La Universidad de California, Berkeley, famosa por su Movimiento por la Libertad de Expresión de la década de 1960, incluyó los nombres de 160 profesores, estudiantes y personal en documentos que recientemente entregó a la administración Trump como parte de una investigación sobre antisemitismo. Es otra señal preocupante de los esfuerzos del gobierno federal por utilizar acusaciones de antisemitismo para disciplinar al mundo académico y suprimir la resistencia a su agenda, incluido su apoyo a Israel.
Como graduado de UC Berkeley y como alguien que fue activista estudiantil allí en la década de 1990, me perturbó particularmente que la universidad diera nombres al gobierno.
Dar nombres fue uno de los sellos distintivos de la época paranoica de la década de 1950 en Estados Unidos, cuando los estadounidenses fueron llevados ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara del Senador Joe McCarthy e interrogados sobre sus creencias políticas y su supuesta lealtad al comunismo. Para aquellos que estaban bajo el foco de atención anticomunista, nombrar los nombres de otras personas era una forma de evitar ser incluidos en la lista negra o ser castigados de otro modo por sus creencias políticas reales o supuestas. El espectáculo de la vergüenza y la persecución macartista señaló al resto de la sociedad estadounidense que abrazara religiosamente el anticomunismo, un legado que sigue siendo fuerte en la actualidad.
Tomado de https://zeteo.com/
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