El Departamento de Justicia de la administración Trump está desmantelando rápidamente los esfuerzos de desegregación de décadas de antigüedad, ganándose la reputación de ser la Casa Blanca más favorable a la segregación en la memoria reciente. El último ejemplo es la terminación de un acuerdo de desegregación escolar con la parroquia de Plaquemines en Louisiana.
The Associated Press informó que el Departamento de Justicia justificó el fin del acuerdo de 1966 calificando su existencia continua como un «error histórico» y sugiriendo una revisión de acuerdos similares de la era de los Derechos Civiles. La subsecretaria de Justicia Harmeet Dhillon enmarcó la decisión como parte del esfuerzo de la administración para «centrar a Estados Unidos en nuestro brillante futuro». Esto, a pesar del hecho de que docenas de distritos escolares del sur permanecen bajo acuerdos de desegregación ordenados por la corte, y la segregación escolar persiste como un problema significativo en todo Estados Unidos, incluso en Louisiana.
El abogado principal de la División de Derechos Civiles, Leo Terrell, se hizo eco de este sentimiento, afirmando que Louisiana «se organizó hace décadas» y que el despido corrige un error histórico. Esta caracterización ignora la realidad continua de la segregación escolar y la necesidad continua de esfuerzos de desegregación.
Esta acción es parte de un patrón más amplio. La administración eliminó previamente las pautas que impedían a los contratistas federales operar instalaciones segregadas. El informe de AP sugiere que es probable que se produzcan más retrocesos en las pautas contra la segregación. Si bien la discriminación y la segregación siguen siendo ilegales, estas acciones indican una despriorización de la aplicación de los derechos civiles, lo que podría envalentonar las prácticas discriminatorias.
Esta subestimación de la División de Derechos Civiles del DOJ ha llevado, según se informa, a que más de 100 empleados abandonen o consideren abandonar sus puestos. Este éxodo está impulsado por el liderazgo de la división bajo Harmeet Dhillon, una abogada de extrema derecha y cercana aliada de Charlie Kirk, quien ha abogado abiertamente por revertir la Ley de Derechos Civiles. Al desmantelar las pautas de desegregación, Dhillon parece estar debilitando activamente la capacidad de la Ley para proteger a los grupos marginados. Las acciones de la administración plantean serias preocupaciones sobre su compromiso con los derechos civiles y la igualdad de oportunidades.Tomado de https://feeds.nbcnews.com/msnbc/public/news
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