“La inflación es un impuesto sin legislación”.
― Milton Friedman
La inflación ha sido alta y rígida durante más tiempo de lo esperado, y el análisis de la composición de los índices de inflación sugiere que las presiones sobre los precios son amplias.
Por lo que cualquier paquete de medidas para enfrentarla, debe contener medidas que actúen sobre las expectativas.
El peligro de un nivel alto de inflación en el mundo, (4% anual o superior durante varios años) es mayor en los Estados Unidos.
El fuerte crecimiento monetario, contribuirá para que la inflación se mantenga elevada este año y se sume a los riesgos de inflación en el largo plazo. La evolución del mercado laboral también podría generar presiones inflacionarias, aunque existen diferencias considerables entre los países, un ejemplo de ello es el bajo crecimiento salarial en la eurozona.
Las expectativas de inflación en el largo plazo han aumentado, aunque no han superado sus rangos de los últimos 20 años. En los Estados Unidos, el sesgo apunta hacia una inflación más alta.
Más de la mitad de la canasta de consumo en los Estados Unidos, aumenta a un ritmo del 5% o superior.
Los shocks por la oferta continúan, los problemas en las cadenas de suministro no han desaparecido y pueden acentuarse con la ola de Ómicron (por ejemplo, con los cierres de los puertos chinos). Europa se está viendo afectada por la fuerte subida de los precios de la energía, (con los precios del gas triplicándose desde junio pasado). La alta inflación ha incrementado los riesgos de un cambio más permanente del proceso inflacionario.
En diciembre, los precios al consumidor en los Estados Unidos alcanzaron un máximo en cuarenta años, y la inflación subyacente en las economías avanzadas se ha movido a su nivel más alto desde principios de la década de 1990. Los pronósticos de inflación para 2022, han aumentado considerablemente desde junio pasado.
El crecimiento monetario sigue constituyendo un riesgo para la inflación. Aunque el crecimiento de la oferta monetaria disminuyó el año pasado, desde sus altos niveles de 2020. Aún así, la considerable “sobrecarga” monetaria del aumento en el crecimiento del dinero durante 2020 se mantiene, y su ritmo de crecimiento sigue siendo relativamente fuerte. Dado que el crecimiento del dinero ha liderado la inflación, consideramos que ésta se mantendrá por encima del objetivo durante un buen tiempo.
En los Estados Unidos y en Canadá, el crecimiento monetario anualizado de seis meses supera el 10%, aproximadamente el doble de su ritmo anterior al Covid.
En Europa, el crecimiento del dinero también es elevado en comparación con su ritmo de 2016-2019, y parece mucho más normal en Asia, donde la inflación aún se mantiene bajo control, Corea del Sur ha sido la excepción. Lo que demuestra que la inflación en las economías avanzadas, no es solo el resultado de los factores globales.
La evolución del mercado laboral constituye otro riesgo al alza para la inflación, al menos en algunas economías. En los Estados Unidos, el aumento en las tasas de abandono y en los salarios, apuntan a una considerable estrechez del mercado laboral. Los datos de vacantes y renuncias, van en la misma dirección en el Reino Unido.
Aunque las expectativas de inflación de largo plazo se encuentran contenidas, consideramos que el proceso inflacionario superará su objetivo en las economías avanzadas durante 6-8 trimestres en 2020-2022.
El riesgo reside en que una divergencia tan significativa de la meta, empiece a desanclar las expectativas de inflación en el largo plazo, afianzando la inflación.
Tomado de https://www.eleconomista.com.mx/
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