Con un Désiré Doué superlativo y un Luis Enrique que dio cátedra de estrategia, el París Saint Germain por fin consiguió un lugar entre los equipos inmortales que conquistaron la Champions League. Los franceses dominaron a placer a un Inter de Milán que quedó lejos de demostrar el nivel que tuvo en semifinales, para aplastarlos por 5-0 en el Allianz Arena de Munich y alzar la primera “orejona” de su historia.
El equipo galo tomó por sorpresa a los italianos desde el primer segundo. Inclusive en el saque de inicio en el centro del campo, optaron por un despeje a una banda del Inter en busca de comenzar una presión asfixiante que fue su identidad en toda la primera mitad.
Ousmane Dembélé, Khvicha Kvaratskhelia y Désiré Doué se rotaron constantemente en el ataque para confundir a los rivales, que cometieron varios errores antes la presión contra el guardameta Yann Sommer. Mediante ese sistema, Vitinha encontró a Doué en el área y este cedió para un solitario Achraf Hakimi, quien únicamente tuvo que empujar el balón para abrir el marcador a los 12 minutos.
Tan sólo un par jugadas después, Dembélé condujo un contragolpe desde su cancha, que terminó en una volea de Doué que se desvió en Federico Dimarco y dejó sin oportunidad de reacción a su guardameta.
El reloj marcaba apenas 25 minutos de juego, pero el dominio del PSG en la cancha del Bayern Munich era notorio con seis tiros a puerta de los franceses por solamente 1 desviado del Inter, además de tener el 60% de posesión.
Para el complemento, Inter salió más agresivo y, por momento, consiguió desestabilizar al PSG, pero para su mala fortuna, Inzaghi sufrió la lesión del lateral Yann Aurel Bisseck pocos minutos después de haber entrado de cambio. Ahí fue cuando los franceses entendieron que no debían de bajar la intensidad, y se vino la cascada de goles que terminó por sellar el campeonato.
Con una clase que mostró en toda la temporada, Dembélé dejó de taquito a Vitinha, quien filtró a Doué y este definió a primer poste para el tercero. De una forma similar, Khvicha Kvaratskhelia puso el cuarto y, como cereza del pastel, Barcola habilitó a Senny Mayulu para la manita definitiva.
El París Saint Germain, después de poco más de 700 millones de euros invertidos desde 2011 a la fecha y de varios proyectos fallidos, finalmente venció sus fantasmas para consagrarse, por primera vez en la historia, campeón de la Champions League.
Tomado de https://www.esto.com.mx/
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