septiembre 17, 2025
«Hay una especie de momentum para la bici en España»

«Hay una especie de momentum para la bici en España»

Tomado de Ethic.es

Sandra Wolf es doctora en Ciencias Económicas y, desde hace algunos años, consejera delegada del fabricante alemán de bicicletas eléctricas Riese & Müller, donde aterrizó después de trabajar en consultoría de empresas de construcción y aviación. «En este sector tienes deporte, naturaleza, sostenibilidad, también ocio y diversión. Es un negocio centrado en el ser humano», afirma. Desplazarse en bici tiene beneficios para la salud física y mental, y nos ayuda a cuidar el medio ambiente. Pero, aunque ha ganado popularidad en los últimos años, en países como España todavía queda mucho camino por recorrer. Hablamos con Wolf sobre las oportunidades para consolidar la bicicleta como medio de transporte en nuestras ciudades. Además, compartimos nuestra experiencia personal después de muchos años moviéndonos en bici. Ella, en Darmstadt. Yo, en mi juventud en Ginebra y, desde hace veinte años, en Madrid.

Frente a países como Holanda, Bélgica o Dinamarca, con gran tradición, la cultura de la bicicleta en España tiene un gran potencial por desarrollar. Como CEO de Riese & Müller, Sandra Wolf ve en nuestro país todo un mundo de oportunidades. «Hay algo especial en este momentum en el que se puede producir el cambio», explica. Cree que hacen falta políticas e infraestructuras que permitan (y protejan) el uso de la bicicleta como medio de transporte. Pero subraya que el cambio surgirá en las calles ya que en el siglo pasado las ciudades se adaptaron para abrazar al coche al mismo ritmo que lo hicieron nuestros hábitos. «Debemos dar a la gente el tiempo suficiente para probar y cambiar. Tal vez haya cierta fricción entre automovilistas y ciclistas, pero pienso que tenemos que aceptar que en esta época de transformación también la hay entre personas con distintas opiniones. Eso se refleja naturalmente en la movilidad, pero no es algo específico de un mercado, lo vemos en todas partes».

Sin embargo, cada vez son más quienes se apuntan a coger la bici y hacerse un hueco entre las calles y avenidas de una ciudad como Madrid, que resulta cada vez menos hostil para quienes hemos optado por este medio de transporte. Yo misma me siento afortunada por llevar a mis hijas al colegio en una bicicleta de carga gracias a un carril bici que cubre la mayor parte del camino, aunque por supuesto soy muy cauta ante los peligros que surgen por la falta de infraestructuras. Cuando llevo a mis hijas, siempre elijo muy bien la ruta, y para algunos desplazamientos descarto la bici ante el déficit de carriles seguros, que esperamos que se vaya solucionando en los próximos años. Aun así, las ventajas son muchas, y cuando acerco a mis hijas a clase por las mañanas suelo decirles: «¡Somos libres! Toda esa gente está atrapada y nosotras podemos seguir rodando, sentir el aire…». 

«Una de las principales barreras sigue siendo la falta de infraestructuras y carriles bicis seguros»

«Mis hijos», me responde Wolf, «empezaron a socializarse con la bicicleta en una long John (carga frontal en formato cesta), pero luego llega el momento en que tienes que dejar que vayan solos, y ahí asistimos, entre otras cosas, al temor de la adolescencia, cuando ya no estás seguro de querer dejar a tu hija circular de noche y prefieres llevarla y recogerla en coche. Como padres, tenemos que dejarlos ir y confiar en ellos, pero se requiere mucha fuerza de voluntad para ello y para no permitir que abandonen su biografía ciclista».

Si te estás planteando pasarte a la bici eléctrica, no dejes de consultar la disponibilidad de ayudas en tu comunidad autónoma.

Para hacer posible esta infancia en bici y esta «sociedad ciclista», Wolf entiende que el primer paso en las ciudades pasa por concesionarios «que entiendan nuestro concepto de movilidad y no solo vendan bicis, sino que se conviertan en actores activos en su barrio». Y es que aprender a montar en bici es un clásico en todas las infancias, pero esta práctica suele perderse con el tiempo hasta que como adultos decidimos lanzarnos a recuperar la bicicleta o probar una eléctrica.

Los puntos de alquiler son una manera frecuente de recuperar esa relación con la bici. Wolf explica que, para la mayoría de la gente, las bicicletas de flota (Lime, Uber…) son el primer punto de contacto con una e-bike. «Me parece muy cómodo como turista por ejemplo, para ir de un punto A a un punto B. Se visita todo mejor que en taxi o en transporte público», apunta. Sin embargo, estas bicicletas, aunque suponen un gran avance, no tienen en cuenta las necesidades de las familias. Y es ahí donde las bicicletas de carga, como el modelo long tail de carga trasera integrada que destaca por su volumen reducido, pueden marcar la diferencia en España.

Otro de los grandes retos de la industria son otras barreras propias de las ciudades, como la falta de espacio en casa o los robos. Las bicis de Riese & Müller cuentan con un sistema de seguridad, RX Connect, que al ser activado funciona como un GPS: se puede ver en todo momento el lugar en el que se encuentra la bici, algo que, unido a la alarma que incluye el modelo, impulsa una activa prevención al robo.

«La bicicleta cuida el cuerpo, la mente y la ciudad»

La seguridad es solo una de las muchas áreas de innovación en Riese & Müller, que ha introducido marcos de aluminio reciclado, soluciones de almacenaje eficientes o un embalaje reutilizable recientemente galardonado con la medalla de oro por los German Design Awards 2025, en la categoría de diseño circular: el BikeBox. El sillín calefactor o la iluminación de las bicicletas son algunas de las innovaciones destinadas a satisfacer las necesidades de los usuarios y maximizar la seguridad, punta de lanza de la casa alemana, que parten de «fijarse mucho en la industria del automóvil», explica Wolf. En el futuro, la compañía espera contar con aún más funcionalidades, como la comunicación inteligente entre coches y bicicletas para evitar accidentes.

Los diseños de vanguardia unidos a la seguridad de las bicicletas Riese & Müller son, sin duda, una de las mejores opciones.

Hasta los 33.000 kilómetros, las bicis de R&M pueden seguir funcionando en perfecto estado, independientemente de los años que tengan, aunque pueden llegar a los 100.000 kilómetros. Como con todo, depende del uso y el cuidado que le den sus usuarios.

La movilidad urbana en bici puede ser parte del futuro, pero «hay que ser un poco valientes», defiende Wolf. «El año pasado estuve en Barcelona y se ven muchas novedades en ese sentido, decisiones y transformaciones muy valientes. Este proceso lleva tiempo y, además, ahora la situación ha cambiado. El clima sigue siendo importante, pero la política general del mundo más. Necesitamos first movers [impulsores], gente que sea más valiente que los demás. Hay que asumir algún riesgo, tanto en las decisiones como en las acciones», sostiene. 

Conocer una ciudad en bicicleta puede implicar, también, redescubrirla y dejar espacio para la improvisación. «Recuerdo que en Nueva York, hará seis o siete años, cuando el uso de la bici aún era algo complicado, me pareció agradable ver la ciudad desde otra perspectiva», dice. Entiendo a mi tocaya Sandra: en mi caso, entre muchas anécdotas, hay una que sobresale: el propio nombre de la revista Ethic surgió durante un paseo en bici por Milán.

Tomado de Ethic.es