noviembre 13, 2025

La instrumentalización de ciencia social: cómo se pervierte su propósito original

¿Es ético realizar investigaciones culturales a distancia? El antropólogo Gilberto López y Rivas analiza el papel de las agencias de espionaje en el estudio de la cultura y su instrumentalización al servicio del imperialismo.


Nos sumergimos en las reflexiones del reconocido antropólogo Gilberto López y Rivas la instrumentalización de la ciencia social en la contrainsurgencia quien recientemente publicó un artículo imperdible sobre este tema en el periódico La Jornada.

López y Rivas es un destacado antropólogo mexicano comprometido con el estudio de la cultura, la política y la ética desde una perspectiva crítica y socialmente comprometida. En su artículo, nos invita a reflexionar sobre temas como el imperialismo, la hegemonía, las agencias de espionaje y el estudio de la cultura a distancia, entre otros temas fundamentales para las ciencias sociales. Acompáñanos en este recorrido por las ideas del autor y descubre las reflexiones más destacadas de su obra.

El antropólogo Gilberto López y Rivas, aborda la problemática que surgió en la década de 1960 cuando se reveló públicamente que antropólogos y científicos sociales estaban participando en investigaciones con fines de contrainsurgencia al servicio del gobierno de Estados Unidos. Este hecho, conocido como el Plan Camelot, desató encendidas polémicas sobre el compromiso social y político de los científicos en el ámbito académico.

El Plan Camelot, un proyecto del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, buscaba la cooperación de las universidades y los científicos sociales para realizar investigaciones sobre los movimientos sociales en América Latina y su posible amenaza a los intereses estadounidenses. Este proyecto generó una fuerte reacción en la comunidad académica, que criticó la colaboración de los científicos con los objetivos políticos del gobierno estadounidense.

Como resultado de esta polémica, se puso en cuestión el compromiso social y político de los científicos y se discutió la necesidad de que la investigación académica esté al servicio de la sociedad y no de intereses políticos y económicos particulares. Asimismo, se discutió el papel de los científicos en las políticas contrainsurgentes y se cuestionó la ética de su participación en ellas.

López y Rivas destaca que esta polémica reveló el involucramiento activo de especialistas en diversos países donde el imperialismo estadounidense libraba sus batallas contrarrevolucionarias. En particular, menciona países como Vietnam, Kampuchea, Laos, Chile, Colombia y México, donde se desarrollaron políticas contrainsurgentes con la ayuda de los científicos y especialistas.

López y Rivas señala que, a pesar de que la polémica sobre el compromiso social y político de los científicos en el ámbito académico se desató en la década de 1960, en realidad este tipo de colaboración entre antropólogos y sociólogos y agencias gubernamentales llevaba más de 20 años desarrollándose discretamente.

Para ilustrar esta colaboración, López y Rivas menciona un ejemplo de 1946, cuando Ruth Benedict, una de las discípulas más destacadas de Franz Boas, uno de los gurús de la antropología estadounidense, publicó una obra titulada «El crisantemo y la espada: patrones de la cultura japonesa«. Esta obra es un ejemplo de la utilización de antropólogos por parte de los aparatos militares estadounidenses, como parte de una estrategia que establece una ciencia social al servicio del Estado capitalista.

Ruth Benedict entre dos indígenas de la tribu pies negros (1939)
National Anthropological Archives, Smithsonian Ins.

En este contexto, López y Rivas señala que los antropólogos y sociólogos que trabajaban en agencias gubernamentales lo hacían con fines no precisamente humanitarios, lo que implica que su trabajo estaba al servicio de intereses políticos y económicos particulares. Esta colaboración puede entenderse como una muestra del uso instrumental de la ciencia social por parte del Estado, lo que pone en cuestión la ética y el compromiso social de los científicos.

Esta investigación tenía como objetivo comprender la cultura de poblaciones enemigas para un mejor control y sometimiento culturalmente dirigido, lo que implica un uso instrumental de la antropología y la ciencia social en un contexto bélico. Aunque se reconoce que la investigación se llevó a cabo en el contexto de un conflicto bélico en el que los pueblos del mundo luchaban contra el fascismo representado por Alemania, Japón e Italia las clases dominantes de los países aliados capitalistas también eran corresponsables en el desencadenamiento de la guerra y se esforzaron para que el capitalismo como sistema saliera lo mejor librado posible. En consecuencia, la guerra sirvió tanto para la causa de los pueblos, con la emancipación nacional de numerosos países, como para el establecimiento de la hegemonía de Estados Unidos como el centro del imperialismo mundial.

Para entender esta presencia actual, es importante tener en cuenta la labor de los pioneros en esta materia, entre los que se encuentra Ruth Benedict y su obra El crisantemo y la espada. Esta obra representa uno de los primeros productos antropológicos modernos enfocados en la comprensión de la cultura de poblaciones enemigas para su mejor control y sometimiento culturalmente dirigido. A pesar de que Benedict y su grupo participaron en este proyecto en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y en la lucha contra el fascismo, la investigación estableció una ciencia social al servicio del Estado capitalista.

La obra de Benedict inauguró lo que se denominaría posteriormente como el estudio de la cultura a distancia, utilizando técnicas antropológicas aplicadas a conjuntos sociales y análisis de productos culturales para reunir una base de datos culturales que permitiera identificar el carácter nacional de una determinada sociedad. Esta práctica ha continuado hasta nuestros días, con la presencia actual de antropólogos y otros científicos sociales en las agencias de espionaje de Estados Unidos.

El crisantemo y la espada, Ruth Benedict | DESCARGA

Según se indica en el texto, la investigación fue realizada a petición de la Oficina de Información de Guerra y su sección de Estudio de la Moral Extranjera, con el objetivo de comprender la cultura de las poblaciones enemigas para un mejor control y sometimiento culturalmente dirigido.

Benedict utilizó técnicas antropológicas aplicadas a conjuntos sociales y el análisis de productos culturales para reunir una base de datos culturales que permitiera identificar el carácter nacional de la sociedad japonesa. La intención, según se indica, era contribuir al conocimiento de las potencialidades culturales que Japón podía ofrecer como parte de un mundo pacífico y cooperador.

Es importante destacar que esta investigación se llevó a cabo en el contexto de un conflicto bélico, en el que los países aliados capitalistas luchaban contra el fascismo representado por Alemania, Japón e Italia. Aunque se reconoce que Benedict y su grupo participaron en este proyecto en este contexto, se indica que las clases dominantes de los países aliados capitalistas fueron corresponsables en el desencadenamiento de la guerra e incluso se esforzaron para que el capitalismo como sistema saliera lo mejor librado posible.

Benedict, siguiendo la perspectiva mentalista de la escuela de Boas, sostiene que cada cultura privilegia una configuración cultural, es decir, las ideas que definen y permean la cultura en su esencia. Desde esta perspectiva, Benedict argumenta que el principal problema de Estados Unidos en la guerra contra Japón estaba en la propia naturaleza del enemigo, la cual se simbolizaba en la espada y el crisantemo, ya que los japoneses eran a la vez agresivos y apacibles, militaristas y estetas, insolentes y corteses, rígidos y adaptables, leales y traicioneros, valientes y tímidos.

Benedict buscaba entender el comportamiento del enemigo para enfrentarse a él, y por lo tanto, la investigación se planteaba interrogantes de orden práctico o de naturaleza humanitaria, como la decisión de bombardear el palacio del emperador o si el exterminio de los japoneses era la única alternativa.

Tomado de http://Notaantrpologica.com/