septiembre 17, 2025

El sur también egsiste

“Ahora, la senadora que comenzó su fortuna vendiendo 600 gelatinas al día cuando aún no cumplía trece años de edad, según sus alegres cuentas, se permite traer a la memoria ese abuso empresarial cometido por un individuo actualmente buscado por pedofilia,...

Administración de los males públicos

Jorge Pech Casanova

“Habrás escuchado la frase, que ahora ya me consta que es real, que en México en el norte trabajamos, en el centro administran y en el sur descansan”, le aseguró en 2015 el entonces candidato a la gubernatura de Nuevo León, Samuel García, a la periodista Maricela de la Toba en el espacio Entrevista Ciudadana de El Universal.

La frase no fue creación del escasamente creativo individuo que gobierna Nuevo León, sino una creencia acendrada entre un bárbaro sector nada minoritario de los habitantes del norte de la república mexicana, cuyas opiniones sobre la economía de la nación omiten la importante contribución de las y los pobladores así como de los recursos extraídos de los estados de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

La vieja y falaz opinión sobre la pereza de los habitantes del sur mexicano sigue vigente en la parte de la república que va del altiplano al río Bravo. Insistente e insolvente falacia, pues justo los estados del altiplano y los que comparten frontera con Estados Unidos atestiguan mes con mes cómo arriban a sus empresas y campos de cultivo miles de trabajadores sureños, quienes laboran en condiciones de virtual esclavitud con salarios ínfimos, situación que ha favorecido el desarrollo de dichos territorios.

Pese a que está documentada la extraordinaria capacidad de trabajo de los mexicanos provenientes del sur del país, la elite capitalina y norteña que esclaviza y mal paga el trabajo sureño insiste en propalar la falacia de la pereza en el sur mexicano.

Un nuevo ejemplo de esa calumnia es el dicho de la aspirante presidencial Xóchitl Gálvez, quien al reiterar ese oprobio rememora un vergonzoso episodio de la oligarquía mexicana.

Dijo la senadora empresaria: “Hay una cultura distinta en el sureste del país… cuando trabajaba con Fox quisieron instalar maquiladoras en San Cristóbal de las Casas y les dije que iba a ser un fracaso, nadie va a ir a trabajar ocho horas seguidas porque no es su cultura”.

Algo de razón tendría la empresaria senadora si especificara que la cultura de trabajo en el sur de México va más allá de la jornada de ocho horas que la Ley Laboral establece. En el sur se cumplen cotidianamente horarios laborales de diez y hasta catorce horas diarias, debido a las condiciones de escasez salarial que la clase trabajadora padece en sus entidades natales.

Baste recordar que en la única empresa que estableció en Chiapas el gobiernos foxista, en 2003 —la maquiladora Trans-Textil Internacional, S.A. de C.V., aludida por Gálvez— se trabajaban horarios semanales de 45 horas para beneficio del empresario pedófilo Kamel Nacif Borge, quien obligaba a sus jóvenes empleadas a cubrir una producción mínima de 93 playeras al día por persona, la cual pagaba el dueño de la factoría a 43 centavos (cuatro centavos de dólar) por unidad. Esas mismas playeras se vendían en el mercado estadounidense, exportadas por Nacif Borge, a 20 dólares la pieza. Además, las empleadas que incumplían su cuota en TTI tenían que trabajar los domingos sin pago extra. Son datos que difundió desde 2003 el investigador Miguel Pickard en su artículo “Trans-Textil Internacional, S. A. de C. V. La Maquiladora de San Cristóbal de las Casas”.

Para explotar a estas jóvenes mujeres, en su mayoría indígenas, la empresa del aún prófugo pederasta recibió en 2002 del gobierno de Fox los siguientes “incentivos”: seis millones de pesos del programa federal Marcha al Desarrollo, y otros once millones del gobierno estatal (al menos 17 millones, sólo en recursos directos). En retribución, la maquiladora TTI se comprometió a crear mil quinientos empleos en Chiapas, pero sólo llegó a tener 400 plazas laborales. Además, el gobierno estatal chipaneco le otorgó en comodato a la maquiladora, sin cobrarle renta, una nave de 8,400 metros cuadrados que costó al estado diez millones de pesos.

Por si fuera poco, la administración pública chiapaneca tuvo que pagar durante cinco años los salarios mínimos que recibían las empleadas por concepto de “becas por capacitación” durante seis meses, para ser despedidas al cabo de ese plazo por la empresa de Nacif Borge, que así evitaba pagar sueldos a su personal.

Ahora, la senadora que comenzó su fortuna vendiendo 600 gelatinas al día cuando aún no cumplía trece años de edad, según sus propias alegres cuentas, se permite traer a la memoria ese abuso empresarial cometido por un individuo actualmente buscado por pedofilia, que en 2002 recibió por órdenes de Vicente Fox un “incentivo” de 27 millones de pesos para una maquiladora que cerró cinco años después de su apertura. Afrenta conceptual que la empresaria Gálvez encona acusando a quienes trabajan en Chiapas y los estados vecinos de evadir las ocho horas diarias de labor marcadas por la ley.

Según la empresaria senadora, la culpa del fracaso maquilador en Chiapas se la tuvieron las empleadas que trabajaban 45 horas a la semana (más domingos “de castigo”), no el empresario que recibió al menos 27 millones de pesos del erario para incumplir su compromiso de establecer una planta laboral duradera en ese sur que, por alguna extraña fatalidad, nunca consigue parecerse al norte de México.

Quizá pronto la aspirante presidencial descubra que Kamel Nacif se hizo rico en uno de esos perezosos estados del sur, Quintana Roo, donde acumuló caudales con el apoyo de sus familiares, los gobernadores priistas Miguel Borge Martín y Roberto Borge Angulo; después, Nacif Borge se benefició con 54 millones 285 mil pesos del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) creado por el presidente Ernesto Zedillo.

En los sexenios subsecuentes, el pedófilo siguió recibiendo beneficios de las presidencias de Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa. Después, el prófugo empresario disfrutó al menos la protección de Enrique Peña Nieto. Hasta 2021, el pederasta fue apresado en Líbano por gestiones de la presidencia de André Manuel López Obrador, pero las autoridades de aquel país lo dejaron libre bajo fianza. A lo mejor por esa sostenida impunidad la empresaria Gálvez omite señalarlo como un destructor de las fuentes de empleo en el sur, donde la gente no trabaja ocho horas diarias, sino diez, doce o catorce.

Tomado de https://morfemacero.com/