Por Mon De León
Estamos en la semana David Bowie: el ciclo de días en los que conmemoramos su nacimiento y su muerte; es por eso que en WARP queremos celebrar el legado de uno de los artistas más importantes de la historia contemporánea a través de la exploración de algunos de los puntos claves de su discografía, en el afán no solo de revalorar su figura; sino también de acercarlo a nuevos ojos y oídos. En la entrega de hoy: Blackstar.
Se dice que, aunque los cisnes cantan a lo largo de sus vidas, no hay melodía más hermosa que la que entonan justo antes de morir. Blackstar es precisamente eso para David Bowie: su canto de cisne. Consciente de que su tiempo en este planeta estaba limitado, Bowie transformó el presagio de su final en un acto de creación sublime.
Así nació Blackstar, el último álbum de la leyenda… Del starman.
No es la puerta de entrada que recomendaría para aquellos que aún no han explorado el universo de Bowie; sin embargo, su importancia es incuestionable. Blackstar no solo destaca por su maestría musical, sino también por ser un testamento artístico palpable.
La energía fluye en cada nota, cada vibración de su voz, y los sentimientos impregnados en cada canción penetran la piel. Hay un mensaje y una melancolía en Blackstar que son crudos y energéticos, con un ritmo desesperado que guía al oyente de un tema a otro.
En un gesto que parece trascender el tiempo y el espacio, Bowie nos regaló este álbum que no solo desafía las convenciones del Rock, sino que también resuena fuertemente con la realidad actual. Lanzado justo antes de su inesperada muerte en 2016, Blackstar es una exploración audaz y experimental de temas como el existencialismo, la mortalidad y lo etéreo.
Desde la canción que da nombre al álbum, Bowie nos sumerge en un universo sonoro oscuro y misterioso, donde el Jazz, la Electrónica y el Rock se entrelazan. Este enfoque visionario y la mezcla de géneros trascienden las barreras generacionales, ofreciendo una experiencia auditiva única que cautiva a los oyentes contemporáneos con su universalidad y su innovación
sonora.
En “Lazarus”, Bowie contempla su propia mortalidad y legado. Es una reflexión sobre la vida y la muerte, impregnada de una aceptación serena y un significado que se intensifica al conocer el destino de Bowie. Este tema, junto con la estética visual del álbum, que entrelaza simbolismo y surrealismo, refleja el espíritu de una era donde la autoexpresión y la identidad visual son elementos esenciales de la cultura contemporánea.
Blackstar trasciende la categoría de mera música para convertirse en la despedida significativa de un artista al final de su carrera, ofreciendo una pieza de historia musical que conecta de manera íntima con oyentes de todas las edades y actúa como un testimonio de la influencia perdurable de Bowie en la música de hoy.
Este álbum es una obra que no solo desafía expectativas sino que también expande horizontes. No es solo un eco del pasado, sino una obra maestra que dialoga con el presente y sigue inspirando hacia el futuro. Para los jóvenes y para cualquiera abierto a una experiencia musical que es a la vez innovadora y profundamente conmovedora, Blackstar de David Bowie es una invitación a sumergirse en una odisea sonora y emotiva que promete ser tan transformadora como lo fue el propio Bowie en cada fase de su carrera.
Es un álbum que merece ser escuchado con atención y mente abierta, permitiendo que cada acorde, cada letra y cada pausa hable no solo del legado de Bowie, sino también de la continua búsqueda de significado en nuestra propia existencia.
Si estás listo para dejar que “Blackstar” te lleve a un viaje introspectivo y a la vez universal, abre tus oídos y tu corazón, y prepárate para ser parte del canto del cisne de una de las estrellas más brillantes de la música.
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Tomado de https://warp.la/
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