La idealización de nuestros antepasados bajo la forma de humano primitivo que comunican ideas simples mediante gruñidos, sin gestos ni palabras, puede estar apunto de caerse mediante datos empíricos.
El origen del lenguaje es uno de los más antiguos enigmas que existen en la ciencia. Debido a la falta de evidencias certeras, las explicaciones sobre sus orígenes siguen siendo meras hipótesis.
Pero ahora, investigadores de la Universidad de Australia Occidental y la Universidad Nacional de Australia tiene una evidencias certeras. A través de un reciente estudio es que revelan cómo sus experimentos dan una visión diferente de la evolución del lenguaje. Las manos, y no la lengua, fueron el origen de la comunicación compleja, según su investigación. La revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences publicó el trabajo esta semana.
El propósito fundamental del lenguaje es comunicar un significado. Ante ello los investigadores proponen que el medio de comunicación no verbal («sonidos» o «gestos») fue probablemente utilizado como predecesor del lenguaje oral.
Los investigadores buscaron comprobar si los sonidos o gestos no lingüísticos eran más eficaces para transmitir un mensaje a lo largo de dos estudios.
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Para obtener nuevos resultados los investigadores realizaron dos experimentos. En ambos se obtienen datos empíricos para fundamentar las teorías del origen del lenguaje basadas tanto en los gestos como en la voz.
En cada uno de ellos, probaron la capacidad de los humanos modernos para comunicar una serie de significados (995 palabras distintas) utilizando gestos o vocalizaciones no lingüísticas.
Según el autor principal, el Dr. Nicholas Fay, de la Universidad de Australia Occidental, el experimento esta basado esencialmente de un juego de comunicación. Algo similar a las adivinanzas, juego en el que los participantes intentan transmitir una serie de frases utilizando gestos o vocalizaciones no lingüísticas, o ruidos que no son palabras.
El juego se desarrolló de forma transcultural, con participantes de Australia y Vanuatu, y de forma experimental con personas ciegas y videntes, lo que añadió un giro interesante.
El primer experimento incluye productores de señales de Australia y Vanuatu, y es una investigación transcultural. El experimento dos es una investigación de experiencia cruzada en la que los productores eran videntes o discapacitados visuales.
El significado de las señales emitidas por los Productores fue deducido por un grupo de estudiantes universitarios de la licenciatura de interpretación. La modalidad gestual tuvo un índice de éxito mucho mayor que la modalidad verbal en términos de comunicación (el doble en general; 61,17% frente al 29,04% de éxito). Esto fue así tanto para las señales creadas por personas con graves problemas de visión como para las señales producidas dentro de una misma cultura y entre culturas.
Este primer experimento se centró en la universalidad de la cultura. Según los investigadores, si los gestos son la forma fundamental de desarrollo del lenguaje y las palabras, las señales con las manos deberían tener un mayor índice de éxito comunicativo que los gruñidos, tanto dentro de una determinada cultura como entre varias.
Del mismo modo, si los gestos son un tipo de comunicación universal, las señales que hacemos espontáneamente para comunicar un significado deberían parecerse a nuestras vocalizaciones en cuanto a la forma.
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A continuación, los investigadores pidieron a los sujetos con problemas de visión graves que repitieran el proceso en otro estudio de seguimiento. Dado que las personas con baja visión no pueden confiar en los gestos adquiridos socialmente para comunicar el significado, los movimientos que utilizan para simbolizar las palabras pueden ser muy reveladores sobre la importancia de nuestras interacciones físicas con el entorno para el desarrollo del lenguaje.
A pesar de que en este segundo estudio había un grado de coincidencia mucho mayor entre los mundos auditivo y visual de los discapacitados visuales y de los videntes, los gestos seguían teniendo mucho más éxito que los sonidos.
A pesar de su falta de experiencia común, los discapacitados visuales realizaron gestos sorprendentemente comparables a los de los participantes videntes. Según los expertos, esto es así siempre que interactuemos con nuestro entorno de forma semejante.
A pesar de sus grandes similitudes, los participantes de Australia y Vanuatu utilizaron gestos casi idénticos para representar la palabra «cerradura» (imitando el giro de una llave), pero sus representaciones de la palabra «cadena» fueron diferentes (mientras que los australianos imitaron el arrastre de un objeto pesado, los de Vanuatu simularon el lanzamiento de un ancla, una acción mucho más común en su cultura).
Dado que el doble de palabras se transmiten eficazmente con las manos que con los sonidos, los datos apoyan firmemente que los gestos son un medio superior para transmitir el significado.
El éxito de los gestos se atribuye en parte a su mayor universalidad (es decir, a la similitud de la forma entre diferentes productores). Los resultados apoyan la hipótesis de que el gesto es la principal modalidad de creación del lenguaje.
Tomado de http://Notaantrpologica.com/
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