Primer coche volador 100 % eléctrico inicia pruebas en Silicon Valley. Tecnología ultraligera, despegue vertical y potencial para transformar la movilidad sostenible.
- Primer coche volador en pruebas reales.
- Funciona con electricidad, sin emisiones.
- Despegue vertical, sin necesidad de pista.
- Pruebas en Silicon Valley: Half Moon Bay y Hollister.
- Autonomía terrestre: 320 km / aérea: 177 km.
- Más de 3.300 reservas anticipadas.
- Coche ultraligero: sin licencia para volar.
- Precio estimado: 300.000 dólares.
- Tecnología con potencial climático y urbano.
El primer coche volador inicia operaciones en Silicon Valley
La empresa Alef Aeronautics, con sede en San Mateo, ha dado un paso decisivo en la integración entre el transporte terrestre y aéreo: el primer coche volador del mundo comenzará sus operaciones de prueba en los aeropuertos de Half Moon Bay y Hollister, en el corazón de Silicon Valley.
Este vehículo, diseñado para despegar y aterrizar verticalmente, ya cuenta con la autorización necesaria para realizar pruebas controladas junto a otras aeronaves. No se trata de una visión futurista, sino de una realidad palpable que podría redefinir la movilidad en las próximas décadas.
Qué es el Alef Model A
El Alef Model A es un vehículo 100 % eléctrico con una doble función: puede circular por carretera como un coche convencional y, en condiciones adecuadas, despegar y volar de forma autónoma. En tierra, ofrece una autonomía de 320 kilómetros, y en el aire, puede recorrer 177 kilómetros por carga.
La empresa planea comenzar las pruebas con su versión más ligera, el Model Zero Ultralight, una variante que por su clasificación ultraligera queda exenta de algunas certificaciones federales. Esto permite agilizar los ensayos iniciales, aunque con restricciones: solo puede volar de día y fuera de zonas densamente pobladas.
Mucho más que un prototipo futurista
A diferencia de los drones o aeronaves de despegue vertical (eVTOLs) actualmente en desarrollo, el Alef Model A prioriza la infraestructura vial existente. Es decir, su enfoque está pensado para integrarse con los hábitos de movilidad actuales, no para sustituirlos de forma radical.
Según su CEO, Jim Dukhovny, Alef se posiciona como un fabricante automotriz con capacidades aeronáuticas, y no al revés. Esta decisión estratégica permite aprovechar el ecosistema de transporte urbano ya establecido, facilitando la transición hacia una movilidad aérea personal.
Además, el Model A incorpora sistemas avanzados de asistencia y navegación autónoma, similares a los que ya se utilizan en coches eléctricos como los de Tesla, pero adaptados al vuelo. Esto no solo mejora la seguridad, sino que permite vislumbrar un futuro donde volar no sea solo para pilotos certificados, sino para cualquier conductor entrenado.
De la ciencia ficción a la demanda real
Desde su presentación pública en 2022, Alef ha acumulado más de 3.300 pedidos anticipados, una señal clara de interés por parte de consumidores visionarios. Con un precio estimado de 300.000 dólares, no es un producto de consumo masivo aún, pero sí un catalizador que podría marcar el inicio de una nueva categoría de transporte.
Las pruebas en Half Moon Bay y Hollister no solo evaluarán su desempeño técnico, sino también su viabilidad operativa dentro del espacio aéreo compartido, un paso clave para pensar en una futura red de coches voladores que despeguen desde pequeñas pistas o incluso desde plataformas urbanas adaptadas.
El interés de estos aeropuertos en acoger operaciones eléctricas indica un cambio de mentalidad institucional. El transporte aéreo tradicional, altamente contaminante y costoso en infraestructura, está empezando a dar paso a opciones más limpias, silenciosas y modulares.
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Potencial
El coche volador eléctrico no es solo un capricho tecnológico. Su aplicación tiene implicaciones concretas en la sostenibilidad y la descongestión urbana:
- Menor impacto ambiental: al ser eléctrico, reduce las emisiones directas de CO₂ y otros contaminantes. Ideal para sustituir vuelos cortos, especialmente en regiones donde los trayectos de menos de 200 km siguen operándose con combustibles fósiles.
- Aprovechamiento del espacio aéreo urbano: podría descongestionar zonas urbanas saturadas sin requerir nuevas autopistas o infraestructuras costosas.
- Resiliencia en desastres o emergencias: en casos de catástrofes naturales, inundaciones o terremotos, permitiría acceso rápido a zonas inaccesibles por carretera.
- Desarrollo de nuevas normativas sostenibles: este tipo de tecnología obliga a repensar la legislación aérea, con oportunidades para establecer marcos legales enfocados en la eficiencia y el respeto ambiental desde el principio.
En el futuro, si los costes bajan y se desarrollan infraestructuras adecuadas, este tipo de vehículos podrían integrarse en redes de movilidad compartida, alimentadas por energías renovables y reguladas por sistemas inteligentes de tráfico aéreo.
Más información: Alef Flying Car
#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/
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