgrove ya están en proceso de reconversión, y se prevé que concluyan la instalación de su infraestructura eléctrica en 2026. A su vez, se construirá un nuevo depósito específicamente diseñado para autobuses eléctricos en Macquarie Park, una señal clara de que esta transición no es coyuntural, sino estructural.
Energía solar y autonomía operativa
La transformación del depósito de Brookvale, con una inversión de 25 millones de dólares australianos, no solo incluye 13 estaciones de carga por pantógrafo y 10 cargadores por conexión directa, sino también una estrategia energética más integral. Un sistema solar fotovoltaico de 250 kW instalado en el tejado cubre actualmente las necesidades operativas del sitio, como iluminación y oficinas, y abre la puerta a futuras ampliaciones de autonomía energética.
Aunque de momento solo 13 autobuses eléctricos están en operación desde Brookvale, la infraestructura ya está preparada para una flota de 229 vehículos, lo que evitará cuellos de botella en la implementación y permitirá escalar sin contratiempos.
Impulso a la industria local y la innovación tecnológica
El anuncio de la conversión llega poco después de la adquisición de 151 nuevos autobuses eléctricos fabricados por las empresas australianas Custom Denning y Volgren Australia. Esta medida no solo fortalece la economía local, sino que reduce la huella de carbono asociada a la fabricación y transporte de vehículos.
Además, la fabricación nacional facilita la adaptación de los vehículos al clima, geografía y necesidades urbanas específicas de Australia, un punto clave para garantizar la durabilidad y eficiencia del sistema a largo plazo.
Beneficios tangibles para la comunidad
Más allá de las cifras y los plazos, la electrificación del transporte público tiene impactos directos y positivos sobre la vida cotidiana. Los autobuses eléctricos son más silenciosos, no emiten contaminantes locales como óxidos de nitrógeno o partículas finas, y ofrecen una experiencia de viaje más cómoda. En zonas urbanas densas, esto se traduce en mejores condiciones de salud pública y una notable mejora en la calidad del aire.
Por otro lado, la digitalización asociada a esta nueva infraestructura —como sistemas de carga inteligente y gestión energética en tiempo real— abre la puerta a optimizar el uso de recursos y reducir costes operativos a largo plazo.
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Potencial
La conversión de depósitos como el de Brookvale no es solo un cambio tecnológico: es una apuesta estratégica por un modelo de ciudad más saludable y resiliente. Para que esta transición tenga un impacto duradero, será clave:
- Integrar energías renovables a gran escala en los sistemas de carga, más allá del autoconsumo.
- Desarrollar almacenamiento energético local, como baterías estacionarias, para absorber excedentes solares y garantizar autonomía.
- Planificar rutas y horarios optimizados que aprovechen al máximo la autonomía de los autobuses eléctricos.
- Formar a conductores y técnicos en operación y mantenimiento de tecnologías cero emisiones.
- Favorecer alianzas público-privadas que aceleren la innovación y reduzcan costes de implementación.
En definitiva, Brookvale no es solo un depósito adaptado: es un modelo replicable que puede inspirar a otras regiones a dar el salto hacia una movilidad verdaderamente sostenible. Cada cargador instalado, cada autobús eléctrico en circulación, es una inversión tangible en un futuro con menos emisiones, menos ruido y más calidad de vida.
#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/
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