Svalbard fungió como un refugio para la vida silvestre del Ártico por milenios. A causa de la crisis climática, podría desaparecer para siempre. “Te hace sentir pequeño”, dice Stefano Unterthiner de Svalbard, el archipiélago noruego en la parte más septentrional del...
Svalbard fungió como un refugio para la vida silvestre del Ártico por milenios. A causa de la crisis climática, podría desaparecer para siempre.
“Te hace sentir pequeño”, dice Stefano Unterthiner de Svalbard, el archipiélago noruego en la parte más septentrional del Ártico, en donde él y su familia pasaron un año. En 2019, el fotógrafo italiano se mudó con su esposa, Stéphanie, y sus hijos pequeños a Longyearbyen, el asentamiento más grande de Svalbard.
Se adaptaron muy rápido: aunque el pueblo solo tiene 2 mil 100 habitantes —científicos, operadores turísticos, estudiantes— provienen de todas partes del mundo y representan unas 50 nacionalidades.
La bahía de Sassenfjorden, en Svalbard —a principios de marzo— se extiende más allá de los picos favoritos de los senderistas. Los fiordos más pequeños del archipiélago noruego solían estar congelados en el invierno, pero debido a las temperaturas más altas, en algunos, ahora mantienen el flujo del agua todo el año. / STEFANO UNTERTHINERSTEFANO UNTERTHINER
Para aprender cómo cambia un ecosistema vulnerable en el lugar que se calienta más rápido de la Tierra, Unterthiner fue en busca de la vida silvestre del ártico. Viajó a bordo de snowmobile y a pie, equipado con binoculares y un rifle obligatorio, así como con su equipo fotográfico.
Encontró fiordos que se derriten, avalanchas cada vez más frecuentes y permafrost empapado por la lluvia que cubría la vegetación de la que la vida silvestre depende para sobrevivir.
Durante el invierno los zorros árticos desarrollan pelaje grueso y protector. Izq: un zorro busca las sobras en el cadáver pelado de un reno, una fuente de alimento muy codiciada durante el invierno. Cuando llega el verano, los zorros se alimentan sobre todo de huevos y polluelos de nidos y a veces, de crías de focas. / STEFANO UNTERTHINERUn joven oso polar curioso observa al fotógrafo Stefano Unterthiner desde la orilla. Cuando se forma la banquisa durante el invierno, los osos polares (salvo las hembras embarazadas) lo atraviesan para buscar comida. Ahora que Svalbard es punto cero del cambio climático, sus osos polares se deben adaptar a la disminución de la banquisa. / STEFANO UNTERTHINER
Unterthiner teme que la zona “está cambiando a tal velocidad que la mayoría de las especies —porque están tan adaptadas a este entorno— no van a poder evolucionar al mismo ritmo”.
STEFANO UNTERTHINER¿Qué sorprendió más a Unterthiner durante su año en Svalbard? “La transformación tan rápida de este entorno”, cuenta. En agosto en Adventdalen, un valle en Spitsbergen, le maravilló este espectáculo: los colores de la tundra cambian cuando termina el breve verano en el Ártico. / STEFANO UNTERTHINER
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