Visita con una muestra de gráfica

“Para culminar este año de ese conjunto de magnos proyectos, la VII Bienal “Shinzaburo Takeda” fue recibida por la UAM Xochimilco en las tres salas de su Galería Sur: “Leopoldo Méndez”, “Ivonne Domenge” y “Gilberto Aceves Navarro”.Tomado de https://morfemacero.com/ ...

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Jorge Pech Casanova

En la Sala “Leopoldo Méndez” de la Galería Sur, en la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, se inauguró el 16 de noviembre la muestra de la Séptima Bienal Nacional de Artes Gráficas “Shinzaburo Takeda”. Con esa presentación en la Ciudad de México la bienal culmina este año un extenso periplo que ha llegado por primera vez a dos importantes capitales del sureste: Mérida y Tuxtla Gutiérrez, además de a varias capitales de México.

Pese a que Oaxaca, donde se origina la Bienal Takeda, es un estado del sureste mexicano, la comunicación con las capitales de la región no se había establecido, por la paradójica lejanía entre las principales ciudades del sureste, con la excepción de Xalapa.

Gracias a la vinculación de la Universidad Autónoma de Yucatán con la Fundación Takedarte y la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán que organiza la UADY, la VI Bienal convocada en 2020 fue presentada en Mérida en 2022, y al año siguiente la VII Bienal Takeda se desplegó en las salas del Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán.

Estas presentaciones abrieron un proceso por el cual Shinzaburo Takeda y sus talentosos discípulos y discípulas emprendieron, con el apoyo de la UABJO, de la UADY y de la Universidad y el gobierno de Campeche, un conjunto de proyectos alternos que han cristalizado principalmente en la creación de tres murales: uno, Infinito de quetzales en el mundo de venados, en la ciudad de Izamal, Yucatán; otro, Adán y Eva, en la capital campechana; y el más ambicioso, el tríptico mural Imagen de la Historia de la UABJO, en la Ciudad Universitaria de Oaxaca.

Para culminar este año ese conjunto de magnos proyectos, la VII Bienal “Shinzaburo Takeda” fue recibida por la UAM Xochimilco en las tres salas de su Galería Sur: “Leopoldo Méndez”, “Yvonne Domenge” y “Gilberto Aceves Navarro”. La ceremonia de apertura del 16 de noviembre fue encabezada por el rector Francisco Javier Soria López.

El maestro Takeda, los pintores Israel Nazario y Fulgencio Lazo, el grabador Abraham Torres y quien esto escribe participamos en la ceremonia, aunque llegamos apenas a tiempo después de demorarnos en un embotellamiento por unas obras en la carretera a Puebla.

El apurado trayecto entre Puebla y la unidad Xochimilco de la UAM fue posible gracias a la destreza del conductor que llevó al grupo a la presentación. Con un retraso de más de una hora, el chofer se salió de las vías principales y, gracias a su conocimiento de recónditas calles de Iztapalapa, pudimos llegar sin mayor demora, pese a los congestionamientos en los viaductos de la zona.

Los impacientes pasajeros, apremiados por quienes los esperaban en la universidad, mientras observaban al hábil conductor buscar atajos y vías despejadas, fueron distraídos por la selección musical del vehículo, en su mayor parte narcocorridos sobre poderosos capos como Ismael “El Mayo” Zambada y Alfredo Beltrán Leyva, quienes siguen “exportando su producto” aunque estén en una celda, o siniestras historias como la de un padre que, para castigar a su hijita por rayarle con un clavo su vanidosa camioneta, le ata las manos con alambre y, cuando por eso a la niña le han amputado las manitas y le reclama dulcemente, el implacable sujeto se suicida de un balazo.

Con ese fondo musical tan desquiciado como el tráfico capitalino, los presentadores de la Bienal Takeda llegamos al fin a la inauguración de la muestra en la UAM Xochimilco.

