septiembre 18, 2025
Falsos Poemas III

Falsos Poemas III

Tomado de https://losamigosdecervantes.com/

Prehistoria

La caverna

Los hombres cocinaban en silencio el ruido de las armas. Era un ruido de palabras sin sentido, de órdenes contradictorias. Los nervios a la vista del enemigo.
Las mujeres, un caldo virtual de aves salvajes. Luego llegaba un alcohol duro de bayas fermentadas. Las palabras se hacían cada vez menos comprensibles y el silencio dejó aflorar una violencia paulatina, cada vez más insoportable.
Ellas tejían matrimonios entre pasteles de especias y forjaban alianzas que al poco imponían a los jefes.
Triunfó la sensatez del caldo frente a la violencia de los machos insatisfechos. El pueblo creció hasta convertirse en un imperio que, como todos, tendría un abrupto final.

La transmisión

Nos llega la oscura noticia de un pasado que nunca fue nuestro. De un ayer que nunca existió. La felicidad es un invento de un pasado que nunca nos perteneció, del que nunca fuimos propietarios. La felicidad parece una cursilería de los grandes potentados.
Con el tiempo vimos que el desierto era un espacio lúbrico en el que crecían escorpiones como camellos y tarántulas como ollas de garbanzos que devorábamos hasta la saciedad.
Lentamente comprendimos que el tiempo nos jugaba una partida a la que nunca quisimos jugar porque sabíamos de antemano que la teníamos perdida.
¿Cómo aprendimos que los muertos se mueren y que los vivos les seguimos?

El regreso

¿Me dejas que te acaricie? Siempre que no me abandones. Sabrás así que soy tu amor, tu recompensa, tu puta, tu ruina.
Entonces era un tiempo en el que el tiempo no parecía existir.
¿Cómo aprendimos que el amor no era un puro instinto de procreación?
Todos huelen a humo y saben al resplandor de las hogueras.
Un lisiado recrea, al fondo de la caverna, el perfil de la bestia que no pudo abatir.
Vencido el enemigo, los guerreros comparten con sus amadas el pasto de estrellas.

ARTURO LORENZO
Madrid, mayo de 2025

Tomado de https://losamigosdecervantes.com/