Flotadores solares con lentes geodésicas y termopares avanzados ofrecen energía limpia. Prototipo de Thermal Floater produce hasta 54W por módulo y 670W/m² aprovechando el calor solar sobre el agua.
- Energía solar térmica flotante.
- 3 veces más potencia que paneles solares.
- Coste reducido, acceso más justo.
- Diseño modular, larga duración.
- Proyecto piloto en 2025, expansión global en 2035.
The Thermal Floater
Se trata de una tecnología flotante de energía renovable que no se limita a la luz solar, sino que aprovecha directamente el calor del sol para generar electricidad. Con un rendimiento hasta tres veces superior al de los paneles solares convencionales, y a un coste aproximado de un tercio, busca democratizar el acceso a la energía limpia en regiones donde otras soluciones han demostrado ser ineficaces o demasiado costosas.
Para qué sirve
En un contexto donde la demanda energética mundial crece a un ritmo exponencial, los recursos disponibles se ven limitados por las carencias de renovables que requieren grandes superficies terrestres. Los thermal floaters ofrecen una alternativa distinta: flotan sobre cuerpos de agua, no compiten con el uso agrícola ni con la conservación de suelos, y proporcionan una densidad energética muy superior a la solar fotovoltaica tradicional. Su escalabilidad permite adaptarse tanto a pequeños embalses como a infraestructuras de gran escala.
En países con estrés hídrico, esta tecnología incluso puede contribuir a reducir la evaporación de los embalses al cubrir parcialmente la superficie del agua, un efecto adicional que ya se estudia en proyectos de solar flotante en India y California.
El origen de la idea no está en un laboratorio, sino en una vivencia concreta: apagar la frustración de un apagón prolongado en Bihar, India, donde el calor extremo y la falta de infraestructura energética mostraron las limitaciones de las renovables convencionales. El problema es global: 700 millones de personas siguen sin acceso a electricidad, mientras las soluciones existentes se diseñan para contextos de abundancia de suelo, estabilidad climática o altos niveles de inversión. En este escenario, aprovechar el calor sofocante como recurso en lugar de barrera abrió el camino hacia esta innovación.
Cómo funciona
El sistema se basa en un diferencial térmico extremo: una lente geodésica concentra la radiación solar hasta 7.100 veces sobre un receptor que alcanza unos 600 °C, mientras que la parte inferior del flotador permanece estable alrededor de 50 °C gracias al contacto con el agua. Esa diferencia alimenta termopares de nueva generación, fabricados con materiales propios que superan la eficiencia de los disponibles en el mercado.
Cada módulo puede producir hasta 54 W, alcanzando una densidad de 670 W/m², con un diseño hexagonal que permite encajar múltiples unidades como piezas de LEGO. La electricidad generada se conduce por cableado sumergido hacia la red, tanto en instalaciones flotantes como en conexión con tierra firme.
Este principio, aunque sofisticado en su ejecución, mantiene una robustez estructural que lo hace viable incluso en climas extremos y con poco mantenimiento.
Proceso de diseño
La evolución del diseño no fue lineal, sino una cadena de ensayos y errores. Desde lentes Fresnel inestables en el agua hasta sistemas de espejos que creaban sombras indeseadas, cada fallo fue un aprendizaje. El salto cualitativo llegó con el desarrollo de la lente geodésica computacional, capaz de captar luz desde múltiples ángulos sin necesidad de seguimiento solar.
Los termopares fueron el segundo gran reto. Las versiones comerciales no cumplían, así que el equipo se volcó en la investigación de nuevos materiales, logrando superar a los modelos de referencia del mercado. También la carcasa evolucionó hacia un diseño hexagonal tipo panal, mucho más estable y fácil de interconectar en agua.
Qué lo hace diferente
El gran valor diferencial está en que no se trata de paneles solares convencionales sobre una balsa, sino de una tecnología pensada desde cero para operar en el agua. Esto le permite obtener un rendimiento energético tres veces mayor que la fotovoltaica convencional (670 W/m² frente a unos 200 W/m²) a un coste de apenas 0,64 USD/W, con un retorno de la inversión en solo 3,18 años y un periodo de recuperación de carbono de menos de 5 meses.
Su diseño modular, 100 % reciclable, con una vida útil estimada en 25 años, lo convierte en una solución sostenible y con potencial de despliegue rápido en cualquier parte del mundo.
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Planes para el futuro
El proyecto prevé un piloto de 100 unidades en Singapur para finales de 2025, con el objetivo de validar su rendimiento en un entorno urbano y marítimo exigente. La hoja de ruta contempla la creación de alianzas industriales en 2026, para después expandirse a gran escala hacia Asia, Oriente Medio y Europa. La meta es alcanzar una capacidad instalada de 100 MW para 2035, con investigación constante para superar los 700 W/m² de densidad energética.
Este plan se alinea con la creciente apuesta de países como Japón o Países Bajos por soluciones flotantes que reduzcan la presión sobre el suelo y mejoren la seguridad energética.
Más información: Incy Tech
#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/
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