Aguas de baño, ¿excelentes?

Aguas de baño, ¿excelentes?

Tomado de Ethic.es

Europa cuenta con más de 70.000 kilómetros de costa. En España, disfrutamos de más de 8.000 kilómetros bañados por el mar. Cada año, nuestras playas se llenan de vida: bañistas, surfistas, familias, personas mayores. Y no solo en temporada de verano. ¿Podemos decir con total seguridad que el agua es segura para todos ellos?

El último informe europeo afirma que el 85% de las zonas de baño son «excelentes», es decir, que cumplen las normas más estrictas de calidad. En Surfrider Foundation Europe pensamos que esos informes ofrecen una imagen engañosa y peligrosa: únicamente se analizan dos bacterias, solo durante el verano, y en zonas oficialmente designadas para bañistas.

La directiva europea que regula la calidad de las aguas de baño lleva sin actualizarse desde 2006. Han pasado casi veinte años. Y, mientras tanto, el mundo ha cambiado a un ritmo rápido: el cambio climático se acelera, contaminantes emergentes se multiplican, los usos recreativos del mar se han diversificado, y los impactos de la actividad humana sobre el litoral no hacen más que crecer. La evaluación actual de las aguas recreativas es incompleta, poco exigente y profundamente desfasada frente a los desafíos ambientales y de salud pública de hoy en día.

La directiva europea que regula la calidad de las aguas de baño lleva sin actualizarse desde 2006

A principios de este año, la propia Comisión Europea publicó un estudio de impacto que —aunque con cierta ambigüedad— reconocía que revisar la directiva podría ser positivo para abordar los nuevos riesgos sanitarios y medioambientales. Parece que no se comunica de una forma muy contundente, pero ya se sabe que «cuando el río suena…». Pese a ello, la Comisión Europea ha decidido no revisar la Directiva sobre aguas de baño (2006/7/CE). No lo considera prioritario. No habrá actualización. No se adaptará a la nueva realidad. Y lo más grave: lo hace ignorando la evidencia científica, sin consultar a las organizaciones implicadas y sin dar explicaciones claras. Esto no es solo decepcionante, es preocupante.

Desde Surfrider Foundation Europe llevamos años denunciándolo. Hemos publicado informes, elaborado propuestas, movilizado voluntariado, coordinado campañas europeas e incluso entregado un Manifiesto con recomendaciones claras a las instituciones comunitarias.

Pero, ¿por qué decimos que hay muchas cosas a mejorar? La normativa actual solo exige analizar dos bacterias (E. coli y enterococos), en zonas de baño oficialmente designadas y durante los meses de verano. ¿Qué pasa con las zonas donde se practica surf, paddle-surf o snorkel? ¿Qué ocurre fuera de temporada, fuera de verano? ¿Y qué hay de los contaminantes invisibles, como los microplásticos, los pesticidas, los hidrocarburos o los residuos sanitarios y farmacéuticos? ¿Qué pasa con las floraciones de algas tóxicas o las cianobacterias, que liberan sustancias nocivas y se están multiplicando por culpa del cambio climático y los vertidos ricos en nutrientes?

Nada de esto se mide. No se tiene en cuenta. Desde Surfrider Foundation Europe lo decimos claramente: esta situación es insostenible. No podemos seguir fiándonos de cifras engañosas que hablan de una «excelente calidad del agua» cuando el propio sistema de control tiene lagunas enormes. No podemos permitir que la salud de las personas y de los ecosistemas marinos quede desprotegida por una normativa desfasada.

Lo que está ocurriendo es un caso claro de inacción institucional. La Comisión Europea conoce las limitaciones de la directiva. Sabe que se queda corta. Pero ha optado por no hacer nada. Y en cuestiones de salud pública y justicia ambiental, no hacer nada también es una decisión. Y una muy grave.

Desde nuestra organización exigimos una revisión profunda y ambiciosa de la directiva. El manifiesto Healthy Waters explora esto con mucho más detalle. Pero esto no va solo de lo que hace o deja de hacer la Comisión. También va de lo que podemos hacer nosotros como ciudadanos. Si queremos cambiar las cosas, hace falta implicarse.

Por eso, desde aquí lanzamos un mensaje directo: si te preocupa el mar, actúa. Únete a una ONG que proteja los océanos, hazte voluntario, colabora como socio, participa en campañas, comparte información. Lo que puedas y hasta donde quieras. Da igual el cómo, lo importante es el paso. El movimiento asociativo y social es muy importante. Gracias a esto, desde organizaciones como la nuestra hemos podido influir en leyes, decretos y directivas.

Porque lo que está en juego no es solo un chapuzón en la playa. Es mucho más: es la salud pública, la protección de nuestros ecosistemas marinos, la credibilidad de las instituciones y el derecho a un entorno limpio y seguro para todas las personas. Y porque, aunque algunos quieran mirar hacia otro lado, la contaminación del agua no se detiene, no entiende de fronteras ni de calendarios institucionales.

Desde Surfrider Foundation Europe no vamos a dejar de insistir, denunciar y proponer. Pero necesitamos que la ciudadanía se una a la causa. Solo así, entre todos y todas, podremos lograr una normativa a la altura de los retos del siglo XXI.


Xavier Curto es coordinador de la delegación española de Surfrider Foundation Europe

Tomado de Ethic.es