Tras convivir con las y los estudiantes de diseño y artes gráficas de la universidad, así como con las amables autoridades de la UAM y los representantes diplomáticos de Japón e Indonesia, quienes llegamos de Oaxaca pudimos conocer brevemente algunas iniciativas académicas con el tema de las artes que suscitaron gran interés para reproducirlas en la tierra de Tamayo. Después de todo, acceder a los prestigiados espacios de la Casa Abierta al Tiempo es un anhelo que en provincia pocas veces se puede cumplir.

En cuanto a los resultados de la Bienal, es importante señalar que, por primera vez, el certamen tuvo dos ganadores: el michoacano Alberto Barriga Reyes, con su linografía “Escolar”, y el oaxaqueño Iván Bautista, con su xilografía “Ofidiario”. Aunque estas obras difieren en técnicas y estilo, cada cual evidencia el depurado oficio de sus autores, por lo cual los integrantes del jurado les concedieron a ambos la preeminencia en el certamen, dejando desierto el segundo lugar.

La participación de las mujeres en la VII edición de la Bienal queda de manifiesto con la obra ganadora del tercer lugar, linografía y grabado sin título de María Jacqueline Juárez Arcos, además de la obra asimismo sin título de Mariela López González, artista de 21 años de edad, quien obtuvo el Premio Joven de la Bienal. La artista Juárez Arcos, por cierto, estuvo presente en la presentación de las obras en la UAM Xochimilco.

Daniel Luis Hernández, con un linóleo combinado con xilografía, obtuvo el Premio de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, que apoya el certamen, mientras que Hazel Eufragio Hernández, con una xilografía, consiguió el Premio Takeda. Además, Víctor Manuel Hernández Castillo recibió una mención especial por su trayectoria como artista gráfico. Asimismo, Isabel Rosalía Mendoza Vidal recibió mención honorífica por su punta seca, lo mismo que la propuesta de gráfica callejera del colectivo Casa Subterránea.

La VII Muestra de la Bienal quedó integrada por 52 obras de gráfica, incluyendo las seis piezas ganadoras, la mención a la trayectoria de un participante, más dos menciones honoríficas y las obras del país invitado, Indonesia.

Al concluir la ceremonia y la veloz visita a la UAM, el restaurantero Joji Sugawara, amigo del maestro Shinzaburo Takeda desde que éste vivía en la capital de la república en 1968, invitó al grupo de visitantes llegados de Oaxaca al restaurante Daruma que está en la avenida Insurgentes.

Premiado por el Ministro de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón como promotor de la comida japonesa en el extranjero, el señor Sugawara recibió a sus invitados con un exquisito banquete de amigos, en los que los platos iniciales fueron makis y rollos de sushi, a los cuales se añadió un soberbio caldo de pescado con pollo y setas, el cual sucesivamente se convirtió en un caldo de tofu con fideos de arroz, luego con tallarines y por último de arroz mezclado con huevo batido. Todo, preparado por el anfitrión ante sus asombrados comensales.

Regada generosamente con sake frío, la comida fue más que abundante y permitió a los convidados paladear los diversos y variados sabores de la gastronomía japonesa. Un privilegio que dispuso la generosidad del señor Sugawara y su admiración hacia el arte de su compatriota Takeda.

En cuanto concluyó la comida, el grupo de visitantes abordó nuevamente la camioneta y se lanzó hacia Oaxaca en un viaje de retorno que concluyó en la madrugada. En esa vuelta a la ciudad sureña, la petición expresa de uno de los pasajeros nos permitió evadir los violentos himnos de grupos como Los Exterminadores de Tijuana, para ser adormecidos por las melancólicas baladas de Marco Antonio Solis, lo cual fue un descanso para los nervios de los extenuados viajeros. Así llegamos a Oaxaca de madrugada, aún ahítos de la excelente comida japonesa del señor Sugawara y deslumbrados por la hospitalidad de la UAM Xochimilco.

Tomado de https://morfemacero.com/