El motor y ariete de la campaña a gobernador de Samuel García fue su esposa Mariana Rodríguez, no entenderlo de esta forma, es no entender la comunicación política que desde tiempos de Obama se ha multiplicado en redes sociales.
Mariana, ahora que Samuel busca la silla presidencial, nuevamente se convierte en ese ariete que abre caminos y motor que impulsa la carrera de Samuel a la Presidencia. No es lo mismo un evento de Samuel sin Mariana, es más no es lo mismo un evento solo de Mariana, el cual estaría con su sola presencia con los foros llenos.
Ha logrado Mariana (no Samuel) que los votantes acudan a donde está ella, en primer lugar y como él, es su esposo y es el candidato, también está presente.
Me parece que la gente busca más la foto con ella que con él, si en la foto salen los dos, no incomoda, pero la selfie para compartirla en redes es con ella.
Dicho lo anterior no me sorprende que, en el país, muchas mujeres que están sumándose a la política naranja quieran parecerse a Mariana, tampoco me sorprende que fosfo políticos que buscan cargos de elección popular busquen que sus compañeras de fórmula tengan un perfil muy parecido al de Mariana Rodríguez.
Pero, pero, pero… Mariana sólo hay una, ella tiene esa cualidad que no se estudia, que no se fabrica, que simplemente se tiene, esa cualidad emocional de conectar con miles por la vía de las redes, entiende Mariana el lenguaje de los nodos, de las conexiones, seguramente sin proponérselo, simplemente sucede, con lo que dice, con lo que hace, ahora, si le sumamos un equipo profesional de comunicadores y expertos en redes, sus propias características se multiplican.
Nuevamente, pero, pero, pero… Mariana sólo hay una, quienes pretendan serlo para ganar votos, para sumar simpatías es posible que no lo consigan.
Cada día vemos a más Marianas en redes y conforme se sumen fosfocandidatos, estos buscaran a su Mariana, algunos quizá tengan éxito, otros es posible que estén sellando su derrota desde antes de iniciar la carrera electoral.
¿Es malo querer ser como Mariana?, ni bueno, ni malo, lo que no es ético es pretender se lo que no eres para ganar votos.
“Mienta, pero no engañe”, dice el clásico.
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