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Conoce también la zona arqueológica de Nahualac, escondida entre leyendas, rituales y el origen del universo mesoamericano
La laguna de Nahualac se localiza en el Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, en el Estado de México. Su nombre proviene del náhuatl nahuallactl, que significa “lugar de los nahuales”, lo que ya nos adelanta el carácter místico que envuelve el sitio.
Se trata de un pequeño cuerpo de agua de origen glaciar situado a más de 3,870 msnm, rodeado de bosques de pino y oyamel, con vistas espectaculares al Iztaccíhuatl. Para llegar, es necesario realizar una caminata de mediana a alta dificultad.
El simbolismo de la creación en la laguna Nahualac
Algunos mitos mesoamericanos narran que Cipactli, el monstruo primordial, flotaba en las aguas del inicio de los tiempos, y de su cuerpo se formaron el cielo y la tierra. En este sentido, Nahualac podría ser una representación del origen del universo.
En medio de la laguna se encuentra un tetzacualco (adoratorio). Cuando el agua refleja el cielo, el efecto óptico hace que la estructura parezca emerger del estanque. Así, el lugar simboliza la unión del mundo terrenal con lo celestial, un ‘tiempo y espacio primigenio’ que conecta con la cosmovisión de los pueblos antiguos.
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Por ello, algunos expertos consideran que Nahualac es una miniatura del cosmos, un modelo ritual en el que el agua es el mar primordial, el templo es el eje central del universo y el reflejo del cielo es el vínculo entre los planos sagrados.
Un espacio ceremonial prehispánico
La laguna fue un centro ceremonial importante en la época prehispánica. Arqueólogos han encontrado piedras talladas, restos de ofrendas y figuras asociadas al culto al agua y a Tláloc, el dios de la lluvia. Se cree que los pueblos nahuas realizaban aquí rituales para pedir fertilidad en la tierra y buenas cosechas.
Incluso hoy, algunos visitantes y comunidades cercanas siguen llevando ofrendas, flores o velas, manteniendo vivo el vínculo espiritual del lugar.
El proyecto arqueológico Nahualac
Entre 2016 y 2023, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llevó a cabo el Proyecto Arqueológico Nahualac, con el propósito de estudiar y preservar este sitio único. Gracias a estas investigaciones de una década, se descubrió que el complejo se compone de dos áreas principales:
- El estanque estacional (3,890 msnm): donde se localiza el tetzacualco, habitualmente anegado durante gran parte del año.
- El valle de manantiales: situado al sureste, donde se han hallado ofrendas y restos arqueológicos, en su mayoría del Posclásico Temprano (750-1200 d.C.).
El INAH también colocó en 2024 una cédula introductoria en el lugar, con información interpretativa, un mapa y una ilustración del culto ancestral, para invitar a la población a valorar y respetar este patrimonio cultural.
Preservación y retos actuales de la laguna de Nahualac
Aunque Nahualac no está abierto de manera oficial como zona arqueológica, recibe la visita de excursionistas y turistas, lo que ha puesto en riesgo la integridad del sitio. El INAH ha hecho un llamado a preservar la laguna y sus vestigios mediante medidas como:
- No encender fogatas ni acampar en la zona.
- No subirse a las estructuras de piedra ni moverlas.
- Evitar el ingreso de vehículos al sitio.
- No dejar basura, ni raspar árboles, ni realizar grafitis.
El saqueo arqueológico ha dañado más del 90% del material cerámico encontrado en el valle de manantiales, por lo que especialistas trabajan en restaurar fragmentos y compararlos con piezas de la región. Algunos investigadores sugieren que Nahualac podría ser también una maqueta simbólica del Lago de Chalco y la isla de Xico, recreando a escala un paisaje sagrado en el centro de la montaña. Esta idea refuerza la visión de que la laguna es más que un estanque: es un templo del agua, un espacio donde el hombre dialogaba con las fuerzas telúricas y celestes.
Qué hacer en la laguna de Nahualac
- Senderismo y trekking: recorrer los paisajes boscosos hasta la laguna.
- Fotografía de paisajes: el reflejo de la laguna es un espectáculo natural.
- Turismo cultural y espiritual: comprender el simbolismo y la importancia ceremonial del sitio.
- Contemplación y silencio: un espacio perfecto para la reflexión.
Cómo llegar
La ruta más común es partiendo de Amecameca, Estado de México, tomando camino hacia el Parque Nacional Izta-Popo. Desde el paraje de La Joya, se inicia la caminata que lleva hasta la laguna. Se recomienda ir con guía local, ya que el camino puede ser confuso y la altitud demanda preparación física.
Consejos para tu visita
- Llevar ropa cómoda y abrigadora, ya que las temperaturas son frías.
- Respetar el entorno: no tirar basura ni alterar las ofrendas.
- Considerar que es un sitio sagrado, por lo que se debe visitar con respeto y silencio.
- Preparar cámara fotográfica, agua y algo de energía para la caminata.
Un legado entre el agua y los dioses
La laguna de Nahualac es un vestigio vivo de la cosmovisión mesoamericana, un sitio donde el agua, la tierra y el cielo se encuentran en un mismo espejo sagrado. Quien llega hasta aquí contempla un paisaje majestuoso y recorre un territorio que guarda la memoria de los antiguos y el compromiso actual de preservarlo. ¡Te fascinará!
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Dahída Gutiérrez Comunicóloga; admiradora del México colorido y dicharachero que se engrandece de tradiciones y su gente.
Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
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