La investigadora francesa demostró que la subordinación femenina no se debe a una cuestión natural, sino a un exceso de cultura patriarcal.
Françoise Heritier, etnóloga francesa que falleció en 2017, puso en tela de juicio la idea de que la violencia de género es una cuestión de la naturaleza demostrando que es un exceso de la cultura patriarcal. A través de sus estudios de antropología y etnología, Heritier llegó a la conclusión de que la subordinación femenina no se debe a un ensañamiento natural, sino a que los hombres han intentado controlar la capacidad reproductiva de las mujeres.
Françoise Heritier, una de las antropólogas y etnólogas que más destacan en su generación, se le reconoce por su trabajo en el campo de la antropología y la etnología, y en especial por su estudio sobre la violencia de género y la subordinación femenina.
Heritier demostró que la subordinación femenina no es natural, sino resultado de la cultura patriarcal. Según la antropóloga, los hombres han tratado de controlar la capacidad reproductiva de las mujeres desde tiempos ancestrales, pues siempre han estado asombrados por su capacidad de «producir» niñas y, sobre todo, niños. Para apoderarse de sus vientres y su poder generador, se convencieron a sí mismos de que eran ellos quienes introducían el principio sexualizante en la mujer. Aristóteles teorizó esa fantasía al afirmar que todo dependía del esperma.
Heritier basó su teoría en el estudio de la etnia mandinga de Burkina Fasso, donde analizó las relaciones de género y el incesto de segundo tipo –entre una madre y una hija con un mismo amante–. La antropóloga argumentó que la subordinación femenina se debe a la capacidad reproductiva de las mujeres, y por eso han sido sometidas en beneficio de la supervivencia grupal y la cohesión social.
Según Heritier, la sumisión femenina resulta de la estructura de poder patriarcal, que impone creencias y valores discriminatorios sobre los roles de género. La antropóloga destacó que los últimos descubrimientos de la neurología niegan las diferencias sexuales en el funcionamiento y organización cerebral, y que es el aprendizaje discriminatorio lo que promueve el desarrollo de conexiones sinápticas divergentes.
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Llamada por algunos como la «antropóloga de las mujeres», Françoise Héritier dedicó gran parte de su vida a estudiar la cultura y las relaciones de género en distintas sociedades del mundo. A través de sus investigaciones y sus escritos, Héritier logró establecer un diálogo entre la antropología y el feminismo, evidenciando cómo muchas de las estructuras culturales que perpetúan la desigualdad de género no tienen una base biológica, sino que son construcciones sociales que pueden ser transformadas.
Entre las contribuciones más destacadas de Héritier se encuentra su teoría de la «doble alianza», que propone que la alianza matrimonial entre grupos humanos se basa en un intercambio de mujeres entre ellos, lo que permite fortalecer los lazos sociales y evitar el incesto. Asimismo, Héritier analizó la relación entre el lenguaje y la construcción de género, destacando cómo en muchas culturas los términos utilizados para referirse a hombres y mujeres tienen connotaciones diferentes y refuerzan ciertas ideas sobre los roles y las jerarquías de género.
A lo largo de su carrera, Héritier recibió numerosos reconocimientos y premios por sus investigaciones y su labor como docente. Además, fue una figura relevante en el debate público sobre temas de género y sexualidad en Francia, donde se convirtió en una defensora de los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales. Con su muerte, el mundo perdió a una de las antropólogas más influyentes de la historia y a una voz clave en la lucha por la igualdad de género.
La antropóloga Françoise Heritier, cuyo pensamiento y trabajo en materia de género removió la conciencia colectiva, dejó frases que evidencian su compromiso con la igualdad de género y su rechazo a la discriminación y la violencia hacia las mujeres.
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Entre sus frases más destacadas se encuentran: «Decir que las mujeres tienen el derecho de venderse es enmascarar que los hombres tienen el derecho de comprarlas» y «Se dice que un hombre no puede casarse con tal o cual mujer. Pero jamás se ha dicho que una mujer no puede casarse con tal o cual hombre. De hecho, las mujeres nunca han sido sujeto de derecho con voz en los textos históricos».
Además, Heritier afirmaba que seguimos moviéndonos con patrones de conducta y pensamiento forjados en el Paleolítico Superior, y que la humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras. Con estas palabras, la antropóloga ponía de relieve que la violencia de género no es natural, sino una construcción cultural.
Françoise Heritier, que falleció en París el día de su 85º cumpleaños, también reflexionaba sobre la muerte y la vida. En una de sus frases más conocidas, decía: «No me intriga saber lo que ocurrirá después de mi muerte. Después de todo, nadie se plantea la cuestión de qué era antes de nacer».
Tomado de http://Notaantrpologica.com/
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